Académicos ganan proyecto para promover cultura de la innovación en educación técnico profesional

 

 

  • Un equipo liderado por el académico Jorge Torres Ortega, de la Facultad Tecnológica, busca generar un sistema que promueva proyectos innovadores, desarrollados en alianza con establecimientos educativos. La iniciativa, que contempla 197 millones de pesos durante doce meses, incluirá la integración de los cuatro liceos administrados por nuestra Universidad. “Si somos capaces de desarrollar el material, los módulos de aprendizaje y los instrumentos de evaluación, el próximo paso natural es ofrecer estas posibilidades a todo el país”, anticipa el coordinador del proyecto.

Se trata del cuarto Concurso de Fortalecimiento y Articulación de la Educación Técnico Profesional 2016, organizado por el Ministerio de Educación, cuya convocatoria busca financiar proyectos que tengan como objetivo el fortalecimiento y la articulación de la educación técnico profesional como una real alternativa de estudio para la movilidad social, formando estudiantes con competencias de empleabilidad, que logren insertarse y permanecer en el mercado laboral.

La propuesta presentada por el equipo que encabeza el académico de la Facultad Tecnológica,  Jorge Torres Ortega, seleccionada como la segunda con mayor puntaje entre las ocho adjudicadas –como parte de un total de 54 que se presentaron a nivel nacional– se titula “Sistema integrado para la formación de competencias de emprendimiento en comunidades educativas de enseñanza media técnico profesional en Chile”.

“Queremos demostrar que el tema del emprendimiento escolar dentro de la enseñanza media técnico profesional es una alternativa real de trabajo para los estudiantes”, advierte el académico, considerando que el objetivo es promover la implementación de proyectos innovadores, desarrollados en alianza con establecimientos educativos, instituciones públicas y organizaciones del sector privado, para fortalecer el sistema de formación técnico profesional en términos de calidad, aporte a la competitividad del país y la capacidad de asegurar trayectorias educativas y laborales exitosas.

Integración para una cultura del emprendimiento

El trabajo se ejecutará a partir de los cuatro establecimientos de enseñanza media técnica profesional que administra la Universidad de Santiago de manera delegada. Es decir, el Instituto Comercial Eliodoro Domínguez, el Liceo Industrial Presidente Pedro Aguirre Cerda, el Liceo Industrial de Angol y el Liceo Industrial de Nueva Imperial. “Vamos a trabajar el tema del emprendimiento en una parte del currículum, de manera individual y colectiva, lo que les permitirá a los estudiantes acceder a otra herramienta para enfrentar el mundo laboral”, explica Torres.

Junto con la posibilidad de que los estudiantes generen empresas propias y cooperativas en conjunto, la idea es conectar a los cuatro liceos, respetando las particularidades de cada uno. “Buscamos integrar tanto a los estudiantes como a las comunidades en las que se encuentran los establecimientos. Trabajaremos con profesores, apoderados y empleadores, porque nuestra idea es que para formar emprendedores se requiere que exista una cultura del emprendimiento”, advierte.

En ese contexto, destaca el aporte que ya están realizando diversas instituciones, como el Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (Ciescoop) de la Facultad de Administración y Economía del Plantel; el Centre for Experimental Social Sciences del Nuffield College, de la Universidad de Oxford; el Centro de Innovación para la Formación Profesional del País Vasco (TKNIKA); y la empresa Napsis, a cargo de proporcionar los sistemas informáticos a los establecimientos educacionales.

Posibilidades de autoempleo y proyecciones nacionales

Tal como explica Jorge Torres, el proyecto consta de cinco etapas. “Lo primero es un trabajo curricular y perfeccionamiento de los docentes, lo que estamos desarrollando con el Ciescoop y TKNIKA, quienes apoyan con especialistas en el ámbito del emprendimiento”, detalla, añadiendo la etapa de creación de instrumentos para medir las competencias de los estudiantes.

“Luego habrá una validación y experimentación de esos instrumentos, donde aparece la participación del Nuffield College, a lo que se sumará una puesta en marcha de los instrumentos a nivel colectivo, por parte de la red de nuestros colegios, así como de otros establecimientos que invitaremos, con el aporte de Napsis”, anticipa el académico, a lo que agrega una posterior medición de la participación de los integrantes del proceso.

Por ello, a partir de las diversas alternativas que existen para los estudiantes, como realizar sus prácticas e insertarse en el mundo laboral o acceder a una prosecución de estudios, advierte que “el autoempleo, generado a través del emprendimiento, puede ofrecer otra alternativa laboral, tal como ocurre en Europa”.

Incluso, anticipa la posibilidad de compartir los resultados del proyecto a nivel nacional. “Si somos capaces de desarrollar el material, los módulos de aprendizaje y los instrumentos de evaluación, nuestra idea es ofrecer esto a todo el país, especialmente para quienes se interesen en trabajar el tema del emprendimiento en los colegios”, asegura.

Mayor valoración en el ámbito de los oficios

El proyecto contempla 197 millones 100 mil pesos para el trabajo en emprendimiento escolar durante un periodo de doce meses. Recursos que podrían aumentar, considerando los otros cuatro proyectos a los que postularon, cuyos resultados debieran conocerse en las próximas semanas. “Buscan los mismos objetivos, siempre en el ámbito de la educación técnico profesional, pero en distintos tipos de temáticas”, aclara Jorge Torres.

El mismo que plantea su preocupación respecto a la poca valoración que existe sobre las capacidades y conocimientos que poseen los estudiantes en el ámbito de los oficios. “No hay un apoyo para que puedan trabajar en un sistema remunerado y tampoco para entender cómo se organiza una empresa, hacerla funcionar y ser parte de un sistema económico que cuenta con cualidades muy positivas. Tienen los conocimientos del oficio, pero no para emprender”, concluye.

Autor:
Fernando Seymour Dobud
FUENTE: USACH