Antofagastinos participan en la primera cooperativa de cultivos hidropónicos en la región

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El microclima en los invernaderos ayuda a un rápido crecimiento y el riego se realiza con agua desalinizada.

 

Productores de cultivos hidropónicos aumentan cosechas en desierto de Atacama

Unas 130 familias antofagastinas desafían a diario los bruscos cambios de temperatura del desierto de Atacama y en amplios invernaderos desarrollan cultivos hidropónicos, con los cuales ya comienzan a surtir ferias y supermercados de la zona.

El calor del día y el frío en la noche ya no inquietan a estos productores, que en febrero pasado estrenaron la primera Asociación Gremial de Agricultores, que busca optimizar los canales de comercialización y certificar la calidad de sus productos hidropónicos (técnica de cultivo que no utiliza el suelo).

La producción a pequeña escala comenzó en 2006 con unos 10 socios, quienes lograban cosechar unas 600 lechugas mensuales. Hoy, por ejemplo, cada agricultor produce un mínimo de 8 mil y un máximo de 18 mil lechugas al mes, comenta Dolores Jiménez (54), pionera en cultivos hidropónicos en la región.

«Acá generamos un microclima en los invernaderos, con temperaturas que van desde los 20 a los 32 grados, lo que favorece el crecimiento de los cultivos. Si en el sur algunos vegetales demoran unos tres meses en crecer, acá lo hacen en 30 días», detalla la agricultora respecto del clima en el sector costero denominado Alto La Portada, a unos 20 km al norte de la ciudad de Antofagasta, donde se ubican los predios.

Uno de los grandes retos de los agricultores consiste en la hidratación de los cultivos, labor que solucionan con agua desalinizada que les proveen camiones cisterna, y que acumulan como una «fortuna» en estanques de hasta 30 mil litros, por cuyo valor mensual desembolsan en promedio $52 mil por 15 m {+3} de agua.

«Lo más difícil para trabajar acá es el agua, es lo más complejo. En la zona sur no tienen problemas por las lluvias, pero nosotros sí. Por eso cultivamos con agua desalinizada de mar», comenta Gonzalo Quispe (41), presidente de la cooperativa Coopahidralpo, que integran 62 miembros activos.

Según miembros de la cooperativa, los cultivos han permitido potenciar la oferta de hortalizas en la región, como también rebajar hasta en un 30% el valor de algunos vegetales en comparación a los mismos productos de otras zonas del país.

«Las hortalizas son más sanas, sin plagas, se cortan y entregan de inmediato al consumidor. Sin cadena de frío de por medio. Los vegetales nuestros duran 15 días, mientras que los que vienen desde el sur, sumando los días de traslado, duran apenas unos cinco días», afirma Quispe, mientras admira la producción que aflora en medio de la pampa nortina.

El director (s) de Indap de la Región de Antofagasta, Luis Berna, reconoció una efectiva vinculación de comercialización de la cooperativa con cadenas de supermercados y mercados locales. «Esta es una iniciativa única de producción hortícola hidropónica en Chile, sustentada en agua de mar desalada, cuya organización se destaca en la alta gestión en generar alianzas públicas y privadas, que han dado vida y sustento con diferentes proyectos de energías renovables no convencionales aplicadas en los sistemas de riego», concluyó.

RIEGO
El agua de mar procesada se almacena en estanques de 30 mil litros.

130
son los predios distribuidos en 100 hectáreas en el sector Alto La Portada.

$52.000
por 15 m3 de agua deben desembolsar los agricultores.

30%
de rebaja en comparación con mismos productos de otras zonas del país registran los cultivos hidropónicos de agricultores de Antofagasta.

CLAUDIO CERDA SANTANDER
Nacional
El Mercurio

Fuente: economiaynegocios.cl