ASOCIATIVIDAD EL REMEDIO PARA ENFRENTAR LA CRISIS LECHERA

VACA2El panorama lechero nacional sin lograr salir, hasta ahora, de una coyuntura impactada en los dos últimos años por sequías y bajos precios por el producto y que tiene, entre sus consecuencias, que las plantas están recibiendo cada vez menos leche. Y es que a nivel país durante estos dos años se vienen cerrando lecherías de distintos tamaños y zonas. El último fue el anuncio de remate de 378 animales, sala de ordeña y maquinarias de la Sociedad Agrícola y Ganadera Casablanca, de San Carlos, para el próximo 26 de agosto.

Si bien el complicado par de años de los lecheros nacionales se replica en la mayor parte de los países productores del mundo, en Chile, al menos, han confirmado que en los períodos de crisis los productores dejan de lado su individualismo y apuestan por sistemas asociativos como cooperativas o sociedades -las que cuando todo está normal no son tan queridas- que les permiten comercializar su leche en mejores condiciones y comprar insumos por volúmenes con la misma ganancia.

«Cualquier iniciativa que implique actuar ordenada y técnicamente da espacio de mejora importante: economías de escala para reducir costos, organización para hacer capacitación, actualización de técnicas productivas, postulación a proyectos, por ejemplo riego, etc. Hay mucho espacio para seguir avanzando», señala Ximena Corbo, gerenta de Negocios Lácteos de Nestlé Chile.

En el sur ya son varias las iniciativas en este camino. Futurolac, Volcanes del Sur y Uprolac son algunos ejemplos de asociatividad de los productores que, por ahora, están marcando la pauta del «juntos somos más», la forma que los especialistas ven para enfrentar mejor las vicisitudes del mercado, a la que cada una agrega recetas para navegar en tiempos de crisis.

Opción de futuro


«La asociatividad va a ser la forma de comercializar leche en el futuro», afirma tajante Jaime Olivares.


Olivares, quien tiene 20 años de experiencia en producción lechera, recientemente fue elegido presidente de Uprolac, sociedad anónima con 22 socios entre Frutillar y Los Muermos, en la Región de Los Lagos. Se trata de productores lecheros con condiciones y calidad de leche similares, de unos 8 mil litros por vaca, bastante por sobre la media del país. Producen con el sistema de pradera como base de la alimentación, aunque también suplementan con energía y proteína, si es necesario En mayo pasado, con alrededor de 35 millones de litros de leche-con un promedio de 3,9% de grasa y 3,62% de proteína-, la entidad representaban el 26% de la recepción de la empresa Prolesur Osorno.

«Al final esto es competencia. Que a nadie le guste la palabra es una cosa, pero eso es. El productor compite con el del lado y con el de Santiago, y más cuando hay guerra, cuando hay crisis. Por eso es mejor actuar en grupo, estar asociado. A mí no me cabe duda de que los grupos salen fortalecidos después de esto. O sea, la leche para mantenerse en la industria se tiene que asociar, ya no se pueden seguir quedando agricultores fuera. ¿Cuál es la idea, si los que están adentro de los grupos tienen mejores condiciones? Tienen economía de escala, negocian con la industria directo, tienen más información; por eso me atrevo a decir esto, para que todos lo puedan manejar», explica, refiriéndose a la actual tendencia a asociarse de los productores.

Para Olivares, la baja de producción no es solo resultado del cierre de lecherías.

«Lo que pasa es que si cada productor baja 10% a 15% su volumen, el efecto es exactamente como que se hubieran cerrado lecherías en muchos lugares, pero en la realidad se venden las vacas que están produciendo menos, que están gordas, que no están preñadas, se dejan las con células somáticas fuera, y se empieza a ajustar el sistema a lo que realmente es productivo. Eso hace que desaparezca lo que tiene que desaparecer y van a aumentar la producción cuando el estímulo del precio económico y de mercado lo tenga súper claro el productor», dice.

La tarea en estos meses ha sido ser muy eficientes con los recursos que se producen, pero sin descuidar labores fundamentales, como fertilizar. Insiste en que es clave hacer un buen manejo de costos, pues es lo que permite navegar en tiempos de escasez.

«El otoño-invierno se ha dado de buena forma; si bien no ha llovido como otros años, ha habido menos frío y las praderas crecieron y repuntaron… El ánimo en los agricultores, a pesar de todo, se nota porque están más en el campo, más preocupados del ganado que de alegar. Sí está complicada la situación en términos de costos; por ejemplo, con los insumos de las materias primas -la energía y el maíz puntualmente se han disparado-, porque no habrá mucha cosecha. Entonces, por ese lado está un poco complicado, sobre todo para los que producen en invierno», señala Olivares.

Considera que otro elemento que ayudaría a enfrentar la situación es que la industria mantenga muy bien informados a sus productores.

«Debe mostrar qué es lo que está pasando en el negocio de su planta. No me refiero a las utilidades, quiero saber para qué se procesa mi leche, para qué sirve, a qué mercados va a apuntar, si es para la grasa, para la proteína, para el queso, polvo, manjar… Que los agricultores sepan y entiendan cómo está el mercado de esos productos, para lo que se deriva que el agricultor tenga la posibilidad de decir: ‘mira, en realidad, me gustaría que mi leche se fuera para queso, porque me gusta producir más proteína… Creo necesario que se entienda el negocio completo, no solamente fertilizar el pasto, comerse el pasto y sacar leche. En eso tiene que trabajar la industria, tiene que ser más abierta, más sincera con sus productores. Hasta ahora y en los últimos 10 a 15 años, se ha trabajado la parte productiva», opina.

Cambio de mentalidad

Tras la fuerte experiencia de la quiebra de la empresa Mulpulmo, a la que entregaban su leche, once productores lecheros de la región de Los Lagos dieron origen a la Sociedad Los Volcanes del Sur SPA, proyecto asociativo que ya tiene cinco años y maneja cerca de 45 millones de litros al año. Ayudó también a la decisión de juntarse para enfrentar el futuro de mejor forma el que mantuvieran ciertas relaciones sociales previas y estuvieran en la misma zona, el sector Puerto Octay-Cascadas, una de las rutas lecheras más importantes que tiene la Región de Los Lagos. No en vano Nestlé construyó allí su planta procesadora.

Lo primero fue lograr un cambio de actitud en los ahora socios, para estar dispuestos a navegar en un barco que tenga capacidad de tomar decisiones en forma conjunta. «Lograr ese cambio es lo que está sobre la mesa en el concepto de asociatividad», señala Edith Geldrez, gerenta general de la Sociedad Los Volcanes del Sur.

«Se sumaron varios factores que hicieron posible arriesgar el concepto de asociatividad, porque cuando empezamos no había ninguna sociedad entre productores lecheros funcionando.. El productor ha sido más individualista; entonces, le ha costado mucho pensar en trabajar con el vecino… No ha sido fácil, eso tenemos que reconocerlo. Partimos, y de buenas a primeras la industria no dijo los acepto como asociatividad. Nos costó un proceso hasta que nos tomaron como grupo. Hoy, la industria ya se acostumbró a trabajar con grupos asociados», dice Edith Geldrez.

Volcanes del Sur ha entregado su materia prima a distintas industrias y la idea es siempre estar evaluando opciones para poder negociar.

«La asociatividad tiene que tener un objetivo específico, pero no solo tiene que ser el precio. Hay un sinnúmero de otros temas. El punto específico de comercializar la leche en forma conjunta y profesionalizar la comercialización es el gran paso. O sea, que haya una persona que tenga como trabajo ver, evaluar, conversar, buscar opciones, de tal manera que pueda defender y buscar la mejor opción para sus once socios. Entonces, cuando estás con la industria, estás hablando de empresa a empresa, y eso significa que tú tienes que manejar toda la información del mercado, saber sobre todas las pautas de pago para poder manejar la venta de tu leche. Hay que evaluar cuáles son las condiciones o las características que tiene la materia prima para poder destinarla a la mejor opción», señala Edith Geldrez.

Si bien la motivación inicial para unirse es hacer una mejor comercialización de la leche, existen otras, y entre ellas está tener una mirada de largo plazo, observando a dónde podría estar el sector en 10 a 20 años más.

«Hoy estamos viendo qué van a hacer las segundas generaciones. El año pasado hicimos el primer encuentro de los jóvenes lecheros vinculados a este rubro, porque tenemos que entusiasmar a los hijos de los productores para que sigan con las empresas lecheras de sus padres. Ese es un tremendo desafío; es decirles que, además de ser una forma de vida, es una tremenda empresa la que tienen», dice.

Otro aspecto es tener objetivos mucho más amplios, como fomentar la identidad del productor. De hecho, la empresa estableció el Día del Productor Lechero el mismo día en que se inició como sociedad, para testimoniar la importancia de este sector que es el motor económico a nivel regional. «Les digo que son tan importantes, que si dejan de ordeñar sus vacas hay una cadena de valor detrás que se va a resentir. Este año fue el quinto en que se celebró, y ahora el ministro decretó un día nacional para el productor de leche, que era el objetivo de hacer reconocimiento a todos los productores del país. Me saco el sombrero por una actividad que se realiza los 365 días del año, las 24 horas del día, lo que significa que hay que tener una pasión por la tierra y por la leche», señala la ejecutiva.

Edith Geldrez reconoce que ha sido un tiempo complicado.

«El aprendizaje es que el productor en tiempos buenos tiene que saber generar algunas reservas para pasar los tiempos malos. Nosotros les indicamos que si uno es ordenado no debe pensar en el día a día sino en un período de cinco años, en el que va a tener bueno y malo. Hoy pasamos por un período de vacas flacas, pero estamos tratando de pasar este temporal esperando el 2017, en que, de acuerdo con algunas proyecciones, debiéramos tener mejores condiciones», comenta.

Estos tiempos malos también dejarán a la asociatividad como una consecuencia positiva como forma de trabajo.

«La asociatividad debiera quedarse en el sector lácteo, porque la mayoría de los rubros económicos de alguna manera están asociados. La gente que hoy navega en forma individual en cualquier actividad cada vez va siendo menos. Mientras, en forma asociada yo puedo alcanzar mejores condiciones. Se pueden evaluar distintas asociaciones. Pueden ser multisectoriales, como juntar un buen vino con un buen queso, u otros esfuerzos conjuntos, lo que es bueno para fortalecer especialmente la producción primaria», agrega la gerenta de Volcanes del Sur.

Como una forma de empezar a integrar otras actividades, la empresa de productores, además, se encuentra desarrollando un negocio turístico con la ruta de la leche, aprovechando los paisajes con que cuentan los campos de los socios, donde las vacas pastan mirando al lago y teniendo atrás el volcán Osorno. Ya se están preparando y debieran estar funcionando en septiembre.

Diversificar la oferta

Futurolac es otro de los ejemplos de asociatividad en el sector lechero. Es una sociedad anónima en la que todos los productores que entregan leche son socios. Partió hace diez años, en un contexto de crisis, con 20 socios fundadores y hoy cuenta con 161, que generan un volumen anual cercano a los 70 millones de litros, con una cobertura geográfica que va desde el río Maullín, comuna de Los Muermos, hasta el río Pilmaiquén, comuna de Osorno.

Las industrias a las cuales se destina la producción son: Nestlé, Soprole, Lácteos Boyén, Lácteos Osorno y la quesera Los Ulmos.

«La situación económica de los productores lecheros está bastante complicada como resultado de una caída en los precios a productor del orden de 20% este año, como tambien por las dos últimas sequías que han afectado a todo el sector agrícola del pais», señala Carlos Hofmann, presidente de Futurolac.

El directivo destaca que Futurolac ha colaborado en sortear de mejor manera esta crisis, ya que la venta asociada de la leche, como a su vez la compra conjunta de insumos agrícolas, ha permitido disminuir las pérdidas mensuales respecto de quienes no están asociados.

«Una ventaja adicional del modelo es que permite a sus asociados destinar su volumen de leche a aquella planta industrial donde se maximiza su precio por litro, situación que es posible por el número de clientes industriales que el modelo tiene. Todo lo anterior bajo la autorización del socio», agrega Hofmann.

Pero no ha sido fácil sortear el actual período de baja.

«En el fondo, ha habido más eliminación de vacas, porque -por suerte- el precio de la carne está bastante atractivo, y se está tratando de seleccionar todo lo que sea más productivo, bajando la cantidad de vacas al eliminar las que son problema. En lo que concierne a Futurolac, estos años -que han sido económicamente malos para los productores- han sido buenos, porque ha podido crecer ya que en los años malos los productores se dan cuenta de los beneficios que pueden obtener trabajando en conjunto. Cuando realmente tienen problemas económicos empiezan a preocuparse de obtener beneficios por otros lados, y ahora están buscando por el lado de la asociatividad», señala Hofmann.

FUENTE: IMPRESA.ELMERCURIO