Circular, azul… La guía definitiva para entender las ‘otras’ economías

 

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Estas alternativas económicas tienen nombres diferentes pero un objetivo similar

Modos diversos de entender el intercambio económico entre personas, se darán cita en Málaga para elaborar un manifiesto por la ‘nueva economía’

Va siendo hora de que las otras economías se sienten a hablar. Ha llegado el momento de compartir proyectos y experiencias, en vez de seguir tirando del otro extremo de la cuerda y defendiendo cada cual sus ideas como si no existieran otras.

El punto de encuentro será del 19 al 22 de abril en el Palacio de Congresos de Málaga, donde se celebrará el primer Foro Global Nesi (Nueva Economía, Sociedad e Innovación Social).

«Queremos demostrar que la otra economía está ya ahí, abriéndose paso con distintos nombres y por caminos diversos», sostiene Diego Isabel La Moneda, promotor del NesiForum, un español afincado en el Reino Unido, que ha elegido Málaga por lo que tiene de encrucijada internacional. «El objetivo será poner en común todo lo avanzado en los últimos años y elaborar un manifiesto por la nueva economía que pueda servir de hoja de ruta para las políticas públicas», asegura. Y resume así el punto de partida: «Objetivo: la sostenibilidad. ¿La premisa? Mejorar las vidas de las personas. Y el método: la colaboración. En esos tres principios, que son complementarios, encajan todas las otras economías. Se trata de eliminar fricciones y buscar puntos en común. E invitar también a la conversación a la vieja economía».

Christian Felber, autor de La economía del bien común; Peter Holbrook, de Social Enterprise UK; o Helena Norberg-Hodge, directora del documental The economic of happiness, han sido de los primeros en subirse a la nave del Nesi, que inicia su singladura este 16 de septiembre con la presentación en Málaga y el respaldo del OuiShare, Transition Towns, Sistema B o la Global Alliance for Banking on Values. «Nuestro sueño es convertir Nesi en una especie de Davos de abajo hacia arriba», sostiene Diego. «Queremos llegar a las empresas, a las instituciones, al mundo académico, al sector de las finanzas, a las ciudades y a la sociedad en general. Creemos que es el momento propicio; nos falta un plan de acción, y en eso estamos…».

Economía Colaborativa

«Lo mío es tuyo». Mucho ha llovido desde que Rachel Botsman y Roo Rodgers acuñaran el concepto del consumo colaborativo. «Todo está cambiando muy rápidamente y se está haciendo más participativo. Más que una tendencia estamos ante una fuerza imparable, propulsada por los nuevos valores y por la tecnología, que se está propagando a todos los sectores de la economía». Botsman fue madrina en el emblemático OuiShare Fest de París, referente mundial de la Sharing Economy.

Del intercambio de casas al coche compartido, del crowdfunding al coworking, de los préstamos entre particulares a los solucionadores o los cocineros a domicilio, el abanico de la Sharing Economy se abre día a día y tiene en España uno de sus epicentros, según quedó de manifiesto en el reciente Foro Europeo de Economía Colaborativa. El 26 y 27 de octubre se celebra en Barcelona la segunda edición del OuiShare local, con Albert Cañigueral -conector para España y América Latina- respondiendo a inquietudes como la fundamental: «¿Qué es y qué no es Economía Colaborativa?». El siguiente salto cualitativo es Colaboramérica: el primer encuentro con vocación trasatlántica y especial énfasis en la dimensión social.

Economía Circular

Producir, usar y tirar… La vieja ecuación de la economía lineal ya no sirve. Hace falta un nuevo modelo donde la regla de las tres erres -reducir, reusar y reciclar- alcance su auténtica dimensión. Llegamos así a la Economía Circular, en la que los residuos son en realidad recursos que retroalimentan y regeneran el sistema, como hace la naturaleza. La idea de Economía Circular lleva dando vueltas medio siglo, con pensadores como Walter Stahel o Keneth Boulding. El arquitecto Bill McDonnough y el químico Michael Braungart le dieron otra vuelta de tuerca en el cambio de siglo. La Circular Economy se ha puesto al día con el impulso de la ex récord mundial de vela británica Ellen MacArthur («Nada se pierde, todo se tranforma») y la emergencia de los Países Bajos como el hotspot global del nuevo concepto.

El upcycling -reciclaje hacia arriba-, la minería urbana o la logística inversa son algunos de los conceptos que están cambiando ya los sistemas de producción en multinacionales como Philips, Unilever, Suez o Renault. El concepto se está propagando también con las primeras ciudades circulares (de Amsterdam a Glasgow). Barcelona se apunta al carro con el encuentro Circular Economy 2016 del 15 al 17 de noviembre.

Economía del bien común

«¿Y si la economía funcionara por el bien de todos y no por el beneficio de unos pocos?». La pregunta básica se la hizo Felber en plena crisis financiera y en el corazón de la Europa rica (Austria). La respuesta, al cabo de seis años, es la Economía del Bien Común, que se ha expandido por más de 2.000 organizaciones y 40 países (con España en la proa). Felber parte de un hecho incontestable: nueve de cada 10 ciudadanos desean «un nuevo orden económico». Su objetivo: poner la responsabilidad, generosidad y solidaridad al servicio de la economía, con «balances del bien común» en las empresas e instituciones, que serían complementarios de los balances financieros y estimularían un cambio de comportamiento a los consumidores con meta compartida: «¡Por el bien común!».

Economía verde

La idea de Economía Verde cobra importancia en la Cumbre de Río de 1992 y se define como «aquella que resulta del mejoramiento del bienestar humano e igualdad social mientras que se reducen significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica«. Se trata del primer intento de poner a trabajar juntas a la economía y la ecología, que hasta ahora vivían en planetas diferentes. El concepto ha sido, sin embargo, desvirtuado con el tiempo, aunque sigue siendo válido como referencia genérica a una economía que apuesta por las energías renovables, la agricultura ecológica y modos alternativos de producción y consumo.

Economía azul

«Tras 30 años trabajando para la Economía Verde, me rebelo contra la idea de que lo que es bueno para la salud y la naturaleza tenga que ser más costoso». Así justifica el multiemprendedor, economista y pensador belga Gunter Pauli la idea de la Economía Azul, poniendo la innovación por delante y con un objetivo: «Se puede producir mejor, ecológico y barato. Podemos crear una sistema en el que lo que es bueno para la Tierra esté al alcance de todos. Un mundo en el que los productos buenos sean más baratos y generen más valor agregado».

Procomún

«Lo que es de todos y de nadie al mismo tiempo». Así define el investigador Antonio Lafuente ese término que popularizó la premio Nobel de Economía Elinor Ostrom y que ahora corre en boca de todos. Hablamos del Procomún (adaptación del Commons anglosajón). El aire, el agua, los ríos, los pastos y los bosques son algunos ejemplos del procomún. Y también las calles, las plazas, la lengua, el genoma, internet, Wikipedia… ¿Seguimos? «El Procomún es algo así como la gestión de toda esa riqueza invisible en provecho de todos».

Transición

«Transición: pasaje de un estado a otro, período de transformación». Desde Totnes, el permacultor británico Rob Hopkins ha propagado en una década, y por más de 50 países, las semillas de la Red de Transición, que promueve un cambio de modelo económico, energético y social. Empezó como respuesta local al reto del cambio climático, aunque ha evolucionado hacia la regeneración económica. El tren de la auténtica transición pasa también por España, gracias a la labor de activistas como Juan del Río, que lo define como una «revolución silenciosa» que está ocurriendo ya en las ciudades y en los pueblos: «Los cambios múltiples a escala local pueden cambiar el mundo que nos rodea».

Emprendimiento social

La idea de Emprendimiento Social tiene una larga trayectoria en el mundo anglosajón, pero es más o menos nueva en España. A diferencia de las empresas comerciales, movidas principalmente por el afán de lucro, las empresas sociales se sostienen al tiempo en tres patas: la dimensión social, el factor ambiental y el beneficio económico.

Economía solidaria

El movimiento de la Economía solidaria lleva fraguándose en España tres décadas, pero ha llegado al común de los ciudadanos por la crisis. Las monedas sociales, los bancos de tiempo, la banca ética, la agricultura ecológica, el movimiento cooperativista. Esta respuesta directa a la deshumanización de la economía, a la pérdida de valores o al deterioro del medio ambiente ha fraguado en la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (Reas), donde se dan la mano más de 400 organizaciones.

Economía del Don

El dinero no es lo que era. Ahora es una fría moneda de dos caras: usura y deuda, codicia o escasez. La factura la seguiremos pagando entre todos si no logramos devolverle al dinero la cualidad sagrada que tenía en origen: propiciar el encuentro de dones y necesidades humanas para crear abundancia colectiva.

Es la tesis de Charles Eisenstein, autor de Sacroeconomía, que vaticina una reinvención de los sistemas de intercambio que borrará las fronteras entre «reino monetario» y «no monetario» y propagará los beneficios de la Economía del Don: dar sin esperar nada a cambio.

El arte de colaborar

Ocurrió en San Sebastián, a finales de junio. Decenas de emprendedores, diseñadores, pensadores y activistas confluyeron para «polinizar» ideas en la primera edición de The Art of Co. «Se trataba de crear un punto de encuentro para las tribus que proponen modelos alternativos y que hasta ahora iban por separado», explica Johnny Azpilicueta, el co-organizador del encuentro junto a Alicia Comenge y equipo de voluntarios. «Llevamos tiempo hablando de los nuevos modelos colaborativos, pero hasta ahora no colaborábamos entre nosotros», recalca Azpilicueta. «El movimiento de las ecoaldeas, la permacultura, la economía del bien común, la gente de OuiShare… Todos nos sentamos finalmente a compartir nuestras ideas en un colaboratorio, y a compartir herramientas como el Dragon Dreaming o la Sociocracia, que nos permiten sacar el jugo posible a la inteligencia colectiva». «Sabemos que hay que hacer las cosas juntos ¿pero sabemos cómo hacerlo?», fue la pregunta lanzada al aire durante la semana europea de la colaboración, que aspira a ser una cita anual. «Tratamos de invitar a la gente a cocrear el futuro emergente, con una parte muy práctica», explica Comenge. «La colaboración será distribuida», precisa Azpilicueta, ex emprendedor y «facilitador» del cambio. «Frente a la disrupción causada por plataformas como Uber, que en el fondo imita modelos monopolísticos y centralizados, creo que tenemos que reivindicar una auténtica colaboración peer-to-peer, de ciudadano a ciudadano, para crear situaciones en las que todos salgamos ganando. Y ante propuestas como la economía circular, necesitamos ir aún más allá, y empezar a hablar de una auténtica economía regenerativa».

Fuente: elmundo.es


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