Colaborar, Cooperar vs Colusión

Por Gerardo Wijnant San Martín, Director de Proyectos de Proqualitas

La actual resolución o “compensación” final  (buena o mala, depende cómo se la quiera ver) a los afectados (que son todos los chilenos) de uno de los casos más notorios y escandalosos de colusión en nuestro país, como fue el del papel higiénico, con su secuela de daño ético-moral a la confianza y la transparencia para todos, nos invita a reflexionar para comprender la diferencia notable entre esta forma de actuar que es la “colusión” con sus funestas consecuencias. Y, además, apreciar su exacto opuesto positivo, que son la “cooperación” y la “colaboración” entre empresas y organizaciones. Así, de paso, volver a re-significar el verdadero sentido de la “competencia”.  Hoy, y cada vez con más fuerza, nos resulta tan importante y necesario, volver a comprender el significado de los términos y su contenido, su raíz etimológica para volver a revestirlos del verdadero sentido de unos y otros y cómo esto nos ayuda en la construcción de una sociedad más sana y orientada al bien común.

La palabra «colusión» viene del latín collusio y significa «acción y efecto de pactar para hacer daño a otros». Eso es lo que precisamente se realizó en este y muchos otros casos en el último tiempo: grupos de ejecutivos o directivos, responsables de empresas u organizaciones actuando de manera deliberada y concertada, para dañar a terceros u ofenderlos gravemente.  Lo peor es pensar que los que actuaron de esta forma son profesionales, es decir, personas que deben tener o disponer de herramientas suficientes para poder discernir adecuadamente lo que es bueno y útil a la sociedad y aquello que genera una muy grave lesión y efectos muy nocivos a nuestra convivencia. En ausencia de códigos de conducta claros y asumidos integralmente, con guías de actuación precisas y efectivas, las distorsiones en el proceder de las empresas pueden llevar a consecuencias insospechadas de deterioro en las relaciones, desconfianza y que la población, con justa razón, se sienta deliberadamente abusada y por tanto cuestione y generalice como habitual y “normal” ese actuar.  Esto es muy grave y es una responsabilidad enorme, de la que un profesional no puede ni debe desligarse.   Esta es una práctica deplorable, anti-ética, que implica robo, lesión, ofensa, destrucción de confianzas.  ¿Cómo, entonces, esto se recompone?.

En oposición positiva y constructiva, existe la acción legítima de “colaborar” o “cooperar”, que significa trabajar juntos en un proyecto o fin específico. Pero para que esto tenga un impacto positivo, ese proyecto debe tener por finalidad lograr un bien para la comunidad, el entorno, la naturaleza y la sociedad entera, es decir, una real contribución al Bien Común.

Como lo plantea la propuesta de la “Economía del Bien Común” (EBC) y el Balance del Bien Común, el grado máximo de cooperación es la Solidaridad, por tanto, es no sólo legítimo, sino que altamente positivo que las empresas y organizaciones de un mismo sector o de sectores diversos colaboren en esfuerzos comunes que potencien el beneficio a la sociedad y no exacerben la competencia desmedida, que más que generar sinergias en los mercados, provocan muchas veces lo contrario. Pues en la búsqueda de mejor posicionamiento en espacios de mercado, se comienza a pasar por alto prácticas de ética básica, como por ejemplo, una inadecuada gestión de proveedores y suministros para reducir costos, sin considerar las prácticas internas que esos proveedores pueden tener, muchas veces lesivas con la dignidad de las personas y el medio ambiente, consiguiendo así disminuir costos y ganar en el mercado. Esto, sin darnos cuenta que podemos dejar una estela de perjuicios contraria a la búsqueda de un Desarrollo Sostenible, que es el que hoy mayoritariamente se desea alcanzar y para lo cual muchas naciones han suscrito acuerdos que deberían derivar en leyes, normativas e incentivos que busquen favorecer este bien actuar.

A través de la colaboración, se pueden establecer alianzas para conseguir sinergias y actividades de mejora continua. Relacionándose en base a principios de confianza, transparencia, veracidad e integridad, se evitan las actuaciones abusivas derivadas de posiciones de poder, las que pueden restringir de manera ilegal, la libre actuación de otras empresas u organizaciones en el sector en que se desenvuelven.

Tal como plantea Christian Felber, autor de la propuesta de la EBC, en la Economía del Bien Común no se elimina la competencia. La EBC sigue siendo una economía de mercado y como tal, se fundamenta en algunos de sus pilares, la empresa privada (mercado) y el dinero, pero este último como medio y no fin, como inadecuadamente se propone en la forma clásica de economía. Nuevamente,  buscando y re-significando las palabras, “competencia” viene del latín: cum y petere “capacidad de concurrir, coincidir en la dirección”. Es decir “buscar juntos”, lo que hoy denominamos “cooperación”. Por tanto, la competencia no es ni significa “rivalizar unos contra otros”.  Rivalizar, entonces,  no puede ser eficaz ni eficiente. “La inteligencia de grupo es mayor que la inteligencia aislada de un individuo….La ciencia, por ejemplo, es una cooperación histórica de innumerables pensadores e investigadores” [1]. Por tanto existen múltiples formas y espacios de colaboración que nos permiten creer en la posibilidad de una mejor sociedad, mas equitativa y con mejores oportunidades para la población.

Midiendo la colaboración y cooperación.

Precisado lo anterior, lo que concretamente, propone el Balance del Bien Común y que nos genera una medida de actuación y evaluación, es poder apreciar tres aspectos y sus respectivos objetivos:

a) Transparencia de información y compartir conocimientos y tecnologías:

Es el grado en que somos capaces, como empresa u organización, de transparentar información relevante y compartir tecnología o métodos de actuar, haciéndonos preguntas tales como: ¿en qué medida compartimos información técnica?; ¿con quiénes?; la información acerca del origen de los proveedores y si estos son sostenibles y así entregarles más opciones de desarrollo y construcción de capacidades a estos.

También en este punto, como un segundo objetivo; ¿hasta dónde somos capaces de compartir conocimiento para mejorar el saber global de los productos y servicios y más aún, si estos se orientan decididamente a satisfacer necesidades humanas prioritarias? Preguntas tales como: ¿en qué áreas trasmitimos conocimientos para promover el aprendizaje mutuo? o ¿usamos software de código abierto?. Y al mismo tiempo, como un tercer objetivo; ¿nos abstenemos de promover acuerdos que restrinjan de manera ilegal o anti-ética la libre actividad de otras organizaciones en el mismo sector? Todo esto lo podemos medir a través de publicación de buenas prácticas; el sistema de aprendizaje, creación, difusión y gestión del conocimiento y cómo somos capaces de transferirlo a otros y hasta qué medida.

b) Compartir contratos y recursos financieros. Participación cooperativa en el mercado:

Se trata de observar, ¿hasta qué punto somos capaces de compartir recursos con empresas u organizaciones que lo requieren, si son de nuestro propio rubro o sector?; ¿Cómo abordamos caídas de la demanda o saturación de la oferta? ¿Pensamos o hacemos formaciones conjuntas y participativas entre diferentes empresas u organizaciones?. Como un segundo objetivo, también en este aspecto, ¿fomentamos la recomendación de otras empresas u organizaciones, si es que no podemos hacer frente a una orden o pedido? ¿se recomienda a otras organizaciones del sector? (y de paso se actúa en favor del interés superior del cliente, un acto que será reconocido y bueno para el bien común de todos). Aquí se presenta como relevante, el fomentar la participación cooperativa en el mercado y preguntarnos si: ¿Formamos parte de alguna entidad que busque mejoras del sector? (Clusters); ¿Se ha firmado algún acuerdo de colaboración con otras organizaciones o empresas?. Todo esto se puede medir apreciando si es que tenemos convenios o acuerdos vigentes, participación en cooperativas del sector, participación en mercados sociales, etc.

c) Marketing Cooperativo:

Este punto busca establecer sinergias de colaboración con otras organizaciones para realizar acciones de promoción conjuntas o de elaboración de productos y servicios y observar si: ¿Se desacredita a otras organizaciones o empresas que trabajan en nuestro sector?; ¿Se fomentan entidades sectoriales para promover un marketing ético y colaborativo?;¿Se realizan promociones conjuntas de productos y servicios? ¿Qué tipos de acuerdos de colaboración se tienen firmados?. Y esto lo podemos medir verificando los proyectos de promoción conjunta que desarrollamos, la metodología de creación de productos entre organizaciones con segmentos de clientes afines y presupuestos y acciones/memorias de marketing realizadas con este fin.

Nuestra experiencia en Colaboración – Cooperación:

En todos estos aspectos y en nuestro actuar desde Proqualitas, hemos mantenido el compromiso con nuestro sentido de querer aportar al desarrollo de organizaciones más sanas y productivas, lo que nos lleva a compartir estudios, artículos de opinión y metodologías. Los artículos y estudios son diversos y tocan temas como la transmisión de mejor energía a clientes, la ética, la confianza al interior de las organizaciones, el liderazgo o el desarrollo sostenible, todos alineados a elevar el conocimiento global de las organizaciones, con el fin de que estas puedan ir día a día mejorando su desempeño e impactar positivamente con sus servicios y productos. Toda esta información la comunicamos a través de nuestro sitio web, redes sociales y seminarios. Por lo que está a disposición de todos los actores del sector. Al mismo tiempo nuestra política es clara en cuanto a que no hemos incidido en la creación de ningún tipo de barrera de entrada en el rubro. Por el contrario, nuestra organización promueve el emprendimiento de otros actores en el mercado.

En cuanto a compartir recursos con organizaciones que los necesiten,  una acción recurrente que hemos venido practicando es compartir Horas/Persona en proyectos que se alinean a nuestra filosofía y valores organizacionales. Algunos ejemplos destacados son las actividades que en conjunto con la Universidad de los Andes hemos venido desarrollando para promover la ética al interior de las organizaciones. Otro ejemplo que destacamos es el proyecto colaborativo que hemos impulsado con REDMad (la Red de Mujeres de Alta Dirección)  el cual tiene como objetivo promover y facilitar la complementariedad de género al interior de las organizaciones. En todas estas instancias Proqualitas ha incurrido en la transferencia temporal de personal, lo que finalmente se traduce en recursos financieros.

En el punto B, relativo a participación de cooperación en el mercado, en Proqualitas no hemos practicado la recomendación de otras organizaciones en particular, puesto que, en casos de alta demanda, en los que no podemos hacer frente a nuevos proyectos, recurrimos a alianzas de colaboración con otros actores del sector. Esta forma de apalancamiento además nos permite fortalecer los lazos de colaboración con otras organizaciones. Y en cuanto a la participación cooperativa, esta es promovida desde múltiples ángulos y se lleva a cabo con empresas, organizaciones y otro tipo de movimientos que no necesariamente pertenecen a nuestro sector de servicio. Sin embargo, estamos seguros de que los efectos de estas instancias de cooperación si pueden tener incidencia y repercusión en el sector en el cual operamos. Algunos ejemplos de nuestro compromiso con el fomento de la participación cooperativa en el mercado son la acreditación como empresa B, pertenecer al movimiento que promueve la EBC y pertenecer al consorcio de organizaciones que está promoviendo la primera Banca Ética en el país. Por otro lado, también promovemos iniciativas como Factor F, espacio de conversación basado en metodologías de participación y co-construcción que busca orientaciones que permitan definir acciones que contribuyan al bien común

Finalmente, en el punto C, relativo a marketing colaborativo, desde nuestra empresa nunca se desacredita a otras organizaciones, ni tampoco se recurre a la publicidad de masas para captar clientes.

Estamos ciertos que aún debemos avanzar en múltiples aspectos que incrementen la colaboración y cooperación, pero son ya valores arraigados en nuestro quehacer y deseamos contribuir a lograr facilitar que estos aspectos se fortalezcan en diversas industrias y en nuestra sociedad. Así, bajo esta mirada de transparencia y coherencia ética contribuir a que los hechos de colusión a los que nos referíamos en el inicio de esta nota, no se produzcan, pues una perfeccionada cultura ética quedará debidamente sustentada. Este es nuestro compromiso como empresa orientada al bien Común.

[1] C. Felber, La Economía del Bien Común, ed Paidos, paginas 82 y siguientes