Cooperativas Agro-Alimentarias apela a la reciprocidad en las condiciones comerciales y a tomar conciencia política del problema citrícola

Carga Naranjas Puerto Valencia Exportación (Foto Generalitat Valenciana)

Cooperativas Agro-alimentarias de España ha explicado en Bruselas las problemáticas que dificultan la exportación de cítricos fuera de la UE, apelando a la reciprocidad en las condiciones comerciales y a tomar conciencia política de la problemática al más alto nivel.

Bruselas acogió la pasada semana la reunión del ‘Grupo de Trabajo de la Comisión Europea sobre medidas sanitarias y fitosanitarias’, en el que se dieron cita representantes de varios Estados miembros y organizaciones europeas sectoriales. A petición de Cooperativas Agro-alimentarias de España, se dedicó a profundizar en la situación del sector de las frutas y hortalizas, tomando como ejemplo la exportación de los cítricos.

En nombre de Cooperativas Agro-alimentarias de España y de todo el sector citrícola comunitario del COPA-COGECA, Paco Borrás, representante de Anecoop, presentó a la Comisión las problemáticas que dificultan la exportación de cítricos de la UE y limitan drásticamente la tan manida diversificación de los mercados.

Borrás destacó que, mientras la UE importa de terceros países 2,6 millones de toneladas de cítricos, solo exporta poco más de 600.000 toneladas. A lo largo de su exposición, «se demostró que este balance tan negativo se debe, fundamentalmente, a la falta de reciprocidad en las condiciones de entrada y salida que estos productos tienen en el comercio con terceros países», indicaron fuentes de Cooperativas-Agroalimentarias.

En este sentido, apuntó que los Países Terceros encuentran de golpe las puertas abiertas de todo el territorio comunitario y acceden a él en superioridad de condiciones, ya que no han sido sometidos a unas condiciones de producción (medioambientales, laborales, etc.) tan exigentes como las que deben satisfacer los productores europeos.

Por el contrario, los productores y exportadores comunitarios, además de partir de una situación de desventaja competitiva por esos estándares de calidad y los costes asociados, deben hacer frente a unas condiciones de entrada en los mercados de terceros países muy particulares y costosas, que se establecen mediante protocolos fitosanitarios.

Así, cada Estado miembro de la UE se debe dirigir en solitario –“producto a producto” y “país a país”–, a los gobiernos de los terceros países para negociar esos protocolos de exportación, «que contienen cláusulas draconianas que hacen muy difícil exportar fuera de la UE, ya que incrementan los costes y generan rigideces que llegan a convertir en prácticamente imposible la operación de exportar», añadieron las mismas fuentes.

Es el caso de países como EE.UU, China, Corea, India, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Méjico y Sudáfrica, donde existe un potencial mercado para los cítricos europeos, pero que no puede ser realmente aprovechado por las condiciones fitosanitarias exigidas. Y esto pese a ser la UE la región productiva del mundo con mejor nivel de sanidad vegetal.

A lo largo de la exposición se fueron enumerando varios ejemplos de estas exigencias, desde la obligación de registrar las explotaciones meses antes de exportar a estos países (lo que resta agilidad para adaptarse al mercado), pasando por la exigencia de financiar la visita de inspectores de terceros países que llegan para controlar los huertos y los contenedores en el país de origen, hasta llegar a imponer la obligación de determinadas condiciones técnicamente complicadas al transporte de la mercancía.

Todas estas prácticas contrastan con la flexibilidad que ofrece la UE a la importación de estos mismos productos desde los mismos países: se deja la opción de “tratamiento en frío” a decisión del país importador; se ofrecen canales diferentes para la fruta en función de su destino (fresco/transformado…), se permite que los controles en origen los haga la administración del país exportador, etc.

Para Cooperativas Agro-Alimentarias, «así se explica que grandes países productores en plena expansión –Sudáfrica y Egipto– puedan exportar sin problemas a la UE y mantienen y consolidan así su posición como primer y segundo proveedor extracomunitario de cítricos a la UE y, al mismo tiempo, impiden la llegada de producto comunitario a su territorio».

Además de las barreras fitosanitarias, desde el sector se han denunciado también las barreras arancelarias. A modo de ejemplo, Borrás recordó que para exportar cítricos a Turquía y Egipto se debe satisfacer un arancel del 54% y 30% respectivamente, mientras que la UE tiene 0% de aranceles a los cítricos importados de estos países.

FALTA DE RECIPROCIDAD

A su criterio, para «revertir esta situación de falta de reciprocidad y desequilibrio, y favorecer la exportación, haría falta, en primer lugar, que se tome conciencia de la problemática en todo su calado y al más alto nivel político, tanto en el marco de la negociación de los Acuerdos Comerciales de la UE como en los foros internacionales y en la OMC», añadieron.

Además, que los países terceros cumplan las normas internacionales sanitarias y fitosanitarias y se impida la imposición de medidas unilaterales arbitrarias que provocan una situación desleal con respecto a nuestras exportaciones.

Finalmente, añadió que sería recomendable que los Estados miembro transfirieran a la UE la competencia en materia de definición de condiciones de exportación de productos agroalimentarios, para que sea la Comisión Europea (y no individualmente cada Estado) quien dirima -con mucho más peso negociador- las condiciones de exportación, como se hace ya para definir las condiciones de importación a la UE y para la apertura de sus fronteras.

Fuente: agrodiario.com