De pescadores a cultivadores: en Los Vilos y Guayacán aprenden a “criar” cojinobas

cultivoExperiencia piloto con organizaciones de pescadores artesanales se desarrolla en tres caletas de la Región de Coquimbo.
Durante los últimos 11 meses los hombres se han capacitado en el manejo de cultivos de cojinoba del norte. A partir del 17 de noviembre, cada grupo recibirá una dotación de 200 peces juveniles para su engorda.

Cada día, a las 8:00 de la mañana, se inicia la rutina con el chequeo de los estanques. De ahí hasta las 10:30 hay una serie de tareas, incluyendo la revisión de la bomba de agua, controlar los parámetros de oxígeno, limpiar el filtro, alimentar los peces, entre otras. Más tarde, a las 18:00, nuevas mediciones y chequeos. Suena parecido a la crianza de peces ornamentales, pero se trata del protocolo de trabajo que deben practicar los miembros de la Asociación Gremial de Pescadores de Guayacán, la Cooperativa Los Vilos Ltda. y la Asociación Gremial Caleta San Pedro de Los Vilos, quienes están participando desde hace ya 11 meses en el “Programa de transferencia tecnológica del cultivo de cojinoba del norte para potenciar la acuicultura de pequeña escala (APE) en las caletas de la Región de Coquimbo”.

Esta iniciativa es desarrollada por la Universidad Católica del Norte (UCN), con aportes de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y Minera Los Pelambres. Se trata de una experiencia pionera en Chile en implementar el cultivo de peces nativos en conjunto con organizaciones de pescadores artesanales.

El proyecto tiene una duración total de 18 meses, con término en abril próximo. Su objetivo es desarrollar el cultivo experimental de peces nativos en tierra, como un paso previo obligado a su escalamiento en áreas de manejo en el mar.
Durante los últimos 11 meses los pescadores han estado capacitándose y experimentando en la engorda de cojinoba del norte (Seriollela violacea), con una transferencia tecnológica que utiliza el método de aprender-haciendo.

La tarea se está realizando en las caletas de Guayacán, Los Vilos y Ñague. En cada una de ellas se instaló dos estanques en tierra, con capacidad para cinco mil litros de agua, más paneles solares para proporcionar energía a los sistemas. Los tres grupos trabajado con peces en cantidades limitadas, como parte de su capacitación. Pero ahora, durante el presente mes, cada caleta recibirá una dotación de 200 cojinobas juveniles para cultivar.

“Es un ensayo práctico obligado en el cultivo de esta especie, y con miras a que, en el mediano plazo, (los pescadores) complementen las actividades de las áreas de manejo con el cultivo de algas, invertebrados y también de peces nativos, como lo permite recientemente la normativa”, señala el director del proyecto, Héctor Flores, investigador de la UCN.

DIVERSIFICACIÓN PRODUCTIVA
La idea surgió a finales de 2015, al alero del Programa de Acuicultura en Áreas de Manejo de la UCN y con el apoyo de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura. Aunque este proyecto tiene una duración limitada, se espera prolongarlo mediante una fase dos, en la cual los peces pasen a una etapa avanzada de engorda en el mar.

“El siguiente paso debería ser el lograr desarrollar un segundo proyecto para escalar la etapa del cultivo de cojinoba del norte, con una jaula en mar con una tonelada de peces, para cerrar el ciclo de cultivo en cada caleta”, indica Flores.
El presidente de la Cooperativa de Pescadores Artesanales de Los Vilos, Juan Rojas, se entusiasma con la expectativa de llevar el cultivo al océano: “Es el sueño de todo pescador, pues es nuestro lugar de trabajo y prácticamente donde hemos hecho la vida. Creo que es un desafío bastante grande y pienso que lo vamos a tomar de buena manera”.

Rojas explica que al incorporarse a este proyecto “quisimos experimentar con algo nuevo”, sobre todo con miras a diversificar las actividades de la cooperativa. “Afortunadamente, hay un grupo de diez compañeros que se han portado muy bien, pues han manejado toda la situación en el cuidado de los peces. Se ha tomado conciencia para ver si podemos dar un paso más grande”.
Pedro Codoceo, presidente de la A.G. de Caleta San Pedro de Los Vilos, sostiene que “ha cambiado la mentalidad de la pesca artesanal, ya no somos sólo meros extractores. Por eso, cuando se nos plantea la posibilidad de realizar el engorde en tierra de peces en la caleta y para luego, continuar con una fase en jaulas en mar, nos pareció muy interesante y apoyamos enseguida la iniciativa”.
Ambos dirigentes coinciden en que este modelo piloto es replicable en otras caletas de la región, siempre que exista el compromiso de las organizaciones.

FUENTE: SEMANARIOTIEMPO