De superviviente a activista por los derechos humanos

Una carta abierta y una llamada a la acción para las grandes empresas y sus respectivos directores ejecutivos, que tienen el poder de iniciar el cambio global

Queridos directores ejecutivos,

¿Qué significa para vosotros el comercio justo? ¿Significa erradicar el trabajo infantil, el forzado y dar voz a los empleados indocumentados? ¿Significa comprar y vender justamente? ¿O  transformar el mundo a través de los principios generales del acuerdo? La mayoría de personas piensa que el comercio justo significa sostenibilidad, condiciones seguras y un salario digno. En mi experiencia esta realidad no es en absoluto común.

Nací en un pequeño pueblo en la frontera de India con Nepal donde no hay registros de nacimiento ni de defunción. Si me preguntaras cuántos años tengo, no podría decírtelo con exactitud. Cuanto tenía alrededor de 9 o 10 años me convertí en una trabajadora infantil. Fui empleada en conocidas empresas del sector textil que utilizaban mano de obra extranjera en condiciones poco reguladas. Con el fin de mantenerse al día con las demandas de las corporaciones de bajo coste y producción rápida, estas fábricas crearon talles de explotación clandestinos en las áreas urbanas de Nepal, utilizando a trabajadoras indocumentadas como yo.

Como demuestran los datos, hay millones de personas no registradas que sufren en nombre de las ganancias de dichas empresas:

  • 40,3 millones de hombres, mujeres y niños son víctimas de la esclavitud a nivel internacional
  • 151,6 millones de niños de 5 a 17 años son trabajadores infantiles
  • Más de mil millones de personas viven con menos de un dólar al día
  • El 35% de los nacimientos y el 60% de las defunciones no se registran
  • Cada dos segundos una niña es obligada a casarse para producir más trabajo gratuito

Ser una niña indocumentada me arrojó a estas condiciones de vida. Cuando empecé a trabajar, vivía en una pequeña habitación sin baño ni agua limpia con otras seis personas. Nos obligaban a trabajar siete días a la semana entre 10 y 12 horas diarias por dos dólares. Mi cama era la gran pila de ropa con la trabajaba día a día. Por la noche soñaba con esas prendas, con quién las usaría y dónde acabarían. Si estás leyendo esto y no sabes quién hizo tu ropa, tal vez es la ropa que yo cosí cuando era niña trabajadora.

En los talleres de explotación fui testigo de cómo los tintes tóxicos se vertían en nuestras vías fluviales y se drenaban ilegalmente. Debido a estos desechos industriales nuestros ríos, que un día fueron hermosos, están prácticamente secos. Hoy en día dichos desechos son la causa principal del envenenamiento de los ríos de Nepal. Nuestra naturaleza nunca ha conocido un sufrimiento tan agresivo. Todo por culpa de una fabricación industrial irresponsable con las personas y el medioambiente. A día de hoy ya hemos perdido el 30% de los recursos naturales.

El propósito de esta carta es simple: os pido que toméis medidas para ayudar a cambiar la forma de producir y comerciar con bienes hacia un modelo respetuoso con los derechos de las personas y el medioambiente.

En 1942 se establecieron los valores del comercio justo, que se basaban en la compasión y la paz. Incluían un componente espiritual en lugar de la ganancia financiera. A lo largo de mi vida he visto cómo son capaces de restaurar la dignidad humana. Imagínate cómo se podría transformar la realidad 7,3 mil millones de almas en el mundo.

Dichos principios tienen el potencial de curar el sufrimiento de las personas y al mismo tiempo ofrecer un sistema próspero. Actualmente hay un mercado creciente de compra consciente y podría ser conveniente desde un punto de vista económico y humanitario considerar mi petición.

Mi experiencia como trabajadora infantil me abrió los ojos, me obligó a ver los daños individuales, ambientales y sociales generados por las corporaciones que priorizan los beneficios económicos frente a la calidad de vida de las personas que viven en países pobres. A pesar de que la producción consciente no solo es posible sino también rentable.

Nos hemos convertido en una sociedad competitiva e impulsada por el dinero. Por cómo actuamos, parece que no nos importara la justicia social. Esto es evidente para las empresas europeas y estadounidenses que trasladan su producción a países pobres.

Cuando el comprador habla con el fabricante discute el producto, el precio, la cantidad y el plazo, pero nunca los lugares de producción ni las condiciones laborales. Si lo hubieran hecho, habrían encontrado mi rostro de nueve años en aquel edificio clandestino. Quizá si lo hubieran tenido en cuenta en 2018 se habrían registrado los nacimientos y las defunciones en mi aldea y mi tía no habría sido asesinada por defender sus derechos básicos.

Ahora, como mujer adulta, educada y empoderada soy consciente de que todas las injusticias sociales son en realidad problemas resolubles. Depende de todas las personas cambiar el mundo, pero usted y su empresa tienen mucho más poder para efectuar el cambio. Vivimos en un mundo globalizado donde las acciones de una persona, país o corporación afectan a otras.

Empecé a hablar de mi vida y de mi trabajo públicamente porque pocos compradores entienden los principios de mi negocio. La mayoría buscan servicios baratos y rápidos, por eso sentí la necesidad de buscar a personas con ideas afines para trabajar en un modelo distinto de producción.

Si no hay igualdad ni las personas ni la sociedad se sentirán plenas. Para eliminar esa situación de desequilibrio decidí fundar Local Women Handicrafts, Public Charity y LOCWOM, una empresa social de confección. No sé qué impacto puedo crear a nivel internacional, pero sé que he hecho un cambio en mi comunidad. Este tipo de negocios sociales no solo están cambiando la vida de las mujeres sino también la realidad de las familias, poniendo fin al desequilibrio en mi entorno.

Esta es una lista de acciones que nosotras llevamos a cabo y que esperamos que usted y su corporación adopten:

  • Empezamos la campaña Clean City porque la gente del valle de Katmandú, sin saberlo, inhala vapores equivalentes a fumar 10 cigarros al día.
  • Proporcionamos kits de bienestar menstrual a las niñas y mujeres pobres para que se sientan cómodas y no falten a la escuela.
  • Empezamos el proyecto Donate Creative Backpack porque el 20% de los estudiantes nepalíes no tienen suficientes suministros para asistir a la escuela.
  • Local Women Handicrafts sigue los principios del comercio justo.
  • Utilizamos biogás en el que reciclamos todas las sobras para convertirlas en gas de cocina.
  • Capacitamos a las víctimas del terremoto y a las mujeres marginadas con habilidades sostenibles para que sean independientes. Desde 2008 hemos formado a más de 100.
  • Tenemos una tienda cooperativa donde invitamos a cada comprador a conectarse con todos los empleados y es obligatorio que cada comprador visite nuestra fábrica y se conecte con las trabajadoras.

Creo en el negocio del empoderamiento. Creo en dar fuerza a la gente para que mejoren sus vidas. Actualmente estamos informando a otras fábricas sobre la posibilidad de trabajar en condiciones de comercio justo. El salario digno y comercio ético son posibles. Un cambio global desafiará varias facetas del sistema monetario y comercial existente, pero les prometo que las recompensas que traerá al mundo serán mucho más valiosas que cualquier ganancia.

Te pido que cambies:

1. Instalaciones de producción corruptas por trabajar con productores desfavorecidos

2. Contaminación ambiental por acuerdos para proteger la tierra

3. La codicia corporativa por condiciones de trabajo seguras

4. Niñas/os trabajadores por Igualdad de derechos para hombres y mujeres

5. Salarios de trabajo esclavo por salarios dignos

6. Ética empresarial cuestionable por acuerdos transparentes de beneficio mutuo

Juntos podemos marcar la diferencia que necesita el mundo. Debemos apoyar los derechos humanos, la dignidad, la protección del medio ambiente y así las sociedades futuras serán prósperas y sostenibles. Tenemos que aumentar la calidad de vida de los pobres. Sé por experiencia personal que la gente de los países más pobres del mundo está buscando oportunidades para una vida mejor. Si implantamos sistemas saludables y de calidad, ellas son los que van a sanar nuestro planeta.

Amigos, el cambio transformacional viene hacia nosotros porque finalmente estamos despertando. Pueden ser parte de él conmigo o pueden ser responsables de todas las atrocidades enumeradas anteriormente que continuarán ocurriendo si no cambian la producción de su compañía. Les animo a dar el primer paso hoy, ya sea contribuyendo a LOCWOM a través de nuestro fondo kickstarter, que nos permitirá adquirir los recursos necesarios para continuar con nuestro trabajo o comenzando a crear nuevas políticas corporativas que tengan en cuenta el bienestar de las personas que trabajan en su fábrica.

¿Responderá a esta llamada a la acción tomando las medidas necesarias para asegurar que la gente, como yo, nunca tenga que soportar las penurias causadas por ignorar las prácticas de comercio justo? Espero que su respuesta sea sí.

Nasreen Sheikh, fundadora de LOCWOM. Traducción de Carmen Blanco Grigelmo

Fuente: El País