Economía Social y el Futuro del Capitalismo

Se puede afirmar que hoy en día, la desigualdad y la pobreza van en desvergonzado aumento, así como el deterioro de los recursos naturales, que se evidencian, con el cambio climático que vivimos.

Si nos remitimos a la Teoría Económica, el origen de estos problemas, puede basarse en dos vertientes: el primero en el modelo económico socialista, en donde se procura primordialmente una intervención del Estado de la Economía; y el otro, en el modelo de corte Neoliberal, en donde el libre mercado solo ha provocado despilfarro. Ambos han incurrido en una serie de fallos. 

El primero, su intervencionismo ha provocado burocracia, corrupción, grupos de presión y rigidez. En tanto el Capitalismo-Neoliberalismo sus fallos se centran en la acumulación de riqueza excesiva, lo que provoca desigualdad social, exclusión, polución y deterioro del medioambiente…

El problema de la teoría económica neoclásica es el supuesto de que el empresario-emprendedor, solo se mueve bajo la idea de maximizar sus propios beneficios económicos. Esto, reduce la naturaleza de los seres humanos solamente en la dimensión económica olvidándose de otros factores como los sociales, políticos o inclusive hasta emocionales.

Por otro lado, el concepto de Economía Social y Solidaria, surge como una solución contra la desigualdad que el sistema genera y propone prácticas alternativas al sistema económico actual mediante la aplicación de valores universales, como la equidad, la justicia, la fraternidad económica, la solidaridad social, el compromiso con el entorno y la democracia directa.

La base ideológica de la Economía Social y Solidaria, incorpora rasgos esenciales compartidos, como unos sistemas de decisión y organización democráticos, voluntad de transparencia y equidad, empoderamiento de las personas, orientación ética de la actividad, primacía de la cooperación frente a la competencia, preocupación preferente por las personas y colectivos más necesitados, respeto medio-ambiental, focalización en la generación de empleo, atención destacada al entorno local y vocación de trabajo al servicio del bien común.

Desde hace más de una década, algunos gobiernos han asumido la institucionalización de la economía solidaria o popular. Así, y aunque en diferentes grados, se reconoce la Economía Social Solidaria en textos constitucionales y legislativos, y se desarrollan estructuras ejecutivas para su promoción, como ocurre en los casos de Bolivia, Ecuador, Venezuela o Brasil. No en vano han sido en países del Sur donde mayor desarrollo han tenido estas economías alternativas.

Principalmente, como iniciativas populares de subsistencia frente a la marginación de los mercados; y por otra, como expresión de alternativas de los movimientos sociales y los proyectos políticos críticos con la deriva capitalista.

Sin ahondar mucho en el tema, de manera enunciativa, más no limitativa, unas de las ventajas de la Economía Solidaria son: creación de empleos decentes, cohesión social, mayor flexibilidad frente a las condiciones de mercado, la constitución como actor político, una promoción a la inter cooperación; todo ello, como dique frente a un Capitalismo agresivo.

Fuente: vanguardia.com.mx