EL AGUA, RESPONSABILIDAD DE TODOS

agua potable

PARA TODOS LOS SERES VIVOS ESTA MUY CLARO QUE EL AGUA DULCE, RECURSO FINITO Y VULNERABLE, ES EL MÁS IMPORTANTE; PERO LA HUMANIDAD ESTÁ UTILIZÁNDOLO Y CONTAMINÁNDOLO MÁS RÁPIDAMENTE DE LO QUE EL AGUA NECESITA PARA REPONERSE.

Solamente el 3% de agua del planeta es apta para el consumo humano; por ello son tan lamentables las prácticas irresponsables de la agricultura, la industria, que es responsable de la contaminación de los ríos, lagos y mares; y también de las comunidades en el uso doméstico y que muchas veces se malgasta. No podemos ignorar que millones de personas que carecen de acceso a este elemento vital; y que decir de la alta tasa de mortalidad existente en adultos y sobre todo niños menores de cinco años por enfermedades diarreicas relacionadas con esa carencia.

El problema de la carencia y contaminación del agua es conocido desde la antigüedad, ya que aparecen relatos de la contaminación del agua incluso en las Sagradas Escrituras. Este problema es local, regional y mundial.

Y sumado a la contaminación, estamos asistiendo con la globalización a una concentración impresionante de la industria en torno a varias multinacionales que están creando auténticos oligopolios, entre ellas la Coca Cola, Pepsi Cola, la Nestlé…, por mencionar algunas, con decenas de marcas en torno a cada una de ellas, donde marcan el precio y calidad del agua sin apenas control alguno. En este sentido tenemos que tener muy claro que “el agua es mucho más que un bien, que un recurso, que una mercancía, el agua potable es concretamente un derecho humano”.

Cabe destacar que en muchos países no existe aún una ley nacional de aguas y saneamiento. Como consecuencia, en su mayoría las aguas residuales no son tratadas y los municipios descargan sus residuos directamente a los ríos, lagos y mares. Y la razón es que en la actualidad, la política del agua todavía se rige sobre todo por preocupaciones políticas y económicas a corto plazo que no tienen en cuenta la ciencia ni la buena gestión. Se necesitan soluciones tecnológicas acertadas y mayor financiación, así como más datos sobre los recursos hídricos, sobre todo en los países en desarrollo.

Un ejemplo claro es el caso del Lago de Atitlán, la reserva natural de agua dulce más grande de Guatemala y la segunda más importante del área de México y América Central. El científico Marvin Alfonso Romero Santizo, que lleva a cabo estudios sobre ese manto acuífero desde hace catorce años, asegura que el Lago de Atitlán es sometido a un proceso alarmante de contaminación, y que el lago está en la fase de transición y que superada esta fase de transición las probabilidades de ser un lago sano se reducen considerablemente, y de igual manera se incrementan las de un lago enfermo, el experto estima que para el año 2039, sino antes, el lago de Atitlán será un lago sano sólo en un 10%, medianamente enfermo en un 80% y severamente enfermo en 10%.  Indica en sus estudios que las medidas inmediatas que tendrían que tomarse para evitar la contaminación es la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales adaptadas a las características sociales, culturales y económicas de la población de la cuenca.

Así mismo los ambientalistas y expertos en recursos hídricos coinciden en que no existe un monitoreo constante de las fuentes de agua, aunque “estudios revelan que aproximadamene el 90% de los ríos y lagos sufren algún grado de contaminación”.

Suelen ser las empresas las que están vinculadas con severos daños al medio ambiente, específicamente en la contaminación y desvío de ríos para su beneficio. Y lo más lamentable e indigno es que los gobiernos de turno hacen de la vista gorda para favorecer a las empresas.

Y para agravar el problema, el ciclo hidrológico es cada vez menos previsible ya que el cambio climático altera los patrones de temperatura establecidos en todo el mundo. Los países desarrollados son los que contribuyen más al cambio climático. Es un hecho que son miles de toneladas de gases invernadero producidos por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, los que causan retención de calor en la atmósfera, originando cambios en el clima, más lluvias, más sequías, huracanes y temperaturas extremas que inciden negativamente en el uso y abastecimiento del agua.

Es verdaderamente alarmante que en la actualidad exista una gran cantidad de islas en todos los mares y océanos del mundo, que por estar prácticamente al nivel del mar, se encuentran en peligro real de desaparecer si las aguas siguen creciendo al ritmo acelerado. Los gobiernos de los países amenazados culpan de la actual situación a la emisión irresponsable de gases de efecto invernadero de los grandes países y urgen a tomar medidas para frenar el calentamiento global. Al mismo tiempo, tienen que pensar en la futura evacuación de sus habitantes e incluso en comprar terrenos a los países vecinos. No seria nada raro que en un futuro cercano el estatus de refugiado por razones climáticas entre en vigencia, algunos isleños están dispuestos a pelear por este derecho hasta en los tribunales internacionales.

Es urgente tomar las medidas de prevención y adaptación al cambio climático; la eficiencia energética, la reducción de la contaminación del agua y el reciclaje de la misma, como así también el saneamiento y el aumento de los cultivos en equilibrio con la capacidad de la naturaleza. Y en vista que los lideres del planeta no se ponen nunca de acuerdo, y si lo hacen, no cumplen a conciencia con un verdadero plan para tomar las medidas necesarias; somos nosotros los que tenemos que tomar la iniciativa, si amigos lectores, ya que dependerá de nuestras actitudes y nuestras acciones que lograremos cambios verdaderos; porque al final, somos nosotros los que nos vemos directamente afectados con la escasez, contaminación, retención y lucro, de ese vital líquido.

” El agua es el corazón de los pueblos, que si deja de latir, dejamos de existir”.

FUENTE: OTRO MUNDO ES POSIBLE