El dinero, tal y como lo conocemos ahora, ya no volverá a ser igual

Desde una perspectiva de triple impacto (social, ambiental y económico) fue presentada en Posadas la tecnología que permite el desarrollo de criptomonedas.

El último tiempo las criptomonedas han estado en el centro de la escena financiera y mediática a raíz del gran incremento que registró el Bitcoin y muchas otras criptomonedas. Sin embargo, el factor realmente disruptivo de las criptomonedas no se encuentra en la posibilidad de obtener ganancias por las vías de la especulación, sino en la tecnología sobre la cual las criptomonedas se construyen. 

 
Con estos conceptos, el doctor en Economía Sebastian Valdecantos, explicó de manera didáctica y con detalles técnicos y económicos la arquitectura Blockchain, el uso de las criptomonedas y también presentó la experiencia de Moneda Par.
 
En su presentación, el integrante de WABA.network sostuvo que esta tecnología se llama “Blockchain” que además de ofrecer una infraestructura tecnológica segura, transparente e incorruptible (debido a que la información que circula en ella, en vez de estar centralizada en un único nodo, se encuentra replicada en todos los nodos de la red, que pueden ser millones), permite la creación de aplicaciones descentralizadas. 
 
Las aplicaciones descentralizadas ofrecen los mismos usos que las aplicaciones que conocemos (mandar y recibir mensajes de texto, compartir nuestras fotos con nuestros amigos, enviar y recibir dinero, etc.) pero en lugar de limitarnos a ser usuarios nos dan la posibilidad de, además, ser dueños de la plataforma. 
 
A través de esta tecnología, entonces, se pueden hacer posibles proyectos que, a pesar de su impacto social y ambiental positivo, no encuentran financiamiento en el mercado tradicional.
  
La tecnología Blockchain permite crear criptomonedas que promuevan la recuperación de residuos, la producción de energías renovables, el crédito mutuo entre organizaciones, el intercambio de servicios entre personas, el fortalecimiento de los comercios locales, etc. 
 
A esto se suma la posibilidad que, a diferencia de lo que sucede con el dinero tal como lo conocemos, cualquiera de estos proyectos de impacto a través de una criptomoneda permite que el gobierno de la misma sea llevado a cabo por todas las partes interesadas, para permitir que todos los miembros de la comunidad dejen de ser simples “usuarios” para pasar a ser “accionistas” que tienen derecho a voz y voto. En síntesis, lejos de ser un instrumento únicamente especulativo, las criptomonedas brindan herramientas monetarias para el desarrollo cooperativo. 
 
En crecimiento
El fenómeno de utilizar moneda virtual pronto dejaría de ser tal y pasaría a ser la forma de comprar y vender del futuro. Según el experto en economía,  “con la criptomoneda tenemos la flexibilidad de crear un dinero específicamente diseñado para cumplir un objetivo particular: por ejemplo el reciclado de residuos, podemos generar una criptomoneda que va a remunerar a las personas que -en sus hogares- separan los residuos y los llevan a un centro de reciclado”, dijo Valdecantos a PRIMERA EDICIÓNconsultado sobre el mecanismo de funcionamiento del sistema.
Eso hoy no sucede, si hago esa actividad nadie me paga en pesos argentinos por haber reciclado; bueno la criptomoneda pensada y diseñada para estos fines trae grandes beneficios, siempre y cuando haya una comunidad que la crea y gobierna para esos fines, puede funcionar”.
Indicó el economista: “En Buenos Aires estamos trabajando con la primera criptomoneda con fin social de Argentina, que se armó para generar un sistema de crédito mutuo entre empresas cooperativas, las cuales se ponen de acuerdo sobre cuál es el valor nominal del mercado, que puede ser uno a uno”.