El reconocimiento que alienta a la pesca industrial

El reconocimiento que alienta a la pesca industrial

Sabemos que el jurel es una especie indispensable para la pesca industrial en la Región del Biobío. De los 2,5 millones de cajas de conserva que se elaboran al año, el 90% se produce en esta zona, específicamente en Coronel. Los productos congelados, a su vez, van ganando una posición privilegiada en el consumo interno y en las exportaciones a Estados Unidos, Europa y África.

Recientemente la Pesca Industrial obtuvo la certificación Marine Stewardship Council (MSC) para la pesquería del jurel. Este es un gran logro que nos llena de orgullo, porque convierte al jurel chileno en la pesquería certificada más grande de Latinoamérica, ratificando que la captura sustentable de este recurso está comprometida con su futuro.

Han sido años de trabajo arduo, silencioso y muchas veces agridulce para la pesca industrial. Pero, gracias a un actuar responsable y una gestión eficaz, apegada a las normativas vigentes, hemos conseguido recuperar la pesquería del jurel, que hoy se encuentra completamente sana, lo que es reconocido por la importante certificación internacional que hemos recibido. Este es un reconocimiento al esfuerzo desplegado por la pesca industrial y sus trabajadores.

Fue un proceso de evaluación riguroso, de casi un año y medio, donde se verificó que la pesca industrial chilena de jurel, que desarrollan las empresas Alimar, Blumar, Camanchaca, FoodCorp, Landes y Orizon, desde las regiones de Atacama a Los Lagos, cumple y se compromete con las mejores prácticas pesqueras a nivel mundial.

En un escenario de permanente inestabilidad y de reformas alejadas de criterios técnicos y científicos, esta certificación es un espaldarazo al trabajo bien hecho y nos anima a seguir por el camino que hemos tomado. Nuestra decisión de incorporar y fomentar las mejores prácticas mundiales ha sido clave en la recuperación de la pesquería.

Sabemos que el jurel es una especie indispensable para la pesca industrial en la Región del Biobío. De los 2,5 millones de cajas de conserva que se elaboran al año, el 90% se produce en esta zona, específicamente en Coronel. Los productos congelados, a su vez, van ganando una posición privilegiada en el consumo interno y en las exportaciones a Estados Unidos, Europa y África.

Actualmente, el jurel tiene una cuota global de 380 mil toneladas, que ha venido en aumento en los últimos años gracias a las medidas de conservación y manejo que hemos incorporado. Estas han sido trabajadas con la autoridad y la asociatividad internacional pesquera en la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur.

El resultado es valioso. En solo tres años la recuperación de la población de jurel permitió incrementar la cuota en 28,4%. Esto demuestra que un trabajo basado en la ciencia y respeto de las normas funciona. Y así como es eficaz con un recurso industrial, también debe resultar en las especies sobre las que operan todos los sectores pesqueros.

Este reconocimiento alcanzado no es trivial. Es un hito que nos imprime energías adicionales para seguir trabajando en mayores innovaciones de productos y en alimentos de calidad

Sin embargo, es fundamental que el mundo político tome en cuenta los avances de la Pesca Industrial en materia de sustentabilidad y el efecto positivo en el dinamismo en las regiones en que opera, antes de abordar nuevas decisiones en materia de legislación pesquera. Nuestro esfuerzo permanente como país debe apuntar a potenciar una actividad tan beneficiosa para todos y evitar regulaciones que amenazan y dañan antojadizamente el pilar social y económico que hemos construido en más de 70 años de aprendizaje.

Fuente: elmostrador