ESPARRAGUEROS LOCALES PROMUEVEN ASOCIATIVIDAD Y AGREGACIÓN DE VALOR

La producción de espárragos en Chile está orientada principalmente a la agroindustria, destinando el 90% al congelado para exportación (principalmente Europa y Estados Unidos), mientras que el 10% restante se comercializa fresco en el mercado interno.

El boom de este cultivo se observó a partir de los años noventa, sin embargo, la irrupción de los espárragos peruanos ha cambiado el panorama, dado que Perú tiene ventajas comparativas para la producción en mayor escala durante todo el año, versus una temporada que en Chile se extiende desde mediados de septiembre hasta diciembre.

“En Perú destinan el 40% de la producción a la industria, es decir, enlatado y en conserva, y cerca del 60% a fresco, y en ese segmento no podemos competir, porque ellos pueden abastecer al mercado mundial durante todo el año, ya que tienen un clima apropiado para ello y sólo deben preocuparse de controlar dos variables: el agua y los nutrientes”, comentó Jorge Ocampo, ingeniero agrónomo, productor de El Carmen y presidente de la Asociación Gremial de Esparragueros del Centro Sur de Chile.

Ocampo hizo hincapié en el gran desarrollo que ha experimentado la industria hortofrutícola en el país vecino gracias a obras que han permitido regar miles de hectáreas de desierto, conduciendo el agua desde la selva a través de túneles que atraviesan la cordillera, hacia la costa. De hecho, en los supermercados chilenos el espárrago que se ofrece es de origen peruano.

Ñuble
En Ñuble se concentra el 55% de la superficie de espárragos del país, principalmente en las comunas del valle central y la precordillera, como San Carlos, El Carmen, Chillán, Coihueco y Pinto.

Se trata de productores, en su mayoría, medianos, con un promedio de 10 hectáreas cada uno, pero con una gran preocupación por la inocuidad y la trazabilidad.

Calidad
El dirigente gremial, no obstante, afirmó que “a mí no me asusta Perú”, y argumentó que existe una diferencia importante en la calidad entre ambos productos, pues mientras el de origen peruano es más lignificado (duro, con fibrosidad), lo que está dado por las condiciones edafoclimáticas (de suelo y clima), el chileno es de mejor calidad, más palatable y turgente, gracias al suelo y a las oscilaciones de temperatura entre el día y la noche, brindándole un sabor más suave, atributo que los mercados más exigentes pagan mejor.

En ese sentido, afirmó que existe mercado para todo, y destacó la creciente demanda de Asia, así como también la apuesta por nichos específicos, donde la calidad y la inocuidad del producto asoman como los grandes elementos diferenciadores, aprovechando las condiciones fitosanitarias de Chile.

Desafíos
“Tenemos un mercado interno que no hemos sabido aprovechar”, sentenció Ocampo, al comenzar a enumerar los desafíos de su sector, donde figuran como los principales objetivos: la agregación de valor, como la calibración del producto y el escaldado; la incorporación de tecnología en los procesos; el aumento de los rendimientos, con la incorporación de nuevas variedades; y en el largo plazo, trabajar en la cadena de comercialización.

Para ello, explicó, es vital el fortalecimiento de la asociativad entre los productores, razón por la cual 16 productores que representan el 30% de la producción nacional de espárragos formaron el Grupo de Transferencia Tecnológica (GTT) Hortofrutícola del Bío Bío, que busca mejorar la tecnología, rendimiento y rentabilidad de los cultivos. Administrado por INIA Quilamapu, esta agrupación nació hace cinco años, ha realizado giras tecnológicas y ha logrado introducir nuevas variedades que han permitido elevar el rendimiento promedio de 4-5 toneladas por hectárea a un rango entre 10 y 12.

De igual forma, y siguiendo la misma línea, 12 productores constituyeron el Profo Hortofrutícola del Bío Bío, al alero de Corfo, que concentran el 20% de la producción nacional de espárragos, y también están avanzando en la introducción de variedades más rendidoras con características que está demandando el mercado internacional, así como también en el aumento de la superficie plantada. En el largo plazo, los integrantes de este profo están apostando por dar mayores pasos en materia de asociatividad, donde no se descarta la creación de una empresa asociativa, de manera de negociar en conjunto con las exportadoras y, eventualmente, generar las inversiones necesarias para llegar directamente a los mercados externos.