Los efectos del cambio climático están siendo cada día más dramáticos y evidentes en todas las regiones del país. La extensión de la marea roja desde Magallanes y Aysén, hacia la Isla de Chiloé y las regiones de Los Lagos y Los Ríos, son un ejemplo de este fenómeno. El Servicio Nacional de Pesca, ha tenido que utilizar drones para fiscalizar apozamientos de mariscos y proteger a la población. El monitoreo de este florecimiento de algas dinoflageladas, tanto por el IFOP, Sernapesca y, el que mayor competencia tiene en el área, como es el Ministerio de Salud, requiere de más medios y representación territorial en esta especial y poco conocida zona del Litoral de la Patagonia.
La acidificación del océano por el mayor nivel de anhídrido carbónico, los cambios de temperatura, va produciendo el movimiento de los peces y ajustes en los ecosistemas, que han terminado en la masiva mortandad de sardinas y mariscos bivalvos que no mueren por marea roja.
En la Comisión de Medio Ambiente han expuesto sus antecedentes tanto los organismos del gobierno como Subpesca, Instituto Fomento Pesquero e investigadores de las distintas universidades. Con muy pocos medios económicos, han demostrado la necesidad de contar con boyas oceanográficas y estudios que sean capaces de modelar y anteponerse a estos efectos. Por otro lado, la sequía ha obligado a cambiar la captación tradicional de agua potable en ciudades como Cochrane, y los pobladores rurales se están abasteciendo de agua para bebida, ganado y actividades agrícolas, teniendo que trasladarlas en bidones de a caballo.
En los sistemas eléctricos medianos, es decir, inferiores a 200 MW, dado lo ajustado de las matrices de generación, basados en criterios casi únicos de rentabilidad, la baja disponibilidad de agua y de viento en épocas del año como ésta, han obligado a usar en una mayor proporción las centrales de respaldo termoeléctricas, aumentando los gases de efecto invernadero y los costos significativamente.
Estos son algunos ejemplos de elementos que están cada día más evidentes y que obligan a nuestro país a establecer una política pública y participativa para enfrentar el fenómeno de cambio climático. Chile tiene, además. mucho que ofrecer a nivel mundial, con su extensa superficie a forestar, ecosistemas marinos y el repoblamiento de algas en el borde costero, y el urgente desarrollo de las ERNC que pueden hacer una importante diferencia a nivel latinoamericano y mundial, y con ello fundamentar una mayor investigación e innovación, que tiene un muy bajo financiamiento en el país.
FUENTE: DIARIO AYSEN