«La basura es dinero», es el lema para promover cooperativas de reciclaje en Tailandia

"La basura es dinero", el reclamo para promover el reciclaje en Tailandia

«La basura es dinero» es el lema de la emprendedora tailandesa Chadsanan Masawang-phairojana para promover cooperativas de reciclaje en barrios y comunidades de Tailandia, uno de los países que más plástico tira a los océanos.

Desde hace seis años, Chadsanan trabaja con las autoridades, centros educativas, ONG y vecinos para convertir la gestión de las basuras en una fuente de ingresos para las comunidades y una forma de reducir el grave problema de los desechos en el país.

«Mi trabajo consiste en buscar cómo se puede reducir la cantidad de basura en Tailandia porque es una crisis medioambiental», indica a Efe Chadsanan, de 47 años y residente en el popular distrito de Din Daen en Bangkok.

«Pensé ‘¡bueno!, voy a enseñar a los tailandeses a clasificar las basuras y a convertir la basura en dinero’. Se me ocurrió convertir el reciclaje de basura en un hábito de ahorro. De un bat a 10 bat, de 10 a 100, de 100 a 1.000 o de 1.000 a 10.000», agrega la tailandesa.

Chadsanan trabajaba en una empresa de seguros cuando, debido a las protestas de 2010 en Bangkok, tuvo que estar varias semanas trabajando desde casa y aprovechó para hacer un curso sobre proyectos empresariales.

Observó que la acumulación de basura era un problema en el condominio de viviendas en el que vivía, así como en el resto del país, e ideó un proyecto para crear centros de reciclaje en vecindarios y comunidades pequeñas.

La tailandesa presentó la idea a un concurso y ganó el primer premio, dotado con 50.000 bat (unos 1.500 dólares o 1.200 euros), con los que montó su empresa social Ruammit 2011.

Empezó a aplicar su modelo para organizar la recogida y reciclaje de la basura en su barrio y, hasta la fecha, ha implementado siete cooperativas similares en otras partes de Bangkok y en las provincias de Samut Prakan, Rayong, Chumpon, Pattani.

En el distrito de Srisa Chorakhe Noi, en Samut Prakan, unos 103 vecinos han enviado 22,12 toneladas de basura a plantas de reciclaje entre abril de 2016 y mayo de 2017 y han obtenido un beneficio de más de 100.000 bat (3.000 dólares o 2.400 euros).

Cada quince días, algunos miembros de la cooperativa se reúnen y van separando la basura en bolsas con diversos tipos de plástico, latas o cartones, entre otros tipos, que luego se lleva una camioneta hasta los centros de reciclaje.

Prasert Iam-ruk, una vecina de 79 años, se muestra satisfecha con el proyecto y asegura que la venta de los desechos en la cooperativa le permite tener unos ingresos adicionales y mantener limpio el canal que pasa junto al distrito.

«Vivo junto al canal. A veces veo las basuras que se tiran al canal. No sé qué hacer con ellas ni dónde tirarlas si las recojo», dice a Efe la anciana, vestida con un sarong, camisa de cuadros y un colorido sombrero amarillo.

Prasert, que ha visto cómo ha aumentado la basura en las últimas décadas debido al incremento del consumo, dice que con el reciclaje ha ingresado unos 2.700 bat (unos 81 dólares o 64 euros), que utiliza en parte para hacer donaciones al templo.

Tailandia se encuentra entre los cinco países del mundo -junto con China, Indonesia, Filipinas y Vietnam- que más plástico desechan en los océanos, que acumulan unos 150 millones de toneladas de este derivado del petróleo.

Chadsanan señala que, según el Departamento de Control de la Polución, Tailandia produce unas 74.000 toneladas de basura al día, incluidos desechos orgánicos, plásticos, metales y cartones, entre otros.

Aunque existen plantas de reciclaje en Tailandia, una gran parte de la basura termina en vertederos donde los residuos forman montañas.

Según la emprendedora tailandesa, la creación de cooperativas locales es una solución eficiente ante el aumento de los desperdicios y además tiene el incentivo de los ingresos que genera la venta a las plantas de reciclaje.

También advierte de que la gestión de los residuos es un negocio no exento de corrupción, como ocurre a veces en las concesiones irregulares de la recogida de basura.

Chadsanan no para de planear proyectos que combinen un plan de negocio y el medioambiente.

Esperando el tren hacia el centro de Bangkok, explica la idea de instalar centros de reciclaje en las estaciones donde los usuarios puedan dejar sus basuras a cambio dinero o acumular puntos canjeables en una tarjeta.

Fuente: eldiario.es