La Economía Circular avanza en Cataluña: 22 millones de litros de aceites usados reciclados

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El aceite lubricante que es imprescindible para hacer funcionar los motores de todo el parque de vehículos (turismos, pesados, especiales, etc.) y todo tipo de maquinaria (desde la industrial, a la agrícola o la de obra) se convierte, al final de su vida útil, en un residuo peligroso y de los más contaminantes que existen. Sin embargo, puede recogerse y reciclarse al 100%, generando con él nuevas materias primas o energía. En 2018, el sistema encargado en España de la gestión del aceite industrial usado, SIGAUS, logró recuperar 22,5 millones de litros en Cataluña, recogiendo en casi 9.000 puntos distintos. El resultado: más de 14 millones de litros de nuevos lubricantes retornados al mercado y casi 58.000 toneladas de CO2 ahorradas.

Cataluña dispone de un buen modelo de este nuevo paradigma económico que están impulsando las autoridades de Europa y España, y que aboga por minimizar la generación de residuos y reintroducir los que se produzcan en nuevas cadenas productivas. Se trata del caso del aceite industrial usado.

El residuo que generan los lubricantes utilizados en los motores de los vehículos y en la industria es un gran desconocido para la mayor parte de los ciudadanos de a pie. Sin embargo, se trata de un residuo peligroso, que contiene sustancias tóxicas y metales pesados y cuyo impacto sobre el medio ambiente podría ser importante. Desde hace más de 10 años, SIGAUS es la entidad que se encarga de su recogida y reciclaje.

En 2018 en Cataluña se recogieron 23.014 toneladas brutas (incluyendo el agua y sedimentos con los que el aceite usado suele presentarse), lo que equivale a 93 toneladas cada día laborable del año.

Esta recogida exige un sistema logístico que llegue a todos los rincones en los que se produce una gota de aceite usado. Y es que la amplísima diversidad de usos del aceite industrial provoca que la generación de su residuo sea extremadamente fragmentada y dispersa en todo el territorio.

En Cataluña, 8.973 establecimientos generaron aceites usados en 2018. El 77% de ellos fueron establecimientos que generaron pequeñas cantidades de aceite usado (un máximo de 2.000 kg al año). Por tipologías, casi el 59% de puntos generadores fueron talleres de reparación de vehículos. Junto a ellos, se recogió residuo en más de 1.500 industrias y varios miles más de instalaciones de diverso tipo, desde construcción a agricultura, hostelería u otros servicios. En total, se realizaron 18.583 recogidas (75 recogidas cada día laborable del año), siendo la más frecuente de unos 780 kg (aproximadamente cuatro bidones de aceite usado).

En cuanto a la dispersión territorial, fue necesario recoger aceite usado en 614 municipios catalanes (que abarcan más del 98% de la población), incluyendo 300 municipios ubicados en el medio rural, en los que el sistema de recogida articulado por SIGAUS contribuye a la protección del entorno en esas zonas de mayor despoblación, prestando un servicio de valor para el tejido económico local.

La atomizada generación de aceite usado fue tal que se hizo necesaria la recogida de 988 toneladas de este residuo peligroso en 407 establecimientos situados en zonas desfavorecidas de montaña, cuya altitud y/o pendiente conlleva importantes limitaciones a la actividad agraria y, con ella, al mantenimiento de estas poblaciones.

Precisamente, es en estos entornos más aislados y despoblados donde existen los más importantes valores naturales que deben ser protegidos. En Cataluña existen numerosos espacios naturales protegidos, en los que se ubican 432 establecimientos que el pasado año generaron 701 toneladas de aceites usados. Como ejemplo, se acopiaron 110 toneladas de este residuo peligroso en la Reserva de la Biosfera del Montseny, gracias a la recogida en 65 establecimientos generadores de aceites usados.

Una vez recogido, mediante una flota de camiones cisterna de diverso tamaño, el aceite usado se traslada a instalaciones especializadas para su análisis y tratamiento. En concreto, son 19 las instalaciones de recogida, almacenamiento y tratamiento ubicadas en Cataluña que participan contractualmente con SIGAUS. En primer lugar, ha de separarse el aceite neto de agua y sedimentos. Posteriormente, dos tipos de tratamiento diferentes otorgan al residuo una nueva vida, ya sea como base lubricante, o como combustible industrial. En ambos casos, un correcto almacenamiento y entrega por parte de los establecimientos que generan aceites usados hace posible que el residuo sea 100% aprovechado.

La cantidad de aceite usado neto finalmente gestionado y valorizado por parte de SIGAUS en Cataluña fue de 22,5 millones de litros. Un 95% del mismo se destinó a regeneración, el tratamiento prioritario que permite extraer aceites base, que son el componente fundamental en la fabricación de nuevos lubricantes, que pueden llegar a tener características similares a los de primer refino.

Así, con el aceite usado recuperado en Cataluña se pudo retornar al mercado 14,2 millones de litros de nuevos lubricantes. Además de materias primas, la regeneración es un proceso con importantes beneficios en cuanto a la lucha contra el cambio climático: gracias a la gestión en Cataluña se evitó emitir a la atmósfera 57.706 toneladas de CO2.

El segundo posible tratamiento para el aceite usado es su descontaminación para fabricar combustible de uso industrial, evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo. Gracias a ello se obtuvo una energía equivalente 11 GWh, similar a la consumida en usos eléctricos por casi 3.100 hogares.

Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS, señala: “La gestión de los aceites industriales usados en Cataluña es un buen ejemplo de proyectos de Economía Circular que están funcionando ya de forma eficaz y sostenible. Lo hacemos posible con un residuo complejo, y de costosa gestión, gracias al compromiso de las empresas involucradas, al impulso de la Administración, y a la conciencia ciudadana. Entre todos, debemos seguir avanzando hacia este nuevo modelo de crecimiento, más innovador e inteligente, en el que los residuos que se recogen en las ciudades y en los pueblos de España se convierten en recursos. El camino ya no tiene vuelta atrás”.

En la provincia de Barcelona se recogieron 16.183 t brutas de aceites usados, para lo cual fue necesario acudir a recoger a 5.873 establecimientos. En la capital se recogieron 1.758 t, mientras que se atendieron 219 puntos de recogida en el medio rural. Como ejemplo, se realizaron 70 recogidas de aceites usados en municipios de menos de 1.000 habitantes.

Fuente: noticiasdelaciencia.com