La economía colaborativa es una realidad de futuro

La economía colaborativa es una realidad de futuro

  • Emprendedores y representantes de instituciones se reúnen en el TecnoCampus para debatir sobre el impacto social y la necesidad de una nueva legislación

La economía colaborativa ha revolucionado la sociedad. Este modelo de negocio, que pone en contacto diferentes individuos para compartir o vender servicios y bienes, siempre ha estado presente en nuestras vidas, por ejemplo, compartiendo gastos y bienes a nivel familiar.

Sin embargo, en cuestión de pocos años, esta actividad económica ha sobrepasado esta pequeña escala y se ha expandido a nivel global. Nombres como BlablacarAirbnb Booking ya forman parte de nuestro vocabulario. Pero, ¿conocemos realmente este nuevo marco económico y los cambios que supone para nuestra sociedad?

El miércoles 25 de octubre se celebró la I Jornada de Economía Colaborativa en el TecnoCampus, con la colaboración de PIMEC 2017

El miércoles 25 de octubre se celebró la I Jornada de Economía Colaborativa en el TecnoCampus, con la colaboración de PIMEC 2017 (TecnoCampus)

“La gente relaciona economía colaborativa con los casos más conocidos y mediáticos. Esto es caer en el reduccionismo”, opina Lluís Viguera, gerente del Área Institucional de PIMEC. Opina que no existe suficiente información de calidad para que la sociedad sea consciente de lo que supone esta “realidad de futuro”, lo cual podría provocar prejuicios como vincular la economía colaborativa con la competencia desleal, cuando esta es solo una mala praxis.

Según afirma el experto, este modelo emergente tendrá un impacto inevitable en las empresas y las próximas generaciones, por lo que es importante investigar todas sus facetas. Por este motivo, la Escuela Superior de Ciencias Sociales y de la Empresa del TecnoCampus, con la colaboración de PIMEC, celebraron la I Jornada de Economía y Empresa: Las diferentes caras de la economía colaborativa, en la que participaron emprendedores y representantes de instituciones económicas decisivas para conocer las luces y sombras de este nuevo modelo de negocio. Además, también asistieron representantes sindicales que valoraron los problemas laborales que comporta.

La economía colaborativa es una realidad que tendrá un impacto innegable para las empresas y las futuras generaciones

LLUÍS VIGUERA – Gerente del Área Institucional de PIMEC

“Los alumnos tienen que saber a qué se enfrentan y qué hay en el mercado en estos momentos”, afirma Noemí Ruíz, coordinadora del Grado en Administración de Empresas y Gestión de la Innovación y organizadora del certamen, que se celebró el pasado 25 de octubre.

“Uno de los factores determinantes de este modelo es la irrupción de las nuevas tecnologías de la información, ya que han ayudado a encontrar otras tendencias para aprovechar más los recursos y generar rendas extras”, afirma Lluís Viguera. Así pues, el mismo señala que hay 12% de pobreza dentro la gente empleada, lo cual los empeña a buscar otras opciones para subsistir. Esta facilidad de comunicarse inherente a las nuevas tecnologías abren la puerta a alternativas ante un sistema capitalista que, según la coordinadora del TecnoCampus, Noemí Ruíz, está siendo cuestionada por ciertos economistas.

Los asistentes pudieron escuchar diferentes opiniones de emprendedores y representantes de instituciones sobre la economía colaborativa.
Los asistentes pudieron escuchar diferentes opiniones de emprendedores y representantes de instituciones sobre la economía colaborativa. (TecnoCampus)

“Antes, si uno quería alquilar habitaciones, tenía que construir un hotel. Hoy en día, puede alquilar las habitaciones de su propia casa. Se ha pasado de una economía organizada de forma vertical, a un modelo horizontal. El ciudadano es ahora productor y consumidor a la vez”, explica Marc Realp, director general de ACCO (Autoritat Catalana de la Competència).

Esta volatilidad y dinamización del sector se aleja del molde de negocio tradicional. Por este motivo, Realp destaca la necesidad de una revisión de la legislación. “No puede ser que tengamos los mismos límites absolutos del siglo XX en los que era necesario cumplir unos protocolos de calidad, determinados por la administración”, sostiene.

Según él, hoy en día, los propios consumidores son los que valoran los servicios, a través de comentarios en las redes. Así pues, la reputación digital va ganando importancia y se va consolidando en lo que antes era una estrella Michelín o una valoración de cinco estrellas. En su opinión, la administración debería garantizar la legalidad de estas plataformas y velar para un sector sin competencia desleal.

Fuente: lavanguardia