Las cooperativas 4.0, una apuesta ética frente al uberización de la economía

Las plataformas cooperativas son la vía para dignificar la mal llamada economía colaborativa, así lo subraya el presidente de FAECTA en su tribuna mensual

Cada vez son más frecuentes la informaciones en las que vemos sentencias que penalizan  a grandes empresas por aprovechar las fisuras legales para ahorrar costes, tergiversar las relaciones laborales y reducir la protección laboral de sus empleados (son los trabajadores por encargo o gig). Ya son conocidos los casos de los riders de Deliveroo o Glovo y ahora le ha tocado a Amazon.

Desde varias entidades, y FAECTA se suma a esta propuesta, ya se ha señalado que para prestar este tipo de servicios y hacer frente a las grandes multinacionales reforzando la posición de los trabajadores es necesario apoyarse en lo que se denomina el cooperativismo 4.0 cuyo máximo representante es  Trebor Scholz, experto en economía gig y profesor asociado de cultura y medios de comunicación en la institución académica New School de Nueva York. Esta apuesta no busca más que  maximizar lo que se paga a los trabajadores, en lugar de maximizar la rentabilidad del inversor (normalmente el único propietario de la plataforma).

La realidad es que para desarrollar ciertas actividades y salvar esta situación de desequilibrio el pequeño emprendedor tiene que hacerlo desde un enfoque asociativo en el que las plataformas cooperativas son el gran desafío para dignificar la mal llamada economía colaborativa. Solo a través del cooperativismo se puede hacer frente a los retos que plantea el futuro en el plano laboral. Así lo subraya Scholz cuando afirma que las plataformas cooperativas pueden ser la alternativa de estilo «comercio justo» a las actuales empresas de plataformas de bajos salarios y explotadoras.

¿Qué necesitaríamos para conseguirlo? Por supuesto ahondar en los valores del modelo cooperativo, formar y ampliar el conocimiento de esta fórmula jurídica, subrayando la importancia de la democracia interna, y además desarrollar plataformas tecnológicas de cooperación con código abierto que faciliten y garanticen el trabajo en equipo bajo el ejercicio de los principios sobre los que se sustenta este modelo.

No cabe duda de que el futuro es ese, que grupos de trabajadores se unan para desarrollar una actividad y hacerlo desde estructuras democráticas y horizontales que compiten en el mercado con grandes empresas. Así está ocurriendo en Estado Unidos. Pero sabemos que hay que establecer unas reglas del juego justas para equilibrar la balanza y también sabemos que ya las tenemos: los principios y valores del cooperativismo son el punto de partida para desarrollar proyectos empresariales éticos y con compromiso social. Es el momento de decir basta  a la deconstrucción de las relaciones laborales y  de diseñar una marco legislativo innovador que respalde las nuevas tipologías empresariales y la función social a la que responden.

Fuente: faecta.coop