Las cooperativas en la era digital

Las cooperativas en la era digitalPor Felipe Morandé, Economista, Socio Director de SNG Chile 

Se dice que la primera cooperativa nació en Rochdale, Inglaterra, en 1844, en pleno desarrollo de la Revolución Industrial. Desde entonces transcurrió la segunda mitad del siglo XIX y todo el siglo XX, período en el que el modelo cooperativo ha oscilado entre ser una respuesta local a un problema que enfrenta un grupo de personas con intereses afines (como el acceso a electricidad a través una cooperativa eléctrica, por ejemplo) y ser visto como una alternativa sistémica al capitalismo – dada su gobernanza democrática – y al socialismo estatal – dado su carácter de iniciativa privada. La experiencia cooperativa a través del tiempo es bien disímil según sea el país de que se trate, pero en todas partes hoy se debate qué se puede esperar de las cooperativas en un mundo que ha cambiado tanto en un período relativamente breve. En otras palabras, cuáles son los principales retos a enfrentar y cuáles las oportunidades que se abren.

Un primer reto es casi formal. En la actualidad, los principios de asociatividad, colaboración y servicio social que, entre otros, definen a las cooperativas, ya no le son exclusivos. Hoy hay múltiples formas de asociatividad y colaboración entre pares que no se sujetan a la formalidad legal de una cooperativa simplemente porque son respuestas espontáneas de comunidades de individuos o empresas que prefieren mantener un grado importante de autonomía. Por otro lado,  las empresas B, con foco en el impacto social de su actividad, son también una opción vigente a las cooperativas en esta dimensión.

Pero más allá de lo formal, la lucha entre las cooperativas y otras formas de organización se está dando en terrenos muy diferentes a los habituales como resultado de la digitalización de la sociedad y, más en general, por el avance vertiginoso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Uno de esos terrenos es el de las economías colaborativas de plataforma. Cuando pensamos en Uber, Airbnb y Waze, por ejemplo, nos imaginamos que son muestras de colaboración “buena onda” entre personas que discurren sobre una plataforma tecnológica abierta, pero la verdad es que detrás de ellas hay modelos de negocios que se enfocan en la maximización de utilidades de los propietarios de la plataforma, que son una mezcla entre los innovadores que empujaron la idea y grandes fondos de inversión globales organizados en una sociedad anónima. El desafío entonces es cómo aprovechar la colaboración sobre plataformas para concretar el ideario cooperativo. Hay varios ejemplos que muestran que esta es también una oportunidad. En distintas ciudades del mundo los taxistas se están organizando como cooperativas para aprovechar los beneficios de plataformas que les permiten competir con Uber y otras aplicaciones. En Europa se han formado cooperativas de hosterías, hostales y hoteles en algunas ciudades que buscan atraer clientes por medio de plataformas ad hoc que surgen como respuesta a Airnbnb y aplicaciones similares.

Es cierto que parece una lucha entre David y Goliat, pero al menos mantiene vivo el espíritu cooperativo. Otros avances de la era digital, como el desarrollo de las plataformas BlockChain (del tipo de la que sostiene a Bitcoin y otras cripto monedas) seguro que es una forma de amenaza a las cooperativas de ahorro y crédito (y también a los bancos), pero por otro lado abre la oportunidad de mejorar notablemente el gobierno corporativo de las cooperativas puesto que tales plataformas facilitan alcanzar decisiones de consenso en forma rápida y segura entre los socios. Así mismo, el desplazamiento de mano de obra que conlleva la robotización de procesos productivos permite a las cooperativas plantearse como un instrumento a la mano para agrupar a los desplazados de modo de proveerles de nuevas habilidades que faciliten su adaptación al cambio.

Si la primera cooperativa nació en medio de la Revolución Industrial, las nuevas cooperativas deben surgir como parte de las oportunidades que trae la actual Revolución Digital.

Fuente: latercera.cl