“Las cooperativas fuimos las que sostuvimos las fuentes de trabajo”

Las cooperativas, mutuales y organizaciones de la Economía Social de la Argentina vienen transitando años muy complejos. Días atrás, el propio titular del INAES, Mario Cafiero, señaló que lo que ocurrió durante los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri fue “un cooperativicidio”. Según precisó, en esa gestión se suspendieron y cancelaron la mitad de las matrículas de las cooperativas del país, pasando de 21 mil a 10.500. 

La situación se profundizó en los últimos meses, a raíz del aislamiento social, preventivo y obligatorio como consecuencia de la pandemia del Covid-19 que afectó la actividad económica de empresas, pymes y especialmente a las organizaciones sociales. 

“Venimos de una situación compleja a raíz de las políticas económicas del gobierno anterior con los tarifazos, la disparada del dólar que encareció los insumos, apertura de importaciones y la caída del mercado interno. Todo esto hizo que la vida de las cooperativas en general fuera muy difícil. Sin embargo, fuimos las cooperativas conjuntamente con otras organizaciones de la Economía Social, Solidaria y Popular las que seguimos prestando servicios a las comunidades, atendiendo necesidades esenciales y sosteniendo las fuentes del trabajo”, explicó Valeria Mutuberria Lazarini, integrante del comité académico del Instituto Universitario de la Cooperación (IUCOOP) y magister en Economía Social. 

Entre 2015 y 2019 cerraron casi 25 mil pymes

Entrevistada por La Nueva Mañana, la economista y docente universitaria recordó que, si se tiene en cuenta que entre 2015 y 2019, cerraron casi 25.000 pequeñas y medianas empresas (Pymes) en la Argentina, “son las cooperativas las que continúan sosteniendo las fuentes de trabajo y los ingresos atendiendo a las necesidades de las comunidades donde están emplazadas, brindan sus servicios o venden sus productos. Y venimos de cuatro años anteriores sin acceso a subsidios o créditos”.

Tras el cambio de gestión, Alberto Fernández mencionó en sus discursos de asunción y apertura de sesiones del Congreso a las organizaciones de la Economía social “como un actor importante de la economía argentina”. Uno de los gestos en ese sentido, para la economista, fue el cambio de institucionalidad. “El pase del INAES del ámbito de Desarrollo Social donde estaba al Ministerio de Desarrollo Productivo es un gesto hacia donde se quiere apuntar, porque muestra que se  considera a la economía social como un sector productivo que aporta al desarrollo nacional”. 

Ahora, en el marco de la pandemia, el objetivo parece ser trazar estrategias con las organizaciones y establecer otro diálogo con el Estado. “Hoy en día se están viendo nuevas acciones por parte del Gobierno nacional, ciertas ayudas, pero las mismas hasta el momento están dirigidas a los trabajadores y trabajadoras como asociados, más que a las cooperativas como entidades en sí mismas”, consideró Mutuberria Lazarini.

Redes y nuevas estrategias

Aún ante la compleja situación, la economista resaltó experiencias que surgieron en medio del aislamiento como la conformación de redes y de trabajo conjunto. “Esto hace posible que sectores de la economía social tengan un desarrollo interesante y una expansión como son redes comercializadoras de economía social, solidaria y popular”. 

“Hay cooperativas y otros tipos de organizaciones que hoy distribuyen alimentos y productos al por mayor y que vieron incrementando sus ingresos. Ante el aislamiento y por las campañas de difusión que se hicieron, mucha gente se volcó a consumir productos de cooperativas y organizaciones de la economía social que se maneja con otros códigos, sin sobreprecios, donde no escasean productos, y los mismos son de calidad”, explicó la magister. Y precisó: “También hubo cooperativas de trabajo que reconvirtieron su producción y se adecuaron a actividades esenciales, como cooperativas de textiles que hacen barbijos o ropa para equipos de salud, o quienes producen alcohol en gel o materiales para asistir en hospitales”. 

Del mismo modo, mencionó el caso del hotel Bauen, muy golpeado económicamente en los últimos años, que puso a disposición sus instalaciones para hospedar a quienes tenían que hacer la cuarentena y no tenía donde ir. “Ese es nuestro sector: siempre pensando no solo en lo micro sino también en meso y lo macro, en poder conformar redes, aportar propuestas y trabajar en conjunto”, subrayó.

La salida es colectiva

Es también en esta época de pandemia donde se profundizaron los vínculos entre cooperativas para sobrellevar dificultades en lo administrativo y contable.  “Ninguna persona nace cooperativista, en especial en un sistema capitalista, individualista y competitivo como el actual, que no nos enseñan a trabajar colectivamente”, enfatizó.  “Quizás hay gente que no se ve trabajando colectivamente, pero hay otra que entiende que la salida es colectiva. Por eso, distintas entidades tienen las puertas abiertas para orientar a personas, grupos o a cooperativas que recién se crean”. 

En ese sentido, es que el INAES inició un proceso de simplificación de trámites registrales y está encarando una revisión de los tiempos que tardan en otorgar una matrícula. “No puede ser que una matrícula tarde en salir ocho meses o un año, porque cuando la gente decide armar una cooperativa siempre hay una necesidad por detrás: la vivienda, el trabajo, un servicio público, el consumo”, analizó Mutuberria Lazarini.

Para la economista, la clave está en compartir conocimientos y saberes entre las mismas cooperativas. “La educación y la formación en cooperativismo son necesarias. Las resoluciones de los conflictos siempre han ido por ahí: transmitir y aprender de nuestras experiencias. Y es por eso que se creó el Instituto Universitario de la Cooperación con el que nos ponemos a disposición para promover, desarrollar y fortalecer el sector”.

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“La educación y la formación en cooperativismo son necesarias. Las resoluciones de los conflictos siempre han ido por ahí: transmitir y aprender de nuestras experiencias”.

Capacitación online

En ese mismo sentido, IUCOOP lanzó en mayo una segunda camada de cursos en el lapso de dos meses por la demanda que existe por estos días

Nacido del seno del movimiento cooperativo de crédito que tiene más de 60 años de existencia, su objetivo es brindar formación, capacitación, asistencia, extensión e investigación para el sector del cooperativismo y la economía social, solidaria y popular. 

El proyecto comenzó a elaborarse en el año 2014 y tras pasar por las instancias gubernamentales logró el decreto para comenzar funcionar en el 2017. Se trata de la primera institución universitaria de un movimiento cooperativo. 

Su plan educativo está pensado para profesionales, dirigentes, cooperativistas e integrantes de organizaciones sociales, y público en general interesado en la temática. Y se espera a futuro el lanzamiento de una tecnicatura y dos licenciaturas: la Tecnicatura en Desarrollo de las Organizaciones de la Economía Social y el Cooperativismo; la Licenciatura en Economía social y Cooperativismo, y la Licenciatura en Organizaciones Sociales.

En tanto, este año se comenzó con los cursos presenciales en el año 2019, y este año con los cursos virtuales. En mayo se dictará en forma remota los siguientes: Aprender cooperando, Géneros en movimiento, Comunicación en las organizaciones sociales, Sistematizando nuestras experiencias, Juego, Cuerpo y Comunidad, y los cursos de posgrado: Cooperativismo para abogados/as y contadores/as, y Reflexión y acción docente para una pedagogía de la solidaridad. 

Fuente: lmdiario.com.ar