LÍDERES «Se requieren 1,5 planetas como la Tierra para reponer lo que consumimos al año»

Brenda Chávez es periodista especializada en cultura y sostenibilidad

Es autora de ‘Tu consumo puede cambiar el mundo’ (Ed. Península), ensayo con vocación de servicio público

«Los años de esplendor del modelo productivo neoliberal (1983-2012) han cuadruplicado la producción mundial, ha sido el periodo más cálido en 1.400 años y ha creado una mayor brecha global entre ricos y pobres. En la agenda para 2030 de Desarrollo Sostenible (lo que antes eran los Objetivos del Milenio), el consumo y la producción sostenible son el punto 12º».

«Desde los años 70, demandamos más recursos de los que renovamos. Se requieren 1,5 planetas como la Tierra para reponer lo que consumimos al año. El modelo productivo es disfuncional. Por ejemplo, mueren 25.000 personas al día de hambre cuando hay comida para evitarlo. La obesidad alcanza a 1.000 millones y 2,6 millones fallecen en países ricos donde la mitad de la población tiene sobrepeso. Disparates de la sociedad de consumo».

«El término ‘economía cowboy’ lo tomo prestado del economista Kenneth E. Boulding, que, en los años 60, dijo que quien creyese en un crecimiento ilimitado en un mundo de recursos finitos era un loco o un economista. Él denominó así al sistema productivo actual lineal (que produce, consume y tira) en contraposición al circular de la naturaleza (que produce, consume y reintegra)».

«El consumo responsable o consciente es el que se guía no sólo por criterios de calidad-precio, sino también por criterios sociales y medioambientales, preguntándose cómo se ha producido lo que vamos a adquirir, sus implicaciones e impactos».

«Con cada acto de consumo emitimos un voto de confianza y recompensamos una cadena de producción de empresas que quizás no lo merecen, porque contribuyen al abuso social, medioambiental, político, económico… Premiar las malas prácticas las cronifica y es factible no hacerlo. Decidimos qué ‘votamos’ con nuestro dinero».

«Podemos contribuir a un mundo mejor consumiendo productos locales, de comercio justo, minimizando los envases, optando por la movilidad activa y el transporte público, contratando la luz a cooperativas o abriendo una cuenta en un banco ético, entre otros muchos gestos».

«Las ‘buenas empresas’ ponen en práctica la sostenibilidad de verdad, un término que se ha desvirtuado muchísimo y que siempre debería implicar tres pilares: social, medioambiental y económico, todos igual de importantes».

«Una economía que ponga en el centro el bienestar de la mayoría no es una utopía, es factible si la construimos desde nuestro presente. La actual beneficia sólo a unas élites».

Fuente: elmundo.es