Los desafíos de una economía centrada en las personas

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Santiago Machado – Director de Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos.
Estamos viviendo un momento de profunda transformación social, tanto a nivel local como internacional. En ese contexto, es el momento que las empresas repensemos nuestros modelos de crecimiento tradicionales, identificando nuevos recursos para fomentar un crecimiento más armonioso y centrado en las necesidades de los seres humanos. Ya no basta con que las empresas desarrollemos una estrategia de Responsabilidad Social Empresarial, sino que debemos realmente ubicar a las personas en el centro de nuestros modelos de negocios, de las organizaciones en sí, y de las relaciones que tenemos con la comunidad.

Hacia allá debemos ir y, por lo mismo, debemos llevar a un siguiente nivel las relaciones que manteníamos con nuestros stakeholders. Es la única manera de impactar social, económica y medioambientalmente a las comunidades donde operamos. A modo de ejemplo, Sodexo lanzó su plan Better Tomorrow 2025, que va un paso adelante en materia de sostenibilidad de la empresa. Se trata de la hoja de ruta de la compañía en materia de sustentabilidad, en respuesta a un mundo cambiante y centrada en nueve compromisos que cubren todos los impactos de los negocios de la empresa. Esta iniciativa va más allá de un compromiso con la sociedad, ya que define nuestra forma de hacer negocios

Tenemos la convicción de que el progreso económico y humano converge cuando la calidad de vida de las personas es clave para las empresas y la sociedad. Hoy, Sodexo ofrece más de 100 servicios, emplea a alrededor de 425.000 personas, y sirve a 75 millones de consumidores diarios en 80 países. Somos una compañía de personas al servicio de las personas. Esta es la forma en que avanzamos en la creación de valor, para nuestra empresa y para nuestros clientes.

La visión de una economía centrada en las personas gobierna todas nuestras prácticas internas y nuestras relaciones con las comunidades en las que operamos. En primer lugar, nos comprometemos como empleadores a garantizar un entorno seguro de trabajo, creando empleos estables y ofreciéndoles a las personas formación para desarrollarse tanto individual como profesionalmente. Este compromiso con el empleo de calidad no es sólo de las multinacionales, sino también es un deber de compañías de cualquier tamaño. Las empresas tienen que tener absoluta certeza que las personas son claves para su crecimiento, más aún porque contribuyen al desarrollo sostenible de la economía y del país.

Asimismo, en este gran objetivo de ubicar a las personas en el centro de las organizaciones, la diversidad y la inclusión adquieren un papel protagónico. La importancia que tiene este tema al momento de potenciar equipos de trabajo y, por lo mismo, contar con una hoja de ruta en esta materia es un plus para cualquier compañía. En ese sentido, es clave el compromiso de la alta dirección y la gobernanza de una estrategia de este tipo.

No basta con incluir más mujeres, colaboradores de distintas generaciones, personas en situación de discapacidad o de distintas culturas, si no hay un real compromiso de la compañía en aceptar, respetar y aprovechar las diferencias que de forma innata poseemos, para construir un lugar de trabajo y una comunidad mejor. En nuestro caso trabajamos día a día para generar un ambiente en el que se reconozca la unidad de cada individuo, centrándonos actualmente en cinco focos en los que se basa nuestra estrategia inclusiva: generaciones, discapacitados, orientación sexual, cultura y origen y género. En esta última arista, uno de nuestros objetivos para el año 2025 es lograr una presencia de un 40% de mujeres en puestos de alta dirección a nivel mundial.

Ahora bien, la diversidad e inclusión no deben ser sólo a nivel interno. En ese sentido las grandes empresas tenemos el gran desafío de extender las políticas de diversidad al ecosistema que rodea nuestras compañías, llegando a proveedores y clientes con el objetivo de potenciar el desarrollo local, la transferencia tecnológica, un comercio más justo, y por qué no, una sociedad mejor. Esta es la única manera de crear valor sostenible. La innovación y la estrategia financiera son inútiles si no son respaldados por una visión a largo plazo de cómo tenemos que contribuir al progreso global de las comunidades locales y las sociedades en las que operamos.

Fuente: radiopolar.com