Humedales… debe ser una de las palabras más escuchadas y más escritas del último tiempo en Puerto Varas, tiene una Ley, tiene un día de celebración, varias organizaciones y varios proyectos municipales… es como la “moda” puertovarina, junto con ser ecológico, andar en bicicleta, seleccionar tu basura, subir al Cerro Phillipi, todo bien por ello, debemos cuidar nuestra naturaleza y nuestras aguas locales y del país.
Creo que fui bendecido o afortunado junto a una generación que vivió hace 80 a 70 años atrás donde el agua limpia y la naturaleza era lo que más teníamos en nuestra ciudad, ya que en mi caso, nací en el antiguo barrio de calle Arturo Prat al lado de la línea férrea, donde muchas noches de verano junto a mis amigos vecinos de la época podíamos sentarnos en lo alto de la línea férrea, al lado del puente, e ir a escuchar cantar barranco abajo, en los “cunquillos” del “pantano” (“humedales”, para los jóvenes de hoy), cientos de ranas y sapos, como también, de vez en cuando, un típico canto de un “chucao”, ya que no existían aún los ruidos de vehículos. Sonidos de la naturaleza inolvidables en pleno centro de la ciudad, que a poca distancia, se mezclaban con los cantos de los pájaros que dormían en los árboles del Cerro Calvario, que llegaban tipo 19:00 hrs. En ésa época, el “pantano”, llegaba casi hasta la Calle San Bernardo, no existía la salida Norte, ni el Lider, ni Dimarsa, etc. Si la noche podía ser de cantos de sapos o ranas, durante el día podíamos bajar al barranco, pasar por debajo del puente en el riachuelo que baja de los cerros e íbamos a “pata pelada” a ver si podíamos pillar una rana grande, para “asustar” alguna niña.
Hace 80 años atrás, no sabíamos que nuestros “pantanos” donde jugábamos se llaman “humedales“, tampoco sabíamos que los “humedales” eran un “filtro” de las aguas cristalinas, que tuvimos el privilegio de disfrutar y poder bañarnos en aguas limpias de nuestra playas del centro y mirar desde el muelle o de un bote arrendado, en el fondo de la arena, los salmones, peladillas, pejerreyes, los minúsculos cardúmenes de puyes, sino también hasta las pequeñas monedas de un peso que podíamos sacar de un “piquero“ nadando bajo una agua de arena y agua limpia.
El centro de Puerto Varas entero se construyó sobre humedales y si de “humedales “se trata, no se entiende que siendo el centro de Puerto Varas el “gran humedal“ , lleno de “coliformes fecales” que llegan a las playas del centro, provenientes de los distintos barrancos lleno de casas sin alcantarillado, no haya sido la prioridad de estudios y solución. Ya el año 2014 escribí como Concejal en este mismo diario, que se estaba viviendo y construyendo sobre la “caca”, y solicité informes que nunca llegaron, porque era “políticamente incorrecto” y era de gran costo.
No tengo duda que la palabra “humedal”, de la que tanto se habla y suena tan bonita y novedosa, se seguirá escuchando, pero pronto se transformará en un dolor de cabeza para el Municipio, sobre todo para el Dpto. de Obras que deberá hacer un trabajo que no se hizo por años y tendrá que mandar inspectores a recorrer el final de Calle Quintanilla, la Ladera Pasaje Machmar, el final de Calle Decher, el comienzo de Calle Ramón R. Rosas, sobre todo bajo la Tercera Cía.de Bomberos, entre otras, que políticamente y socialmente no tienen una fácil ni pronta solución, ya que por años, el “olfato político“ de los votos se tapó la nariz, miró para el lado año tras año y dio siempre como solución cada verano, un letrero que diga “Playa no apta para el baño”.
Por eso, alabo las buenas intenciones del Alcalde y sus proyectos municipales con respecto de los humedales, porque no será fácil, ya que es la única solución para limpiar la “caca” de las Playas del Centro, solución que no será posible si toda esa cantidad de expertos, profesionales, ambientalistas y cuanto ecologista hay, en vez de “buscar” y preocuparse de los Humedales “limpios”, por ahora, se pongan las botas y recorran con el Municipio las fuentes de los humedales con “caca”.
Dice un proverbio Chino “La Rana, no se bebe el estanque donde vive”, clarito, hasta las ranas cuidan su entorno…ellas no sabían que nosotros le destruiríamos su estanque del centro, con cemento y “caca”…
Fredy Opitz Vergara
Fuente: eha.cl