PESE A LAS POLEMICAS , INDAP DECIDE VOLVER A FINANCIAR A LAS COOPERATIVAS

Pese a las polémicas en torno a los dineros, Indap decide volver a financiar a las cooperativas

El otorgamiento de créditos a estos organismos desató hace algunos años una investigación de la Contraloría y en la administración anterior fue suspendido. Este gobierno lo repuso, pero con resguardos, cuenta Octavio Sotomayor, actual director nacional del Instituto de Desarrollo Agropecuario. «Estamos haciendo un análisis técnico-comercial riguroso. Aquí no hay presiones y vamos de menos a más».

El año pasado, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) atendió a un récord de casi 200 mil agricultores debido a la sequía que azotó a varias zonas del país. En situaciones de emergencia, el organismo no solo entrega fondos y asistencia técnica a sus usuarios regulares -unos 150 mil-, sino que a todos los agricultores cuyos cultivos estén en problemas.

Una de las funciones más importantes de Indap es otorgar créditos a agricultores pequeños. Hay varias formas de financiar a los campesinos, siendo la más usual destinar una parte de los recursos directamente al agricultor y otra, a los municipios, los que, a su vez, contratan a consultores externos que ayudan a los agricultores, por ejemplo en el diseño de los sistemas de riego.

Para estas funciones, Indap recibe uno de los presupuestos más importantes que destina el ministerio de Agricultura. El año pasado superó los $262 mil millones y este año se incrementó en 2,9% (ver recuadro).

No obstante, el organismo ha enfrentado diversas polémicas e investigaciones formales en sus más de 50 años de historia.

A principio de los 2000, la Contraloría realizó una extensa investigación por supuesto fraude en el otorgamiento de créditos a una cooperativa, que detonó la renuncia de la entonces jefa de Finanzas de la institución. Más recientemente, en la administración anterior, Ricardo Ariztía, entonces director nacional de Indap, denunció la entrega del bono maíz a 3.900 productores, en circunstancias que había 1.200 productores reales.

Además esa misma administración suspendió la entrega de fondos para las cooperativas. Sin embargo, la actual administración que encabeza el ingeniero agrónomo Octavio Sotomayor, la repuso, según cuenta el mismo actual mandamás de Indap.

En esta entrevista, Sotomayor -quien entre 2010 y 2014 trabajó en la Cepal- hace frente a las polémicas que históricamente han atravesado a Indap y explica los cambios que ha desarrollado bajo su administración.

-¿Con qué institución se encontró usted y cuáles son los cambios que ha hecho en dos años de gestión?

«Siempre he tenido una visión más positiva de Indap que la que tiene Ricardo Ariztía. Encontré un instituto que está funcionando, que experimentó un importante incremento de cobertura, sobre todo en los programas de asistencia técnica vinculados a los agricultores más vulnerables, Prodesal (Programa de Desarrollo Local) y PDTI (Programa de Desarrollo Territorial Indígena)» (ver recuadro).

«Era un tema políticamente controversial. Hace diez años había gente que opinaba que se perdía la plata y me alegro de que Ricardo Ariztía haya zanjado este debate. Los que opinaban esto eran básicamente partidos de derecha. No solo con la mantención, sino con la expansión de la cobertura, que se produjo en el gobierno del Presidente Piñera, quedó zanjado el tema. Estamos hablando de asistencia técnica a cerca de 110 mil usuarios, entre los dos programas. Como crítica, creo que la expansión del Programa de Desarrollo Territorial se produjo en forma muy desordenada».

Falsos beneficiarios: «Es un mito»

-Cuando tomó el cargo, ¿detectó falsos beneficiarios en los programas de Indap o ya es un tema resuelto?

«Creo que es un mito. Tenemos a la Contraloría General de la República que nos monitorea y vigila cada peso que se gasta en esta institución. Estoy totalmente tranquilo. Ricardo Ariztía estuvo en el sector privado y hay mucho prejuicio con Indap».

«Tengo la impresión de que esta es una institución correcta, siempre lo he creído. Puede haber problemas -somos 1.800 funcionarios-, pero en general es seria y profesional».

-Ricardo Ariztía rebajó el número de consultores externos, que, según denunció, en gran porcentaje se quedaban con los recursos de los agricultores. Así Indap pasó de trabajar con tres mil a solo 350. ¿Cómo se está manejando la relación con los consultores externos que trabajan con los agricultores?

«Ese es otro mito. Esta es una institución llena de mitos. Atendemos a 150 mil usuarios en forma regular al año. Si se suma la emergencia, el año pasado superamos los 190 mil usuarios. Por lejos debemos ser la institución pública que más usuarios atiende. Los atendemos a través de los 1.800 funcionarios y cerca de cinco mil consultores, la gran mayoría profesionales de los programas PDTI y Prodesal».

«Los consultores externos existen y hay que pagarles. Si quieres llegar al último cerro de La Araucanía necesitas un vehículo, un jeep , que hay que pagar. (A los consultores) se les pagan salarios de mercado razonables, los servicios profesionales son fiscalizados y esto que las platas queden en ellos es un mito».

-Usted dice que hay muchos prejuicios, pero también dice que se han aprendido lecciones de hechos concretos. Entonces, ¿cuánto de mito y realidad hay en los cuestionamientos a Indap?

«Si quiebra una cooperativa porque colocaste mal un crédito, se arma un escándalo en la prensa y crucifican a la institución por un caso puntual. Es cierto, creo que tuvimos problemas en materia de colocación de créditos hacia fines de los 90. Hubo causas que no solo se deben al mal manejo de Indap, sino también a la crisis económica de proporciones en el sector agrícola y la sequía de esa época».

Dineros a cooperativas: «Estamos entregando caso a caso, cuando se justifica»

Octavio Sotomayor explica que están reponiendo los créditos a cooperativas, lo que justifica por razones de economía de escala y para lograr mayor impacto en la pequeña agricultura.

«Estamos entregando caso a caso, cuando se justifica, pensándolo muy bien, créditos grandes, de $200 millones a $300 millones, a cooperativas. Nos interesa que las cooperativas crezcan. En Chile tenemos 300 mil explotaciones agrícolas, de las cuales 270 mil son pequeña agricultura. La agricultura familiar está superatomizada. Si quieres hacer proyectos complejos, como exportar o abastecer un supermercado, necesitas agrupar tu oferta. Si quieres administrar un pool de maquinaria, no tiene sentido entregarle un tractor a una persona; hay que entregarlo a cinco o a 10 para impactar y usar bien los recursos públicos», indica.

-¿Con qué resguardos se entregan estos créditos para que el dinero llegue efectivamente a los agricultores y no se destine a otros fines, tal como ocurrió a fines de los 90?

«Estamos haciendo un análisis técnico-comercial riguroso. Aquí no hay presiones y vamos de menos a más. Tampoco estamos dándole a una cooperativa recién creada $400 millones. Debemos tener en este minuto unas 15 operaciones para organizaciones de cierto tamaño. En general, el problema de las organizaciones es que no tienen garantías para respaldar los créditos y estamos viendo un mecanismo que respalde operaciones, pero prefiero no entrar en detalles porque está en proceso».

-Cuando asumió la Presidenta Bachelet, en marzo de 2014, hubo un perdonazo a más de 27 mil usuarios con deuda. ¿En qué contexto se tomó esa decisión?

«La palabra (perdonazo) no me gusta. Había deudores desde el año 75 hasta el año 2009, entre ellos gente fallecida o que había salido de la actividad, pero que seguían en los registros. Lo que hicimos fue sincerar una situación que se daba de hecho. Esto permitió sacar del Dicom interno a muchos usuarios, que al estar en esta condición no podían volver a trabajar con Indap. De esos 27 mil usuarios, hay 5.699 que volvieron a la actividad, aunque esto está abierto, porque todos los meses llegan nuevos».

«Fue una situación excepcional. Tenemos incentivos para los buenos pagadores. Por ejemplo, descontamos una fracción de la tasa de interés. Pero lo más importante es que hoy está instalada una cultura de la disciplina financiera y, en general, los agricultores pagan sus créditos. Este es un fondo rotatorio, como una olla común que da vueltas. Si relajamos los controles y la gente deja de pagar, el fondo se achica y nos estamos disparando a los pies».

Recursos a gremios y confederaciones: «La Contraloría está viendo cómo se administran estos recursos»

Desde hace años, Indap tiene una línea de financiamiento para confederaciones y gremios, el Programa de Gestión y Soporte Organizacional (Progyso), que según Octavio Sotomayor es necesaria: «Hoy hay un clamor social en materia de participación. En Chile se hace fomentando asociaciones gremiales que se encargan de ayudarnos a decidir e identificar proyectos, a gestionar la política pública. También tenemos una estructura donde en cada oficina local existe un consejo asesor de área, con cinco representantes -de los mil a dos mil productores de la comuna- que nos controlan, como una especie de ‘Contraloría Social’ «.

-En ese contexto se entregaron aportes millonarios a organizaciones sindicales campesinas del país, como la Confederación Nacional Campesina, liderada por el también presidente de la UNT, Segundo Steilen. ¿Cuál es el filtro para entregar la plata a una u otra organización y que no se politice? ¿Cómo se salvaguarda que este dinero vaya a los productores y no quede en dirigentes sindicales?

«Creemos en las organizaciones sindicales y de productores. Tenemos un sistema de concurso y de monitoreo. La Contraloría está viendo cómo se administran estos recursos. Si quieres tener organizaciones sociales vivas, necesitas plata para pagar la luz, tener una secretaria, un gremio funcionando. La plata es para capacitación de los usuarios, para financiar la participación en la discusión de políticas públicas y muchos de ellos promueven el desarrollo productivo con sus asociados».

«Progyso es un programa que mantuvo la administración anterior. Nosotros trabajamos con 16 organizaciones y detrás de ellas hay cerca de 130 mil socios entre productores y empleados, que a su vez están sindicalizados».

«Estamos haciendo un análisis técnico-comercial riguroso (…) Tampoco estamos dándole a una cooperativa recién creada $400 millones (…) En general, el problema de las organizaciones es que no tienen garantías para respaldar los créditos y estamos viendo un mecanismo que respalde operaciones».

«Tengo la impresión de que esta es una institución correcta, siempre lo he creído. Puede haber problemas -somos 1.800 funcionarios-, pero en general es seria, profesional y supervisada por la Contraloría».

FUENTE: ECONOMIAYNEGOCIOSONLINE.CL