Plan sequía: “omite medidas para sectores de mayor consumo como el agrícola y el forestal”

Plan sequía: “omite medidas para sectores de mayor consumo como el agrícola y el forestal”

Ulrike Broschek; líder de la iniciativa Escenarios Hídricos 2030, señala las virtudes y falencias del “plan sequía” anunciado por el gobierno para enfrentar la situación de escasez hídrica. Para el experto, un tema destacable es el reuso de agua en emisarios submarinos. Sin embargo, advierte que el plan presentado por el gobierno no menciona medidas en relación a optimizar o reducir el uso de agua en los usuarios de agua más intensivos, que son la actividad forestal y agrícola.

La sequía se profundiza en el país y el Gobierno presentó un plan para enfrentarla, con medidas como impulsar la desalación de agua, construir embalses, invertir en los sistemas de Agua Potable Rural (APR) o hacer más eficiente el consumo en las ciudades. Ulrike Broschek lidera la iniciativa Escenarios Hídricos 2030, que promueve diálogos multisectoriales para levantar propuestas de cara a la compleja situación hídrica del país. Según su análisis, el plan es bienvenido pero con ciertas carencias, como la falta de una visión estratégica o la omisión de medidas para disminuir la demanda de agua en los sectores que más consumen. 

¿Qué es lo más positivo del “plan sequía” anunciado la pasada semana?

Un tema destacable es el reúso de agua en emisarios submarinos. Aprovechar estas aguas que hoy se tiran al mar, me parece algo nuevo y que desde Fundación Chile lo veníamos impulsando. En general, el hecho de que se esté proponiendo un conjunto de medidas con inyección de recursos para enfrentar la sequía, es relevante y crítico. 

¿Qué medidas crees que faltan en el plan? 

Hay dos cosas clave que creo que faltaron. Una es que no se menciona en el plan sequía una medida en relación a optimizar o reducir el uso de agua en los usuarios de agua más intensivos, que son la actividad forestal y agrícola. No se hace mención de planes de reducción ni de reutilización de agua. Sí se habla de optimizar el consumo humano y de la responsabilidad de las personas en ser más eficientes en el uso residencial. Esto es importante, pero este uso representa un 2% del consumo de agua a nivel nacional. El 98% del agua se va en usos como la actividad forestal o agrícola y por eso echo de menos un plan de acción específico para gestionar la demanda de agua en esos sectores. 

Hay un dato importante, y es que la eficiencia de uso del agua en la agricultura es del 50%, y según fuentes oficiales de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, Odepa, al 2015 el 94% de la superficie de riego estaba en manos de grandes agricultores que representan un 7% del sector. La pregunta es cómo se va a gestionar la demanda de ese tipo de usuarios.

Otras soluciones faltantes son las de conservación y restauración de la infraestructura natural que tenemos. En agua, esto es equivalente a las energías renovables no convencionales. No se mencionan medidas de conservación de acuíferos o protección de humedales. No se habla de cómo vamos a gestionar la demanda de agua en los usuarios más intensivos, ni de cómo reparar la degradación de los ecosistemas que hoy nos tiene en esta situación.

¿Te genera dudas alguna de las medidas propuestas en el plan?

Se habla de impulsar la desalación de agua. Se menciona mucho el impulso a buscar nuevas fuentes de agua, aumentando la oferta de agua. Pero faltan pasos previos como optimizar la demanda y restaurar las fuentes de agua que ya tenemos. Las nuevas fuentes de agua generan externalidades ambientales negativas y aumento en el costo del agua. Estamos hablando de implementar y fomentar infraestructura artificial para producción de agua, pero no hablamos de la infraestructura que ya tenemos; de conservar y restaurar los ecosistemas. No podemos seguir degradando nuestras fuentes naturales de agua mientras impulsamos sistemas artificiales, más caros y con externalidades ambientales. 

Otra cosa que me preocupa es que se propone un conjunto de medidas pero no se entiende bien cuál es la estrategia de estas; cómo se complementan unas con otras para un propósito, y tampoco se establecen métricas y metas para poder medir el impacto de este plan. No se menciona el resultado esperado para cada medida ni para el conjunto de medidas en el corto y largo plazo. Se proponen medidas generales desde el nivel central que no especifican el problema y la estrategia de agua en cada territorio. Es importante tener metas para poder medir si vamos en la dirección correcta con las medidas que estamos tomando. 

¿Qué se puede hacer en relación a los sectores con usos más intensivos de agua?

En la actividad agrícola hay que implementar la tecnificación del riego como base para reducir la extracción de agua para los predios. Que tengamos un 50% de eficiencia en el riego en el sector agrícola, quiere decir que estamos duplicando la cantidad de agua que el cultivo realmente necesita. Si optimizamos y tecnificamos el riego se puede llegar a un 70 o hasta 90% de eficiencia. 

Pero esto debe hacerse sin expandir la superficie de riego. Tengo dudas con la ley de riego y la propuesta de inyectar más recursos a esto, porque hasta ahora la tecnificación del riego se ha traducido en ampliación de la superficie de riego. El agua que se ahorra, se usa para cultivar más y el desafío tanto de la actividad agrícola como de la forestal es desarrollarse con menos agua y menos suelo. 

Esto se hace en otros países, donde implementan la agricultura vertical que usa menos suelo y requiere mucho menos agua. También se prefieren especies con menor requerimiento hídrico. La actividad forestal tiene que tener un límite de crecimiento porque hasta ahora la expansión forestal ha ido en desmedro de la vegetación nativa. Debe haber una mitigación y compensación para promover la capacidad de los suelos de infiltrar aguas lluvia, dado que las plantaciones forestales consumen mucha agua lluvia. Compensar ese efecto debe hacerse infiltrando más agua en las napas subterráneas y ya hay forestales que están haciendo proyectos destinados a esto. La sequía y la escasez hídrica son una realidad y es importante que ambos sectores se adapten y sean más resilientes. 

Desde la iniciativa Escenarios Hídricos 2030 han recopilado experiencias y estudios orientados a enfrentar la sequía. ¿Qué aprendizajes crees que podrían aplicarse a nivel nacional? 

En relación a reusar las aguas en emisarios submarinos hemos hecho análisis de escenarios donde el 80% del agua que se capte y sea tratada, puede ir para un usuario o un conjunto de usuarios, y el otro 20% se destina a beneficio social de las comunidades aledañas para desarrollar la pequeña agricultura, o a mantener las reservas de agua. Sería fundamental incluir dentro de este plan de reutilización un aporte social y ambiental.

También tenemos proyectos de reuso de aguas residuales tratadas en distintas asociaciones de Agua Potable Rural (APR). El agua reutilizada puede aprovecharse para la pequeña agricultura y el desarrollo local. Hoy en día, el reuso de aguas servidas es muy bajo. 

Trabajamos además con grandes productores agro industriales para lograr una mayor eficiencia y donde parte del ahorro de agua va para beneficio de la comunidad y del medio ambiente. Medimos la huella hídrica de estos agricultores y hacemos mejoras en el sistema para que logren reducirla y beneficiar el entorno. 

En líneas generales, ¿cuál sería tu recomendación para el plan presentado para la sequía?

Es muy importante que estos planes hídricos efectivamente se destinen a proyectos que mejoren la condición hídrica de nuestro país. No debe ser una inyección de recursos para promover el desarrollo de algunos sectores, pero sin mejorar la condición hídrica del país. Por eso es importante establecer métricas y metas para medir el efecto del plan y determinar si realmente nos está ayudando a superar el problema hídrico.

Fuente: eldesconcierto.cl