Recomendaciones a cooperativas

Por Roberto Fermín Bertossi *

La ciencia cooperativa como estudio e investigación permanente de las causas demográficas, económicas, tecnológicas, ambientales y jurídicas que puedan contribuir -relacional, colaborativa y circularmente- a la evolución de un mundo posmoderno más solidario y fraterno, tanto como a la previsión de las situaciones que podrían derivarse de sus influencias conjugadas, visualiza con sus primeras aproximaciones vinculaciones e impactos que una auténtica
cooperación, conlleva democracia económica, ahorro, precio justo, justicia distributiva e igualdad para la vida humana, económica doméstica y microproductiva cotidiana; sin corrupción ni privilegios y con absoluta neutralidad (no económica) política, racial, religiosa, étnica, de nacionalidad, de género, de raza o región.
Consecuentemente, por estos días no escapa a dicha ciencia tratar de analizar específicamente la ausencia de cooperación y de solidaridad humana con sus efectos perversos como nos sugiere el súbito incremento de violencia regional, ante el “derrame” de corrupción, desigualdad, privilegios e inequidades crecientes, todo un bochorno reprochable de probadas incapacidades gubernamentales(vg., En tanto tambalea el presidente chileno Sebastián Piñera, acaba de renunciar y exiliarse en México su par de Bolivia, Evo Morales) -aún de contrapuestas ideologías- para encauzar protestas y descontentos mayoritarios con algunas democracias; las que de tal modo vienen siendo deslegitimadas y desprestigiadas, extraviando el respeto que institucionalmente, merecían.
Donde rige un sistema de empresa no estatal ni efizcamente controlado, el cooperativismo como subsistema económico caracteriza a sus empresas privadas con unos rasgos inconfundibles a saber: cultura del esfuerzo y la ayuda mutua, autogestión y acción vecinal, abolición del lucro de los intermediarios, promoción y participación de los asociados, identidad entre estos últimos como autoprestadores, usuarios y consumidores; y, como consecuencia de esos rasgos personalistas irrenunciables, reluce también una retribución limitada al capital, capital que en una cooperativa está al servicio de cada persona asociada a la misma.

DOCTRINA SOCIAL
DE LA IGLESIA 
El Papa Juan XXIII llamó la atención a la necesidad de «emplear medios eficaces para que las desigualdades económico-sociales no aumenten, sino que se atenúen… y una de las formas más deseables consiste en hacer que los trabajadores puedan venir a participar en la propiedad de las mismas empresas». “El mayor esfuerzo para combatir las desigualdades y la ‘nueva esclavitud’ que padece el mundo moderno, merece largamente dar a los trabajadores que contribuyen a la creación de la riqueza una participación en la misma”.
“Para aliviar y eliminar el aumento de la desigualdad, es necesario que en la riqueza que se vaya creando participen los trabajadores que han contribuido a su creación, y para eso es necesario hacerlos codueños de la empresa”.
El salario justo y la participación en las utilidades dan al trabajador una retribución adecuada para asegurar su futuro progreso y evitar su empobrecimiento relativo” todo lo cual tuvo valoración constitucional argentina (art. 14 y 1 14 bis, CN.).

UN POCO DE HISTORIA
Uno de los primeros intentos de los trabajadores para defenderse de los abusos del liberalismo fue la creación por los mismos de una empresa cooperativa. En 1844 en Rochdale, Inglaterra, los pioneros de esta Economía Solidaria Civil instrumentaron la primera cooperativa formal de consumo, buscando en la unión de consumidores con escasos recursos, una forma solidaria para obtener mejores precios (precio justo), mejor calidad, igualar oportunidades y más equidad en sus condiciones de compras y consumos asociados.
Los excedentes así obtenidos se repartían en proporción al volumen de compras de cada uno, cada miembro tenía un voto, para que todos gozaran de igualdad en el gobierno democrático de la cooperativa. Además se promovía la sobriedad, el bienestar y la educación de todos.
Con gran rapidez el sistema cooperativo se extendió urbe et urbi. También se adaptó a muchas otras actividades, apareciendo las de trabajo asociado, ahorro y crédito, agropecuarias, de seguros, transporte, etc. Las industriales, en las que los trabajadores son los dueños de la empresa, tienen su mejor exponente en Mondragón, España.
También ya 20 años atrás, en la edición de enero-febrero de 1999 del Magazine del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se describe el éxito de Coopeagropal R.L. de Costa Rica como una de las cinco empresas más rentables del país con ventas de más de $20 millones anuales.
En la región de Coto Sur, en la frontera con Panamá, un desastre en las plantaciones bananeras amenazaba con una pobreza extrema a la población agrícola. Con la ayuda del BID se introdujo el cultivo de cocoa y de la palma africana de aceite, así como una planta para procesar la producción del aceite. Se les dio título de propiedad a los agricultores, y la cooperativa aumentó el número de miembros de 60 a 435. Además del éxito empresarial, Coopeagropal ha transformado la vida de los residentes de Coto Sur, que hace unos años vivían en un completo estado de pobreza, y hoy gozan de propiedad, crédito, educación, buenas condiciones de vida, autoestima y corresponsabilidad.
El Papa Juan Pablo II señaló con satisfacción los logros y beneficios de las cooperativas en promover la enseñanza pública, la formación profesional, y la experimentación de diversas formas de producción y participación en la vida de la empresa, todo lo cual fue sumando más equidad e igualdad en la sociedad civil.

BENEFICIOS
Las cooperativas sirven para resolver dificultades, atemperar y reducir desigualdades, introducir la democracia económica, la solidaridad y aportes substanciales al bien común. Sirven a los pequeños agricultores para alquilar o compras tierras y maquinarias asociativamente, igualmente para comprar abono, semillas, insecticidas y equipos de calidad a mejores precios y condiciones así como venderlos más óptimamente (que haciéndolo aislada e individualmente) llevándolos al mercado o industrializándolos, como por ejemplo pasteurizando la leche y
procesándola en quesos, yogures y manteca.
Sirvieron para evitar el fracaso de una reforma agraria, cuando después de repartir la tierra en pequeños lotes a los agricultores, no se les facilitó equipos, créditos, conocimientos técnicos y demás ayudas que pueden prestarse por las cooperativas; (No se debe dejar trascurrir el tiempo en vano. El Grande Jubileo del 2000, proclamado por el Santo Padre Juan Pablo II para conmemorar el Único Salvador Jesucristo, fue una llamada alta y comprometedora a una conversión, también en el plano social y político, que restablezca el derecho de los pobres y de los excluidos a gozar de la tierra y de sus bienes que el Señor ha dado a todos y a cada uno de sus hijos e hijas).
Sirven para asegurar a sus miembros contra riesgos que les resultarían muy caros, sino imposible, de satisfacer individualmente. 
Sirven para evitar el desempleo en el caso de empresas llamadas a desaparecer, mediante el rescate y adquisición de la misma por los trabajadores organizándose en forma cooperativa; lo que entre nosotros ha dado en llamarse Movimiento de Empresas Recuperadas 

Fuente: diariolaopinion.com.ar