SANDIAS Y MELONES TAMBIEN PUEDEN SER CULTIVADOS EN LA PATAGONIA CHILENA

Frutas no tradicionales en Tierra del Fuego fueron la gran atracción de la ExpoMundoRural Magallanes y fueron cosechados en invernadero por la agricultora Margot Ruiz, que se acogió a Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de Indap.

Jueves 14 de abril de 2016 + Sigue a La Nación en Facebook y Twitter

 

En 2015 fue Orfelina Cárdenas, de Puerto Natales, quien se llevó los aplausos en la ExpoMundoRural de Magallanes por sus zapallitos italianos «gigantes», de más de 5 kilos. Este año le tocó el turno a Margot Ruiz, del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de Porvenir, quien sorprendió a todo el mundo con sussandías y melones cultivados en invernadero en la capital de Tierra del Fuego, algo impensado hasta hace algunos años.

Descendiente de mapuches huilliches, Margot llegó a la Patagonia con sus padres proveniente de Chiloé y desde siempre se dedicó a la agricultura junto a su grupo familiar, primero en Timaukel y desde hace 12 años en una parcela que obtuvieron a través de la Conadi.

Con apoyo de Indap ha obtenido seis de los 14 invernaderos que mantiene con su madre y una tía y en los que producen «todo lo que nos da la tierra«: papas, zanahorias, rabanitos, betarragas, habas, lechugas, tomates, perejil y cilantro de exterior, además de tomates, zapallos y pepinos de invernadero, entre otros productos hortícolas.

«DIAMANTES» FRUTALES 

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A fines del 2015, Margot decidió experimentar con melones y sandías para llevarlos a la ExpoMundoRural Magallanes, donde fueron admirados por el público patagónico como «verdaderos diamantes», según cuenta.

Los primeros los vendió a 3.000 pesos la unidad y la última sandía de las seis que logró cosechar, de 2 kilos de peso, más pálida que las comunes pero igual de aromática y muy dulce, fue rematada a 8.000 pesos.

«Todo el mundo pasaba, los miraba y preguntaban de dónde eran. No podían creer que yo los hubiera cultivado en una zona tan extrema como Tierra del Fuego», recordó la agricultora, quien contó que las plantas fueron cultivadas en altura -amarradas con cáñamos a una base y no a ras de suelo como es lo normal-, sin agroquímicos y con agua de napas subterráneas. «Más sanitas no podían ser», afirmó.

Margot dice que aumentará su producción de estos frutos para la próxima temporada y seguirá experimentando con otros cultivos no tradicionales, «para demostrar mi amor por la tierra y destacar el trabajo que realizamos los pequeños agricultores de la Patagonia».

FUENTE: LA NACION.