Vivienda Cooperativa: «Un hogar diferente»

ilustración 23-1-2018

Los modelos de vivienda cooperativa, donde la propiedad del inmueble es colectiva, mejoran la calidad de vida y la salud. Ya hemos dicho alguna vez que las condiciones de la vivienda están relacionadas con la salud de las personas. Y en concreto, afectan a aspectos económicos y legales, al significado emocional y social que las personas dan al hogar, las condiciones físicas del mismo y el entorno físico y social del barrio.

Modelo colectivo con cesión de uso

Uno de los problemas importantes de la vivienda en nuestro país, sometida al dictado del mercado especulativo, es la dificultad de acceso a precio razonable. Un modelo alternativo es el de las cooperativas en cesión de uso, donde el inmueble es de propiedad colectiva de la cooperativa, y el suelo puede ser también de su propiedad o quedarle cedido mediante derecho de superficie por un período largo. Una característica clave de este tipo de tenencia es que las personas socias o los hogares de convivencia no pueden vender ni alquilar el piso a un precio más alto de lo estipulado colectivamente, que es el precio del coste de la vivienda. Así, el hogar no se convierte en un bien especulativo. Hay países con larga trayectoria en estas fórmulas, como el modelo Andel de Dinamarca o el de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM).

En Catalunya existen experiencias como la de Cal Cases en Santa Maria d’Oló, y se activan otras en Barcelona como La Borda en Bordeta, el proyecto de la calle de Princesa o La Xarxaire en la Barceloneta. El Ayuntamiento de Barcelona o entidades como Sostre Cívic, Perviure o La Dinamo están siendo impulsoras del modelo. En este último caso, tengo la suerte de poder presidir su patronato. Somos un conjunto de personas, con una enorme motivación, convencidas de que hay que impulsar estas fórmulas innovadoras.

¿Por qué mejora la salud?

Algunos de los pocos estudios que evalúan la salud y calidad de vida de las personas que viven en viviendas cooperativas -estudios realizados sobre todo en otros países y referidos a personas mayores- indican los beneficios esperados del modelo. Primero, se consigue hacer la vivienda más asequible: las unidades de convivencia realizan un pago de entrada retornable si dejan la cooperativa y una cuota mensual para la construcción o rehabilitación del inmueble, así como para la compra o derecho de uso del solar y gastos de mantenimiento. Estos costes son inferiores a los de mercado y por lo tanto hacen más asequible la vivienda. Hay evidencia que relaciona la falta de asequibilidad de la vivienda con problemas de salud, por lo que este modelo alternativo prevendrá esos problemas. Por otra parte, el hecho de que se disponga de la vivienda por un período largo promueve un sentido de continuidad y de estabilidad que facilita una buena salud mental.

Varios estudios
demuestran que el control de las circunstancias de la propia vida y la red social son factores que mejoran la salud

Además, el hogar tiene un fuerte significado emocional y social: las personas usuarias participan en las decisiones relacionadas con la cooperativa y con el programa habitacional, lo que las hace responsables y les da un alto sentido de pertenencia a la misma. Se fomenta la red social y algunas cooperativas tienen espacios compartidos y actividades en común, como las comidas o el juego. Además, la solidaridad intergeneracional puede facilitar la crianza, el cuidado de las personas mayores, etc., avanzando además en la igualdad de género. Varios estudios muestran que el control de las circunstancias de la propia vida y la red social son factores psicosociales que mejoran la salud.

Respecto a las condiciones físicas de la vivienda, la cooperativa controla las decisiones sobre las características del inmueble. Así por ejemplo, podrá ser más sostenible, disminuir la pobreza energética, minimizar el ruido u otros factores que producen enfermedad. El ejemplo de la Borda nos muestra la capacidad de construir un edificio sostenible incluyendo, por ejemplo, un diseño bioclimático o la colectivización de algunos usos como la lavandería.

Finalmente, puede haber efectos en el barrio de residencia: la cooperativa es un proyecto comunitario que también puede reivindicar un barrio mejor. Las características del barrio, como los espacios verdes, los equipamientos, el transporte, etc. también están fuertemente relacionados con la salud.

Nuestro grupo de investigación tiene la intención de poner en marcha un estudio a largo plazo que nos permita poder avanzar en el conocimiento de los factores que generan una mejor salud de las personas que viven en este tipo de hogares.