«Viñateras Bravas del Itata»: Nacidas para remecer la viticultura

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Se acaban de conformar como una sociedad por acciones, en el sistema de empresas express, las “Viñateras Bravas del Itata”, una organización de mujeres, abierta, que busca agrupar y promover el desarrollo de mujeres solas del sector viñatero. Sus socias iniciales, son dirigentas reconocidas por lo  “bravas”, como Lleny Llanos de Portezuelo-San Nicolás, Seferina Riquelme, Nubia Ortiz y Magdalena Figueroa.

Se trata de liderazgos bastante beligerantes y agerridos, que se hacen escuchar en las reuniones y hablan fuerte cuando se sienten pasadas a llevar. Siguendo el dicho francés “qui se resemble se asemble” (los que se parecen se juntan),  en reuniones gremiales se fueron acercando y ahora están decididas a trabajar juntas.

La presidenta, Yenny Llanos, es una ingeniero civil especializada en negocios internacionales, que está a cargo de una pequeña viña herencia de su padre, que justo llegó a la zona cuando se organizaba la Mesa del Vino, para establecer un trabajo público-privado, tendiente a que los viñateros del Itata sean actores principales de las proyecciones internacionales que se abren para los vinos del Valle del Itata.

Su primera bandera la levantó contra las grandes viñas que compran uva a los pequeños productores “abusando de su posición de mercado”.

Para las autoridades regionales ha sido como una “pulga en el oído”, ya que se toma las cosas en serio y exige cumplimiento de los acuerdos.  Critica duramente la burocracia y no comparte que en un presupuesto exiguo se distraiga dinero en profesionales y estudios que a su juicio son inconducentes.

“Los pequeños viñateros y todos lo sabemos, son personas que tienen en promedio del orden de 50 años. Como se están planteando las cosas vamos a tener resultados reales a 20 años. A ese ritmo van  estar muertos. Todo es asesorías, estudios, estamos llenos de asesores. Lo que necesitamos son fondos y equipos para vinificar ahora. Nos asignaron a todos los viñateros más de 6 mil millones para cuatro años y solo se habrán gastado unos 300 en el tema de vinificación, yo estoy pidiendo cuenta de los gastos que se han hecho”, señala la dirigenta.

Respecto a la  naciente organización, señala que está abierta a cualquier mujer viñatera, en especial a jefas de hogar que sacan adelante sus familias: “Nos estamos asociando en un proyecto común y este año con o sin ayuda queremos vinificar dos mil litros y exportar. Queremos certificarnos para productos agroecológicos y en comercio justo, porque nuestra intensión es exportar”.

Señaló que la idea se ha ido madurando en los últimos años y que decidieron no perder más tiempo: “Estamos viendo como organizarnos más adelante y pensamos que tal vez lo mejor sea una cooperativa”, señala.

Volviendo al trabajo que se está haciendo con los viñateros del Itata, afirma que se está diluyendo por una vía equivocada. Discrepa que los centros de acopio y compraventa de uvas, organizados por los viñateros asociados con cofinanciamiento Indap, no son la vía para que los viñateros avancen. Cree que no se va a lograr, comprando uva para empresas como Concha y Toro, no se va a mejorar el valor de esta materia prima.

“Lo que nosotros necesitamos es equipamiento para vinificar. En la cooperativa de San Nicolás (está integrada en las cooperativas de San Nicolás y Portezuelo, ya que su predio está en el limite de ambas), hicimos cuatro mil litros por nuestra propia cuenta y con mucho esfuerzo. Un vino natural y ecológico, con denominación de origen. Pudimos embotellar  botellas gracias al aporte de la municipalidad”.

Agrega que “a fines de diciembre se recibió a un grupo de Brasil que buscaba vinos ecológicos o agroecológicos. Una vez que probaron el vino,   estaban   interesados en llevarse   todo lo que tuviésemos, en este caso las cinco mil botellas que corresponden a la producción del año pasado a un precio FOB $3.583, y amarrar futuros envíos.  De hecho el mismo grupo quería ver posibilidad que la Cooperativa le pudiese entregar 20 mil botellas mensuales del vino que probaron.  ¿Pero de dónde? si no se tiene las espaldas”.

De todas formas este año nuevamente están uniendo esfuerzos para repetir la experiencia de una vinificación asociativa a como de lugar, pese a que paralelamente tienen que echar a andar un proyecto de Centro de Acopio, que se adjudicaron con Indap en la temporada pasada, a pesar que les falta capital de trabajo.

La dirigenta señala que no busca criticar por criticar, sino que ve que para el pequeño viticultor es todo cuesta arriba: “Me gusta ayudar y participar. Me interesa que el Valle del Itata surja. Veo buena voluntad en la autoridades, pero el problema es la ineficiencia. Los viñateros necesitan ayuda, porque solos no van a salir adelante, hay que invertir bien las pocas lucas que se destinan al sector”.

Fuente: La discusion