Las cooperativas desempeñan un rol crucial en el desarrollo social y económico de América Latina y el Caribe, y en particular en países como Chile. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca cinco aspectos esenciales que subrayan su impacto. En primer lugar, las cooperativas son motor de inclusión social, ofreciendo a las personas vulnerables una plataforma para mejorar su calidad de vida a través de la participación activa en la economía.
En segundo lugar, se reconoce su contribución a la sostenibilidad económica, ya que promueven la producción y el consumo responsable. La tercera clave es su capacidad para fomentar el empoderamiento comunitario, permitiendo que las personas gestionen sus propios recursos y logren una mayor autonomía.
Otro aspecto destacado es la resiliencia de las cooperativas frente a crisis económicas y sanitarias, como se evidenció durante la pandemia. Por último, las cooperativas también se presentan como agentes clave en la transición hacia una economía verde, implementando prácticas sostenibles y colaborativas.
El apoyo a estas entidades podría fortalecer aún más su impacto en el desarrollo local, promoviendo un modelo económico inclusivo y justo para todas las partes involucradas.


