Viena, la capital de Austria, llevará a cabo un ambicioso proyecto para construir el depósito de agua potable más grande del mundo. Este sistema subterráneo tendrá la capacidad de almacenar hasta 100 millones de litros de agua y servirá para asegurar el suministro a la ciudad durante los próximos 20 años, cubriendo las necesidades de sus aproximadamente 1,9 millones de habitantes.
El depósito se construirá a una profundidad de más de 80 metros, aprovechando el terreno en una zona de las afueras de la ciudad. Este innovador proyecto se enmarca en una serie de medidas que buscan fortalecer la infraestructura hídrica de Viena, un aspecto clave para una ciudad que, como muchas otras en el mundo, enfrenta desafíos derivados del cambio climático y la variabilidad en las precipitaciones.
Además de asegurar un suministro constante y seguro de agua potable, este depósito jugará un rol fundamental en la resiliencia urbana, ayudando a mitigar los riesgos asociados con posibles sequías o crisis en los sistemas tradicionales de abastecimiento de agua.
Este proyecto subraya el compromiso de Viena con la sostenibilidad y la planificación a largo plazo frente a los retos ambientales.
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