A DOS AÑOS DE LA CRISIS DE CONTAMINACION DE AGUA POR PLOMO EN EL ESTADO MICHIGAN

En abril de 2014 la ciudad de Flint (EEUU) cambió el origen de su agua potable desde un sistema en Detroit por el río de la ciudad. Las autoridades estatales no sospechaban que el nuevo suministro estaría contaminado y que los niños resultarían afectados.

La crisis de contaminación de agua en la ciudad de Flint, Michigan, que ocurrió en los últimos dos años, se puede atribuir a una serie de empleados gubernamentales de EEUU, así como a los encargados de controlar la situación una vez que el caso estalló. Sin embargo, hoy es considerado un fracaso simultáneo en varios niveles y entidades públicas, que no supieron dar con una solución a tiempo.

En abril de 2014 Flint decidió cambiar la fuente de su agua potable desde el sistema que tenía en Detroit (que queda apenas a una hora de la ciudad en auto), por el abastecimiento del río de Flint, que está más cerca. Sería una solución temporal mientras una nueva tubería era construida.

El problema es que el agua del río era altamente corrosiva y no estaba siendo tratada con algún agente anti-cáustico, por lo que se filtró una cantidad excesiva de plomo que llegó al agua potable de la ciudad, contaminando a cientos de estadounidenses, incluyendo a varios niños que continúan con serios problemas de salud, a a dos años del hecho.

No está clara la fecha en la que las autoridades reaccionaron a los niveles de contaminación del agua y decidieron hacer algo al respecto. De hecho, del condado de  Genesee, afirman haberse enterado en julio de 2015, aunque hay reportes de e-mails alertando por la situación en 2014, cuando los mismos ciudadanos dieron la alerta.

Incluso, General Motors, la automotriz estadounidense que ayudó al auge económico de la ciudad en los últimos cuarenta años, es apuntada hoy como una de las primeras fábricas en botar basura industrial al río de Flint, lo que hizo durante décadas, antes de que se formara la Agencia de Protección Ambiental de EEUU.

Los intentos por limpiar la corriente del agua han sido exitosos, pero sigue siendo trece veces más corrosiva que la del Lago Huron, la antigua fuente de agua potable de la ciudad.

Actualmente, tras las últimas audiencias legislativas y debates presidenciales en EEUU, las culpas se han unificado en contra de las autoridades gubernamentales.

Ayer fue la audiencia del Comité de Emergencia por el Agua Pública de Flint, la primera oportunidad para que la mayoría de los residentes de la ciudad testifiquen sobre la crisis de salud y la posible vinculación a los brotes de la “enfermedad del legionario”, un tipo de pulmonía causada por bacterias que habría producido diez muertes. “Pudimos haber evitado esta catástrofe”, dijo el oficial de salud del condado de Genesee, Mark Valacak, acusando que faltó cooperación entre Departamento de Calidad Ambiental del estado de Michigan y el Departamento de Salud y Servicios Humanos. 

Según el oficial, algunos de los problemas de falta de cooperación que vieron en el desarrollo del caso se siguen repitiendo, como que el estado de Michigan no les permitiera buscar ayuda de los centros de control de enfermedades nacionales. “Una de las razones de que el estado no cooperara es que sospechaban que el río Flint fuera la fuente”, dijo otro oficial que declaró ayer.

El año pasado, el Centro para la Integridad Pública, un think tank, ubicó a Michigan como el peor estado de EEUU en responsabilidad legislativa y transparencia, diciendo que tenía la peor transparencia gubernamental y leyes y prácticas de responsabilidad del país.

Aporte RSE
Algunas empresas han aprovechado la situación para ayudar en la comunidad de Flint. Así por ejemplo, JPMorgan junto a sus empleados y fundaciones levantó US$350.000 como donación para combatir la crisis, en especial para los niños que estuvieron expuestos al plomo durante los últimos dos años con educación pre escolar, disponibilidad a medicina pediátrica y acceso a servicios de salud infantil.

Honda es otra empresa que ha destacado por su atención a la crisis del plomo, entregando US$25.000 al Fondo de Desarrollo y Salud Infantil de Flint, que se preocupa en particular de niños hasta seis años y brinda recursos para realizar las intervenciones   que sean necesarias y los seguimientos para examinar el impacto a largo plazo que puedan tener los niños que resultaron más perjudicados.

FUENTE: PULSO