Agua: el gran acelerador en el camino a los ODS

Por su impacto en la higiene, la salud, la educación, la igualdad, el modo de vida y la alimentación, el agua, ese recurso vital para el desarrollo sostenible, se ha convertido en uno de los pilares que sostiene la Agenda 2030 de Naciones Unidas

Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) son una llamada a la acción a todos los países para erradicar la pobreza y proteger el planeta así como garantizar la paz y la prosperidad.

17 Objetivos definidos, cuantificables y evaluables para alcanzar en 2030 en todo el mundo a través de una Agenda Mundial pactada donde todos suman y donde todo importa si nos acerca a la meta marcada. Una meta global que afecta a todos los ámbitos de la vida en la Tierra y donde las personas son las protagonistas para no dejar a nadie atrás. Y eso requiere un enfoque piramidal en el que unos objetivos requieren de los otros para que se materialicen plenamente, un enfoque de tres escalones: Biosfera, Sociedad, Economía.

Biosfera, Sociedad, Economía

Johan Rockström y Pavan Sukhdev investigadores del Centro de Resiliencia de Estocolmo han desarrollado una nueva forma de ver los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cómo todos están relacionados entre sí. Una visión jerárquica en la que los ODS relacionados con la Biosfera son la base sobre la que se asientan los otros 13 Objetivos de la Agenda 2030. Se trata del ODS 6 sobre agua potable y saneamientoel ODS 13 por la acción climática, el ODS 14 proteger la biodiversidad marina y el ODS 15 para proteger la biodiversidad terrestre y los bosques.

Ninguno de los Objetivos recogidos en la Agenda 2030 puede ejercerse con plenitud si no existe la garantía previa del derecho al agua

Sin agua, ni la salud ni la alimentación ni la sostenibilidad medioambiental ni el desarrollo frente a la pobreza están garantizadas. De ahí que en 2010 se entendiera este derecho por sí mismo como un pilar esencial para la consecución del resto de los derechos universales, y posteriormente, con la aprobación de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, se reconociera el recurso como inherente al logro efectivo del resto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que su presencia es transversal en todos ellos.

Ninguno de los Objetivos recogidos en la Agenda 2030 puede ejercerse con plenitud si no existe la garantía previa del derecho al agua.

“Sin agua, ni la salud, ni la alimentación ni la sostenibilidad medioambiental, ni el desarrollo frente a la pobreza están garantizadas”

Cuando en el año 2010 las Naciones Unidas reconocieron el derecho humano al agua y al saneamiento, a la vez establecieron las condiciones necesarias para que fuera realidad. El abastecimiento de agua por persona debe ser suficiente y continuo, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible.

Si bien se ha conseguido progresar de manera sustancial a la hora de ampliar el acceso a agua potable y saneamiento, existen miles de millones de personas (principalmente en áreas rurales) que aún carecen de estos servicios básicos. En todo el mundo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre, dos de cada cinco personas no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre.

La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia vital del saneamiento, la higiene y un acceso adecuado a agua limpia para prevenir y contener las enfermedades. La higiene de manos salva vidas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el lavado de manos es una de las acciones más efectivas que se pueden llevar a cabo para reducir la propagación de patógenos y prevenir infecciones, incluido el virus de la COVID-19. Aun así, hay miles de millones de personas que carecen de acceso a agua salubre y saneamiento, y los fondos para las inversiones imprescindibles son insuficientes.

Agua en femenino

Demasiado a menudo, las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por las dificultades de acceso al agua y, sin embargo, su participación en los procesos de toma de decisiones en materia de gestión del agua y de los alimentos sigue siendo extremadamente baja.

A pesar de que las mujeres realizan hasta el 80% del trabajo informal no remunerado relacionado con el suministro de agua, solo un 17% de los contratos laborales del sector se atribuyen a mujeres asalariadas, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otros organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo.

¿Tiene género el agua? Banco Interamericano de Desarrollo

Esto no sólo desemboca en una toma de decisiones prejuiciada y mal informada, sino que pone en peligro los logros relativos a los derechos humanos de las mujeres.

El agua se utiliza en multitud de actividades, todas ellas relacionadas con la igualdad de género y con el empoderamiento de las mujeres. En el seno de la familia se usa para beber, limpiar, conservar, almacenar y preparar cosechas y alimentos.

El agua se usa también en los sectores económicos como la agricultura, la industria y los servicios.

El agua también es un bien común mundial con los océanos, ríos y otras fuentes naturales de agua que son esenciales para generar ingresos, sostener los medios de vida y para salvaguardar la salud pública, especialmente de familias pobres y de las mujeres y niñas de esas familias.

La brecha entre las áreas urbanas y las rurales sigue siendo considerable: la cantidad de personas de áreas rurales que no disponen de una fuente de agua potable es cinco veces mayor que la de las áreas urbanas.

Esta falta de acceso resulta muchas veces en una carga adicional para las mujeres y las niñas. Cuando no existe una fuente de agua de fácil acceso, el agua debe ser acarreada desde su origen y las mujeres y las niñas siguen siendo quienes tienen esa responsabilidad.

Agua limpia: la mejor medicina preventiva

Hoy día, 1.400 niños menores de cinco años mueren a diario debido a las enfermedades diarreicas causadas por la falta de agua potable, saneamiento e higiene.

A pesar de la pandemia de la covid-19 que asola al mundo, la diarrea sigue siendo la segunda causa más importante de la muerte de los niños de menos de cinco años en el mundo.

Estas enfermedades acrecientan, además, la posibilidad de que los niños tengan desnutrición crónica (retraso en el crecimiento) y suponen un coste enorme para la sociedad. Pero hay una solución simple y barata para evitar la infección: lavarse las manos con jabón.

El 60% de la población mundial tiene acceso regular a instalaciones donde lavarse las manos con jabón, porcentaje que cae hasta el 28% en algunos países pobres.

Esto supone que el 40% de la población mundial carece de acceso a una vía “tan sencilla y asequible” para prevenir enfermedades, problema que afecta a casi el 80% en algunos estados.

Innovación del agua para una reconstrucción post pandémica

El Marco Mundial de Aceleración del ODS 6 se puso en marcha durante la sesión de julio de 2020 del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible con el objetivo de apoyar el progreso acelerado de los países en cinco esferas relacionadas con el ODS 6: financiación; datos e información; desarrollo de capacidades; innovación; y gobernanza.

ONU-Agua desempeña un papel de coordinación dentro de las Naciones Unidas, para asegurar que la familia de las Naciones Unidas “cumpla como uno solo” en respuesta a los desafíos relacionados con el agua.

Debido a las enfermedades diarreicas causadas por la falta de agua potable, saneamiento e higiene más de 500.000 niños mueren al año

Los expertos apuntan que es en este momento crítico, tras la pandemia de la COVID-19, cuando se debe aumentar la ambición por todos los ODS, ONU-Agua y el secretario general lanzaron a mediados de 2020 el Marco de Aceleración Global del ODS 6. Un acelerador clave de este Marco es el aprovechamiento y la ampliación de tecnologías y prácticas innovadoras a nivel de país.

Esto solo puede suceder a través de asociaciones efectivas con el sector empresarial que conecten los marcos de las Naciones Unidas con las innovaciones corporativas, una asociación alineada con el ODS 17 que forja los avances de la Agenda 2030 en las alianzas y la colaboración público-privada. 

En este contexto nació la Water Resilience Coalition que está trabajando en este espacio elevando el estrés hídrico a la cima de la agenda corporativa a través de enfoques innovadores basados ​​en datos para la acción colectiva en cuencas con estrés hídrico. Para explorar cómo las innovaciones en las operaciones de dirección, la gestión de la cadena de suministro, la tecnología y las prácticas de gobernanza pueden hacer avanzar la Agenda 2030

Para Naciones Unidas estamos en el momento de desarrollar y fortalecer alianzas con los ministros de finanzas para realizar “inversiones inteligentes en agua, saneamiento e higiene”.

Fuente: elagoradiario.com