Angel Soto: La economía del mañana: bien común y colaboración

Qué duda cabe, estamos en una coyuntura crítica. Esa “última catástrofe” a la que se refiere el francés Henry Rousso, para indicar los acontecimientos que cambian la historia. Si bien hoy todos estamos viviendo el presente, nos preguntamos: ¿cómo será ese nuevo mundo que surgirá tras la pandemia? El neurólogo Joaquín Fuster señala que los…

Qué duda cabe, estamos en una coyuntura crítica. Esa “última catástrofe” a la que se refiere el francés Henry Rousso, para indicar los acontecimientos que cambian la historia.

Si bien hoy todos estamos viviendo el presente, nos preguntamos: ¿cómo será ese nuevo mundo que surgirá tras la pandemia? El neurólogo Joaquín Fuster señala que los seres humanos tenemos la capacidad de anticipar lo que viene, construir una memoria del futuro en que el pasado y presente se transforman en imaginación y lo proyectamos: ¿Cómo será la historia del futuro o del mañana?

En su discurso de aceptación del premio Nobel en Economía, Jean Tirole señaló que la primera misión del economista es “hacer de este mundo, un mundo mejor”. Por tanto, la economía debe estar al servicio del bien común ofreciendo una doble oportunidad: aborda problemas teóricos en profundidad y contribuye a la toma de decisiones públicas y privadas.

La crisis económica mundial que se avecina como un tsunami nos ha hecho mirar a 1929, 1982 y el 2008, discutiendo si debemos seguir el camino keynesiano o el monetarista.  Tirole enfatiza que en economía hay ciertos consensos que muchas veces sorprenden a quienes miran los debates en términos de juego suma cero. Afirma: “cuando pensamos en la sociedad, no tenemos que elegir entre Estado y mercado, como nos quieren hacer creer los partidarios del intervencionismo y los del laissez-faire. El Estado y el mercado son complementarios y no excluyentes. El mercado necesita regulación y el Estado, competencia e incentivos”.

Uno de los desafíos del mañana será el clásico dilema de la economía: comprender las nuevas demandas y hacernos cargo de su satisfacción con dignidad. Los estallidos sociales, no solo en Chile, fueron los teloneros de este cambio histórico. La sensación de angustia y desamparo provocó un cuestionamiento tanto del mercado como del Estado, abonando el camino para los populistas de siempre.

Un futuro basado en la economía del bien común debiera contar con un marco institucional que enfatice la relación mercado-Estado, identificando las fallas de ambos: “el Estado no puede lograr que sus ciudadanos vivan (correctamente) sin mercado; y el mercado necesita al Estado: no solo para proteger la libertad de empresa y garantizar los contratos a través del sistema jurídico, sino también para corregir sus fallos”.

Colaboración en donde se reconozca que las empresas privadas crean valor al tiempo que tienen una responsabilidad social, especialmente al suministrar bienes públicos.

Los desafíos macroeconómicos son enormes. No debe olvidarse que hasta hace solo unas semanas una de las principales preocupaciones del mundo era el cambio climático. La descontaminación forzada que vivimos es una gran oportunidad que no debemos perder.

¿Cómo se combatirá el desempleo? Junto a la flexibilidad laboral, la economía colaborativa será otra oportunidad no solo para facilitar el acceso a servicios que están inutilizados, sino que contribuiría al ahorro y al surgimiento de nuevos negocios.

La economía digital nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida modificando la cadena de valor y alterará la competencia en el mercado tradicional. Será necesario reemplazar ciertas regulaciones, velar por la propiedad de los datos, entregar confianza, innovación y por qué no… avanzar hacia el uso de software e internet libre. La conectividad será un principio fundamental en la igualdad de oportunidades.

El capitalismo no será sepultado ni regresaremos al estatismo del pasado. Una economía del bien común y colaborativa permite un convivencia en que el camino sea menos técnico y más “humano”.

Fuente: ellibero.cl

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Marcelo Cáceres Hurtado
Master en Economía Social y Empresas Cooperativas