Artesanas magallánicas crearon la primera cooperativa para exportar tejidos en lana de oveja

Hilanderas del Estrecho de Magallanes son apoyadas por INDAP y ProChile

Son dos asociaciones de artesanas: Virgen de la Covadonga, ubicada en el sector norte de Punta Arenas, y Orquídeas del Sur, en el otro extremo de la ciudad. En total son 20 mujeres que sumaron sus destrezas, dejaron de lado los individualismos y crearon la cooperativa Hilanderas del Estrecho de Magallanes, la primera de la región en su tipo, con el desafío de perfeccionarse para mostrar al mundo los mejores diseños del austro con lana de oveja y recuperar así la identidad “extraviada”.

La idea -dicen- es terminar con la decepción del turista que no encuentra productos locales, ya que la oferta disponible en la región es la misma que se encuentra en otras zonas del país, una reventa enmascarada bajo el rótulo de “artesanía local”.

“Pasamos dos años hilando durante los meses de invierno y no llegamos a ningún lado, así es que decidimos unirnos para hacer mejor las cosas. Nuestros trabajos tienen que estar en los mejores aeropuertos del mundo, ésa es la meta. Estamos pensando en grande, los dos grupos somos así”, explica Aurora Reyes, presidenta de la agrupación Virgen de la Covadonga.

La mayoría aprendió a hacer las madejas de lana de niña, mientras jugaban, y a tejer de jóvenes, en un ejercicio de paciencia y práctica, con sencillos palillos y crochet. Hoy asumieron un desafío mayor: mejorar la técnica, los teñidos y crear diseños con contenido local para exportar al mundo la identidad de la Patagonia magallánica.

Las artesanas participaron en la primera etapa de una “Mentoría de Lanas para la Exportación”, curso de diseño e hilado de dos años de duración que dirige la diseñadora Alejandra Bobadilla y que fue organizado por ProChile e INDAP. En él han descubierto el potencial que tenían y todo lo que les faltaba por aprender.

“Magallanes cuenta con mucho potencial y materia prima, pero falta el desarrollo de productos con mayor creatividad y diseño. El desafío que tenemos es mejorar en calidad, estandarización, cálculo de costos, promoción y presentación, entre otros temas”, explicó Bobadilla.

La experta destacó el talento innato y el nivel de compromiso de las alumnas, la mayoría de las cuales trabaja la lana sólo durante los meses de invierno, cuando no hay agricultura por las bajas temperaturas. “Tienen un tremendo potencial en cuanto al hilado y la organización. Pienso que como como cooperativa van a avanzar mucho más rápido”, precisó la diseñadora.

María José Navajas, directora regional de ProChile, dijo que el éxito de la comercialización depende de la calidad del producto y que en este caso “debe tener características naturales, sustentables, una oferta centrada en la identidad regional y con atributos que hoy faltan: mejor diseño y mayor representatividad”.

Hoy el turismo ofrece una oportunidad de diversificar el mercado y la artesanía es la puerta de entrada. Así lo entiende el director regional de INDAP, Víctor Vargas: “Tenemos un relato de fondo y contamos con las materias primas necesarias para fomentar este servicio, enriqueciendo y diversificando las opciones de exclusividad del hilado y tejido con lana de oveja. La participación del mundo campesino será vital para el rescate y proyección de nuestra historia, que hoy parece extraviada en esta materia”.

La alianza entre ProChile e INDAP busca multiplicar los mercados para que las artesanas puedan comercializar en mejores condiciones sus productos y a su vez los consumidores accedan a artículos  únicos y de gran calidad, 100% hechos a mano.

Julio Díaz Bórquez – Periodista