ASOCIACIONES APUNTAN A LOGRAR LA MODERNIZACION DE LA PEQUEÑA MINERIA

Con recursos regionales por $165 millones se iniciará la segunda etapa de una iniciativa que, entre otras cosas, orienta a los productores a mejorar sus estándares de seguridad y los dota de implementos de mayor tecnología para el desarrollo de sus funciones La pequeña minería es una de las actividades más antiguas y de amplia…

Con recursos regionales por $165 millones se iniciará la segunda etapa de una iniciativa que, entre otras cosas, orienta a los productores a mejorar sus estándares de seguridad y los dota de implementos de mayor tecnología para el desarrollo de sus funciones

La pequeña minería es una de las actividades más antiguas y de amplia tradición en la Región de Coquimbo. Sin embargo, con los años los pirquineros han mantenido intactos sus sistemas de trabajo y no han ido de la mano con el desarrollo que ha experimentado la mediana y gran minería, lo que ha conllevado a incrementar, sobre todo, los niveles de inseguridad en los que se desempeñan.

No obstante, de la mano de un proyecto inédito en el país, el 2013 se comenzó a desarrollar la primera etapa de la iniciativa “Acuerdo de producción limpia de la pequeña minería de la Región de Coquimbo (APL)”, que busca precisamente modernizar la forma en que hasta ahora efectúan sus labores.

A ello ha contribuido además que en el 2015, las 9 asolaciones mineras de la zona por primera vez se unieron en una asociación gremial denominada Corporación para el Desarrollo de la Pequeña Minería (CORPEMIN), entidad que se ha encargado de guiar los pasos en esta línea.

“Se ha generado una estandarización del sector, entonces, los productores han ido haciendo un cambio cultural que ha permitido mirar la actividad desde otro enfoque y entregarles las cosas mínimas que deben tener y desde ahí hacia arriba ir definiendo los distintos estándares de seguridad”, señala Fernando Brito, gerente de la organización.

El dirigente cuenta que los resultados de este APL han sido del todo exitosos y que la primera fase de intervención permitirá que 23 pequeños productores mineros de la zona certifiquen sus faenas. “Esto es inédito en Chile, años atrás se hizo un acuerdo de producción limpia pero fue un fracaso, pero en este caso ha sido todo un éxito y hemos logrado cambiar los paradigmas que existían en torno al sector”, puntualiza.

Lo más impactante, agrega, es el cambio radical que hubo en las faenas mineras. “Tomamos a los pequeños mineros y les definimos una serie de metas y objetivos que pasan desde aspectos netamente de inversión dentro de sus faenas hasta aspectos de cambio cultural y cambio de cómo hacer las cosas. En estos dos años tienes todo el tiempo para poder hacer esas inversiones, pero además han recibido del orden de 12 capacitaciones que son todas certificadas, como son primeros auxilios del ISL, cursos en temas laborales, cursos de seguridad minera, de operación minera, es decir, cómo fortificar la mina, cómo manejar los explosivos y eso se complementa con una serie de coaching en las mismas faenas”.

Asimismo, se les ha generado un sistema documental completo a cada minero “se le dan elementos de protección personal, su reglamento interno, se hace su manual de elementos de protección”.

Para estos fines, los productores tuvieron apoyo de primera línea, pues se forjó un Comité que integraron la dirección del Trabajo, el Servicio de Salud, Enami, Sernageomín, la seremía de Minería, Medio Ambiente y el Consejo de Producción Limpia (CLP). Todos ellos efectuaron asesorías y fueron entregando lineamientos de lo que debían hacer los pequeños productores para mejorar sus faenas.

Brito reconoce que la tarea no fue fácil “al principio nos costó mucho convencer a las autoridades regionales y había una sensación de que los pequeños mineros no lo permitirían, pero están todos súper contentos, porque además la mesa de trabajo participan todas las instituciones relacionadas y cada uno colocó estándares que hubo que ir cumpliendo”.

Tras dos años de trabajo, explica Brito, ahora la etapa que viene es hacer un chequeo completo de esto se haya cumplido. “De ser así, se les certifica lo que es uno de los grandes avances que hemos conseguido”.

SEGUNDA FASE. Los resultados de esta experiencia han sido tan exitosos, que ahora se disponen a iniciar una segunda etapa. Para ello, el pasado mes de junio a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) se aprobaron 165 millones de pesos, recursos que beneficiarán a pequeños mineros y plantas procesadoras de las provincias de Elqui, Limarí y Choapa. También existe una inyección de recursos de Corfo y se mantendrá la consultoría del CLP.

Cabe destacar que a la fecha se estima que existen en la zona un total de 750 faenas activas, con las cuales se espera ir avanzando.

“Queremos desarrollar una pequeña minería 2.0, estamos desarrollando proyectos que son bien interesantes desde el punto de vista de pasivos ambientales, estamos viendo relaves de pequeña minería con nuevas tecnologías, mejores plantas que maximicen la recuperación, se está trabajando en varias líneas de manera tal de darle un valor agregado a la producción”.

Los resultados, precisa Brito, serán no solo mejorar los estándares de seguridad, sino que convertir la actividad en un negocio rentable. “Estamos viendo como mejoramos este proceso para que la seguridad y los estándares sean coincidentes con hacer un buen negocio, que mejoren sus retornos y generen un producto con valor agregado”, puntualizó.

FUENTE: DIARIO EL DIA