En el marco de la semana del Comercio Justo y con el Día Mundial del Comercio Justo a celebrarse el próximo sábado 14 de mayo, diversos representantes de este sector de la Economía Social asistieron la mañana del martes 10 de mayo a las dependencias del Ministerio de Relaciones Exteriores para participar en un acto de celebración organizado por Prochile y con el apoyo de INDAP desde el Programa de Agricultura Familiar Campesina.

La actividad, donde expusieron autoridades, dirigentes de asociaciones y empresarios del sector, tuvo un fuerte foco en la contribución del modelo de comercio justo y sus prácticas de producción y comercialización sostenibles al bienestar de los emprendedores, socios y comunidades. En ese sentido, muchos de los representantes y asistentes recalcaron cómo la asociatividad, junto al resto de los principios y lineamientos que promulga este modelo, ha sido un factor clave para su desarrollo a nivel local durante las últimas décadas.

El Director (s) de Prochile, Rafael Sabat, inauguró la actividad señalando cómo el tema del Comercio Justo se ha ido instalando en la agenda para las exportaciones nacionales desde sus principios sustentados en el diálogo, la transparencia y el respeto, constituyendo con ello una base sólida de desarrollo y expansión del sector.

El Director Nacional de INDAP, Octavio Sotomayor, recalcó por su parte los importantes avances que ha tenido el Comercio Justo gracias al fomento y apoyo de las instituciones públicas, fundamentalmente desde el mundo del agro. Asimismo, este último representante, desde un comienzo de su intervención, relevó el valor de la asociatividad en estas materias señalando que, desde 2014 a la fecha, se han creado más de 80 cooperativas, lo que demuestra que la gente ha ido de a poco perdiendo el miedo a la asociatividad. “En la medida que las personas quieren abordar proyectos más complejos, como los que supone el modelo de Comercio Justo o la producción sostenible, la asociatividad resulta cada vez más indispensable”, indicó.

Para María José Becerra Moro, Jefa de la División de Asociatividad y Economía Social del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, quien también participó de esta actividad, “la integración de diversas ramas de la economía social entre sí y con las diversas instituciones públicas y de fomento es una de las mejores perspectivas para el sector, pues potencia su desarrollo no solo para crecer en el ámbito de las exportaciones, sino también a nivel local, salvaguardando la sostenibilidad y el propósito que buscan estas formas de producción y comercialización de arraigado compromiso social”. En ese sentido, el Ministerio de Economía y la DAES están trabajando a la par con Prochile, Indap y otros organismos públicos, así como representantes de la sociedad civil y organismos asociativos, para generar mayores instancias de fomento e intercambio, por ejemplo, apoyando ruedas de negocios donde las cooperativas -muchas de ellas en el marco y principios del Comercio Justo- tengan un rol protagónico.

El Comercio Justo lleva más de 70 años desarrollándose a nivel mundial. En Chile, según explica Lorena Vergara, Vicepresidente de la Organización Internacional de Comercio Justo para Latinoamérica (WFTO-LA , por sus siglas en inglés), se ha hecho un importante esfuerzo durante las últimas décadas para fomentar y difundir este modelo de producción y comercialización, basado en 10 principios que resguardan, entre otros, la no discriminación, el pago de precios justos a los productores, la transparencia, y las buenas condiciones laborales. Hoy, para esta dirigente, se observan los diversos frutos de este trabajo, lo que no quiere decir que aún quede mucho camino por delante que los diferentes actores del sector deben enfrentar en conjunto.

Como parte de la actividad, expusieron diversos emprendedores y empresarios que han adoptado este modelo y logrado certificarse, viendo con ello crecer sus empresas y su bienestar. Teresa Cañete, de Viñas Caupolicán en la VI Región, se asoció con otros productores de uva vinífera para certificarse en Comercio Justo, luego de que en 2007, los precios por kilo de fruta no superara los $40. Durante su exposición indicó que gracias al apoyo entre los mismos socios y de diversas instituciones, lograron conseguir el sello. Con esto, vieron prontamente numerosos avances, desde el precio de los productos hasta el fortalecimiento de los lazos entre sus socias y socios. También mencionó las mejoras en términos de bienestar gracias al establecimiento de primas sociales que les permiten ir en ayuda de los mismos miembros de la asociación. Por su parte, Pablo Albarrán, de la empresa Ecoterra, contó cómo gracias a la alianza establecida con las instituciones públicas de fomento, pudo incorporar a campesinos y productores bajo los principios del Comercio Justo a la cadena de producción de huevos de gallinas libres.

FUENTE : DAES