COOPERATIVAS DE ULTIMA GENERACION

Tradición e innovación no tienen por qué ser dos conceptos enfrentados. Cada vez es más fácil encontrar cooperativas que, lejos de quedarse ancladas, apuestan por la tecnología, nuevos modelos de organización y productos de valor añadido

Imagen cooperativas

Las cooperativas se benefician de ventajas legales y fiscales

La historia de la cooperativa, como entidad democrática y en la que todos sus socios tienen voto, es muy antigua. En nuestro país ha estado muy ligada a un sector tan tradicional como el agroalimentario, especialmente a través de cooperativas olivareras, viticultoras y cerealeras, asi como cofradías de pescadores.

El principal objetivo de estas uniones es defender los intereses comunes de los productores y prestar apoyo mutuo. Sin olvidar que ha sido un recurso muy utilizado en casos de empresas con problemas económicos que son salvadas gracias a que los propios trabajadores de la misma se unen para seguir adelante. En ambos casos, se trata de situaciones muy ligadas casi a una ‘economía de subsistencia’.

Sin embargo, esta figura societaria no acaba ahí. La cooperativa presenta una serie de características que la hacen especialmente apropiada para proyectos en los que predomina el carácter social, el espíritu comunitario, la implicación de sus miembros o la democracia en su funcionamiento interno. Por ejemplo, todos los socios participan en la toma de decisiones, cuentan con voto y disponen de información acerca de la gestión de la empresa y las decisiones. Además, todos son trabajadores y propietarios, lo que hace que estén más involucrados.

Por otra parte, la cooperativa se beneficia de ciertas ventajas legales y fiscales, como la fijación de una responsabilidad limitada a la participación social, el acceso a subvenciones para empresas de Economía Social, una tributación al 20% en el impuesto de sociedades y la exención del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados en su constitución y ampliación de capital y otros actos, así como una bonificación del 95% en el IAE o la posibilidad de escoger el régimen de Seguridad Social de los socios.

Opción competitiva
Aunque el espíritu romántico y colaborativo forme parte del ADN de la cooperativa, no hay que olvidar que son empresas y que su objetivo es obtener beneficio, aunque en el caso de las cooperativas sociales no sea exactamente así. “Hay que entender que, antes que una cooperativa, es una empresa que tiene que ser competitiva y con un ánimo de lucro. No es una ONG en la que todos tenemos que estar de acuerdo y en donde lo importante es lo social o colaborar con otras cooperativas. Hemos de comprender que se compite con empresas con distinta forma jurídica, pero en el mismo mercado”, declara Víctor Fernández, director general de Emergya.

La cooperativa es una solución tan buena como las demás para afrontar esa competencia. Para eso debe distinguirse del resto de empresas por sus méritos y mediante la innovación. ¿Cómo lo hacen?

Tecnología puntera. La cooperativa no sólo es una opción para sectores tradicionales. En los últimos años, están apareciendo varias cooperativas ligadas a la ingeniería y el software. Se trata de compañías que han desarrollado tecnología y patentes propias o que son capaces de amoldarse a las demandas de sus clientes, pues presentan gran capacidad de adaptación. Esta flexibilidad les permite acceder a concursos de la Administración o ser atractivas para empresas privadas. Las compañías nacidas del entorno universitario encuentran en la cooperativa una buena forma de expresión. Se trata de startups en las que un grupo de estudiantes o recién licenciados, con escasos recursos pero mucho talento y una buena idea, ponen en común sus habilidades para trabajar juntos y desarrollar su proyecto. “Tienen pocos recursos, pues su principal capital es su conocimiento, de modo que todos son importantes y las decisiones se toman de forma consensuada”, explica Joaquín Garralda, profesor de RSC y Estrategia Empresarial de IE Business School. Emergya o Yerbabuena Software son dos ejemplos de ello.

Vanguardia y calidad. La innovación no sólo es tecnología, sino también métodos y conceptos. En un sector tan maduro como es el de la educación, Grupo Sorolla ha apostado por la diferenciación en sus métodos de enseñanza. Tras investigar las prácticas de todo el mundo, adoptó el  modelo más apropiado para desarrollar el potencial de sus alumnos. Todo ello con el fin de sobresalir del resto de colegios gracias a una formación de calidad.

Aprovechar los recursos y diversificar. El modo de gestión puede ser una forma de destacar. Campo de la Miel ha apostado por dar a conocer la apicultura y la alimentación saludable a través de un museo y un comedor, consiguiendo un flujo de visitantes que reporta ingresos complementarios y que ayuda a crear una imagen corporativa.

Para crear marca. Cuando en el mercado hay compañías que ofrecen un producto parecido, crear marca es la mejor manera de diferenciarse y generar valor añadido. Campo de Miel lo hizo con la enseña Rancho Cortesano.

Alternativa al establishment. Si un sector está muy estructurado, desafiar ese orden y ofrecer una alternativa puede ser una estrategia interesante. Som Energía muestra que la unión en cooperativa es una posibilidad para desafiar el establishment de un sector tan anquilosado y aparentemente inabordable como el de la electricidad.

FUENTE: EMPRENDEDORES