Cooperativas recuperan legado de los ‘cordones industriales’ en Chile

Bandera de ChileEn 1972 los trabajadores chilenos protagonizaron la mayor experiencia de autogestión de la región al tomar fábricas en apoyo al gobierno de Salvador Allende. Hoy, más de 40 años después y tras una dictadura de corte neoliberal, un grupo de cooperativas vuelve a intentar algo similar.

La dictadura de Augusto Pinochet introdujo un esquema neoliberal que redujo al mínimo la participación del Estado y puso al empresariado por encima. La salud, la educación y hasta la seguridad social pasaron a regirse por las leyes del libre mercado, aumentando las brechas sociales y generando un cambio cultural en la vida de los chilenos.

Poco queda del espíritu del gobierno de Allende, que en 1972 vio a los trabajadores organizados en «cordones industriales» para tomar los medios de producción en apoyo al mandatario. Según Sebastián Flores, presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo Trasol (Trabajo y Solidaridad), Chile hoy es tal vez «el país más neoliberal del mundo». Desde el retorno a la democracia en 1990, ningún gobierno cambió «ni el modelo ni la subjetividad» de esta concepción de la economía, explicó Flores a Sputnik.



Resultado de imagen para trasol Trasol reúne a 12 cooperativas de trabajo que se basan en la autogestión y en el manejo colectivo y democrático de los medios de producción. Una de ellas es CoEnergía, una cooperativa que se desempeña en el área de la ingeniería y proyectos eléctricos, fundada en 2011, año en el que los estudiantes chilenos se movilizaron de forma masiva contra el libre mercado en la educación. Flores es uno de los 15 integrantes de esta empresa, que  planea abrirse paso como una constructora. «[CoEnergía] tiene principalmente como objetivo la producción y el trabajo sin patrón. Son unidades de producción controladas y gestionadas por trabajadores», indicó el cooperativista.



En la empresa, la repartición de los sueldos y de las tareas se realizan por completo por los trabajadores a través de mecanismos democráticos, en contraste con las reglas del neoliberalismo que impera en Chile. «Prefiguramos así una forma productiva de los trabajadores contrahegemónica. Vamos aportando a la construcción de una nueva sociedad y a la transformación social, entendiendo que se da desde diversos mundos, sectores sociales y aristas pero encontrando como crucial y estratégico lo qué pasa con la relación entre capital y trabajo en el día de hoy», comentó el presidente de Trasol.

Casos como el de CoEnergía y del resto de empresas de Trasol abren una brecha en el cooperativismo de Chile, donde esta forma de organización es «utilizada como modelo de negocio para la acumulación de capital». «Las cooperativas son la figura jurídica que hoy día nos permite este sistema de capital para organizarnos como trabajadores productores autogestionados», precisó Flores, uno de los expositores del 2º Encuentro Regional Sudamericano de Economía de los Trabajadores, que se lleva a cabo en Montevideo del 20 al 22 de octubre.

Mientras los movimientos estudiantiles reclaman el acceso universal a la educación y los chilenos toman las calles en reclamo de una reforma del sistema privado de pensiones, los cooperativistas dan su batalla desde la «trinchera de la producción». El movimiento busca «transformar las relaciones humanas y de producción» e «ir rompiendo conciencia y subjetividades» para recuperar lo que «robó el neoliberalismo», concluyó Flores.

Fuente: mundo.sputniknews.com/americalatina