En el contexto del inicio de un nuevo ciclo político en Chile, una columna de opinión plantea que las Cooperativas de Ahorro y Crédito pueden cumplir un rol estratégico en los desafíos económicos y sociales que enfrenta el país. El texto subraya que, en una sociedad que envejece aceleradamente y que cuenta con más de 3,5 millones de pensionados, estas entidades representan una alternativa relevante para la inclusión financiera y la cohesión territorial.
A diferencia de otras instituciones financieras, las cooperativas operan bajo un modelo democrático, donde los socios forman parte de la empresa, y priorizan el bienestar por sobre el lucro. Según se expone, estas entidades se encuentran bajo supervisión de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y cumplen estándares de solvencia, transparencia y gobernanza, lo que les ha permitido consolidarse como espacios seguros para el ahorro y el crédito responsable.
El artículo sostiene que el escenario político actual abre una oportunidad para que el Estado reconozca y potencie este modelo, especialmente en el marco de debates sobre pensiones, bienestar social y apoyo a las familias. Su presencia territorial y cercanía con los socios las posiciona como un complemento a la banca tradicional, particularmente en sectores donde esta no siempre tiene alcance.
Asimismo, se destaca su enfoque preventivo frente al endeudamiento, la promoción del ahorro desde etapas tempranas y la adaptación de productos a distintos ciclos de vida. El fortalecimiento del sector cooperativo también es presentado como una vía para dinamizar economías regionales, apoyar emprendimientos locales y avanzar en inclusión financiera femenina.


