Cooperativismo, una respuesta eficiente para la inclusión laboral de jóvenes

Hoy en día, en nuestro país, se habla cada vez más de la necesaria inclusión laboral de los jóvenes. Se hacen propuestas de cómo acelerar este proceso, se abren opciones de financiamiento para proyectos individuales y nuevas vacantes para incorporar jóvenes en empresas tradicionales. Todo lo anterior suma, pero no es del todo claro que sea la solución al problema, ya que se pierden de vista factores relevantes, como las motivaciones personales de los jóvenes al realizar una labor determinada y que ésta sea sostenible en el tiempo.

Recientemente, un estudio realizado por Deloitte, con más de 13 mil encuestas en 42 países, reveló las principales prioridades y preocupaciones de los millennials y la generación Z. Dentro de los cuatro primeros puestos se identificó el generar un impacto positivo en la sociedad, sumado a conocer el mundo, comprar una vivienda y aumentar los ingresos. En las preocupaciones lideran el cambio climático, la protección del medioambiente y los desastres naturales.

Estos resultados evidencian de forma clara que ser “un emprendedor” para las nuevas generaciones, no es sólo un resorte económico para un ascenso social.

También existen razones sólidas para que se realicen esfuerzos colectivos, con una ciudadanía activa y una economía más robusta lograda mediante la colaboración y el trabajo asociativo.

Estos últimos han movilizado la economía en países como China, Estados Unidos, Alemania, Japón, Noruega y Finlandia, entre otras. A nivel mundial las cooperativas cuentan con casi 1.000 millones de socios, es decir, más del 12% de la población mundial es cooperativista y generan 100 millones de empleos, aportando con el 10% de la población empleada.

En Chile, las cooperativas están presentes en las 16 regiones del país y en las 346 comunas. Actualmente, hay 1.800.000 socios, representantes del 21,7% de la población económicamente activa y existe un movimiento cooperativo que toma fuerza y aporta a diario al desarrollo social y económico del país.

Esta forma de hacer empresas pone por delante los intereses colectivos, mediante una comunidad organizada y adoptando una visión a largo plazo sobre desafíos sociales actuales, tal como el crecimiento económico sostenible, el desarrollo social y la responsabilidad medioambiental.

Las cooperativas se han transformado en una respuesta eficiente para la inclusión de jóvenes a la economía y al mundo laboral, ya que el ser un solucionador de problemáticas que afectan a la sociedad conlleva a los jóvenes emprendedores a relacionarse con otros para obtener mayor alcance en el cumplimiento de sus objetivos.

Asimismo, existen destacados ejemplos de plataformas colaborativas que están redefiniendo los lineamientos de la economía e inclusive de las leyes en los países. Basándose en la aplicación de nuevas tecnologías para establecer redes de intercambio han posicionado una nueva forma de hacer negocios, como Uber y Alibabá.

En los últimos días se ha visto que vincular la economía con la búsqueda de generar impacto positivo es una imperiosa necesidad del mundo de hoy, así lo plasmó con claridad en la ONU, la activista sueca Greta Thunberg, de 16 años, quien se manifestó en contra de los líderes mundiales por no tomar las medidas para salvar al planeta de aniquilarse, lo que llevó a que más de 160 países se manifestaran exigiendo acciones frente al cambio climático.

Pues bien, el cooperativismo lleva muchos años desarrollando la economía a través de la colaboración, evidenciando con ello una clara sintonía con las prioridades y preocupaciones de las nuevas generaciones. Es tarea de todos hacernos cargo de estos desafíos, donde los jóvenes tienen un claro interés, sólo falta abrir más espacios y generar nuevas estrategias para desarrollar la economía.

Fuente: El Mostrador