“Cuanto más se desarrolle el modelo cooperativo, más sana y equitativa va a ser la sociedad”

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El ex síndico y actual consejero de InterCoop, Guillermo Ostornol, habla del crecimiento y las transformaciones que experimentó en los últimos años la Editora Cooperativa. Por otro lado, analiza la importancia de los vínculos y la incidencia que tienen las cooperativas en las comunidades en las cuales actúan y reflexiona sobre la importancia de la difusión del modelo cooperativo en los diferentes niveles de enseñanza.
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Profesor en Ciencias de la educación, maestro normal nacional y porteño de nacimiento, Guillermo Ostornol se vinculó con el movimiento cooperativo cuando se radicó, hace unos 20 años, en la localidad bonaerense de Tornquist. Allí ingresó a la cooperativa de servicios públicos, donde desempeñó diferentes funciones. “Me enamoré del cooperativismo porque me di cuenta de lo útil que es para un pueblo y para la gente este modelo”, manifiesta el dirigente que representó a su cooperativa también en la Federación de Cooperativas de Electricidad y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires (FEDECOBA) y en la Comisión de Educación de Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR). Hasta la última Asamblea Ordinaria, ocupó en InterCoop el cargo de síndico y ahora continúa integrando el Consejo de Administración como suplente.
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En los últimos años la editora experimentó numerosos cambios ¿cómo se dio ese proceso?
Es importante recordar que InterCoop fue una entidad muy importante, la Organización Cooperativa de América (OCA) llegó a declararla en 1967, “Editora Cooperativa de América” en reconocimiento a su labor. InterCoop tuvo su apogeo hasta finales de la década del 90. Pero luego, a partir de allí atravesó momentos difíciles. Sin embargo, hace ya algunos años podemos decir con satisfacción que la Editora inició un proceso de recambio favorable.
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¿Cuándo comenzó a revertirse esa situación?
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Cuando yo ingreso a finales del 2011 a la sindicatura, InterCoop estaba prácticamente desmantelada. Se había dejado de editar, por diferentes motivos, la editorial se quedó casi sin personal y el consejo trabajaba a tientas porque no había una estructura fuerte, lo que dificultaba el funcionamiento de la entidad. Por otro lado, hay que decir que eran momentos difíciles también para el movimiento cooperativo. InterCoop quedó en una especie de limbo, se la cuidaba como se cuidan las joyas de la abuela, olvidando que educación y capacitación son el futuro, no el pasado. Al año siguiente, se hizo cargo de la presidencia la Federación de Cooperativas de Electricidad, representada por Lucas Tasso, un hombre con mucha experiencia en la administración aunque no experimentado en lo dirigencial. No obstante, en poco tiempo, Tasso tomó el ritmo y el formato que la cooperativa necesitaba, así que contando con la colaboración del presidente pude ir planteando necesidades y objeciones, y luego de 5 años de trabajo nos encontramos hoy con una Intercoop revitalizada y que vuelve a cumplir totalmente sus funciones,está presente en la mayoría de los eventos cooperativos que se realizan en diferentes lugares del país y del exterior, edita nuevos materiales como la Revista de Cooperativa de las Américas en formato digital, es decir, hoy tenemos una InterCoop dinamizada como el movimiento cooperativo necesita.
 
¿Cuáles fueron los principales ejes de esta nueva gestión?
Estamos recuperando autores, incorporando autores nuevos pero siempre respetando los lineamientos que están plasmados en el Estatuto, el que plantea la educación cooperativa y el apoyo a la economía social, aunque eso limita el espectro de trabajo y nos obliga a ser creativos. En esa línea editamos dos novelas cooperativas, que presentan al cooperativismo de otra manera. Obligadamente fuimos innovando y eso fue dando resultados positivos. Por otro lado, InterCoop se fue profesionalizando. Ese es otro de los méritos del presidente Lucas Tasso. De alguna manera, y siempre en comunión con la sindicatura, fuimos buscando los caminos para que los consejeros se capacitaran, aunque algunos eligieron no continuar con esta nueva propuesta. Este proceso llevó unos 4 o 5 años, se hizo de a poco y con mucho respeto, eso es lo que permitió que hoy InterCoop esté presente de manera activa dentro del movimiento cooperativo. Ahora falta que el movimiento cooperativo en su conjunto comprenda que es necesario promover el quinto principio cooperativo y que vuelva a fomentar el espíritu de capacitación, educación y formación y que también comprenda que todo lo que necesita para llevar adelante esta tarea se puede encontrar en nuestra editorial
¿Es necesario afianzar el vínculo de las cooperativas y sus comunidades?
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Dentro de los diversos sectores que tienen el cooperativismo -vivienda, seguros, crédito, trabajo, consumo, servicios públicos, agrario- hay muchas diferencias en el posicionamiento territorial que puede tener cada cooperativa. No es lo mismo una cooperativa de trabajo de 7 personas dedicadas a determinada producción e instalada en Capital Federal, que no tiene grandes posibilidades de incidir sobre la sociedad, que una cooperativa de servicios públicos ubicada en localidades como Tornquist o un pequeño pueblito, donde los servicios que brinda la cooperativa son imprescindibles -luz, gas, agua, etc.-. Estas entidades tienen una gran ascendencia sobre la localidad. En ese sentido el cooperativismo debe y puede trabajar sobre sus comunidades, haciendo un trabajo de concientización sobre lo que significa el cooperativismo, sus valores y sus principios y la dinámica que éste propone para que la sociedad se integre y, al mismo tiempo, se integre a esa empresa. Por otro lado, es muy importante llevar el cooperativismo a las escuelas. En las escuelas primarias es donde se desarrollan los primeros procesos de formación y educación de los chicos.
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Allí se trabajan los valores ciudadanos: la responsabilidad, la autogestión, el respeto, la honestidad, todo esto está en la currícula de las escuelas, no es algo nuevo que le va a aportar el cooperativismo pero sí se puede sumar a eso los 7 principios que forman la doctrina cooperativa. A veces los docentes tienen dificultades para transmitir o inculcar estos valores porque se topan con la falta del ejemplo en la casa o en la comunidad y porque las distracciones que propone el siglo XXI hacen que el chico apunte más a su singularidad que a su vida en sociedad. Frente a toda esa problemática que tienen los docentes para transmitir esos valores nosotros le ofrecemos al cooperativismo como una herramienta didáctica para facilitarle esa tarea.
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Llevar el esquema cooperativo a las escuelas, armar una cooperativa escolar, proponerles a los chicos formar un consejo de administración, elegir proyectos para trabajar, que cada uno asuma una función y un cargo, que tomen responsabilidades, que se traten entre ellos con tolerancia y respeto como fija la doctrina cooperativa, que tomen conciencia de que todo el tiempo tienen que accionar mediante ejemplos para el resto de la comunidad educativa, todo eso le facilita al docente su tarea. Por otro lado, esto les permite a los chicos, de una manera lúdica y más entretenida, aprender todos estos conceptos y todos estos valores necesarios para su vida ciudadana. Por eso nosotros proponemos al cooperativismo como herramienta didáctica a través del cooperativismo escolar. En la secundaria se puede continuar este trabajo, en los primeros años como un proceso productivo real, y en los últimos años sería bueno que los alumnos puedan comprender y valorar al cooperativismo como una posible salida laboral, porque el cooperativismo es eso, es un modelo económico para crear empresas de producción de bienes y de servicios.
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¿Cuáles son las diferencias que ofrece la empresa cooperativa comparada con otro tipo de empresas?
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La cooperativa es una empresa de bienes y servicios y como tal debe ser eficiente, debe crecer, debe dar lo mejor posible para sus asociados. Si bien dentro del modelo cooperativo no hablamos de ganancias, hablamos de excedentes, es necesario el ingreso de dinero para poder crecer, incorporar nuevo personal y para sumar nuevos métodos de producción. La particularidad es que todos los excedentes de la empresa cooperativa van a volver a la misma empresa o se van a repartir entre los asociados, esto marca una gran diferencia con las empresas de lucro, donde la ganancia queda concentrada en la persona que más capital puso. En el cooperativismo no es así porque el reparto de excedentes tiene que ver con la utilización de los productos de la cooperativa y no con el capital aportado, lo que lleva a una situación de equidad y de igualdad que no se da en otros modelos. Por eso, si logramos desarrollar más el modelo cooperativo, que está bastante desarrollado porque genera más del 10 % del PBI del país, no sólo vamos a tener producciones eficientes sino también sociedades más sanas.
FUENTE: INTERCOOP