El pasado viernes 19 de agosto, la Organización Internacional de Comercio Justo en Chile, WFTO por sus siglas en inglés, en conjunto con ProChile, organizaron el Seminario “Ciudades, Pueblos y Universidades Latinoamericanas por el Comercio Justo”. Durante el encuentro se presentaron iniciativas para impulsar el Comercio Justo a nivel local, particularmente en la Región de la Araucanía, así como propuestas y campañas internacionales para articular redes de ciudades e instituciones de educación superior. Por su parte, la jefa del área de Oferta Pública, Fomento y Planificación de la División de Asociatividad y Economía Social, participó en representación de la entidad, y expuso sobre las características del Comercio Justo en Chile y las oportunidades para formalizar y fomentar en mayor medida este tipo de entidades a través de la incorporación de los actores en la discusión de proyectos tales como un marco normativo para los emprendimientos sociales y la Economía Social en general.

En el primer panel, Pilar Peña y Carola Calderón, representantes de la Intendencia de la Región de la Araucanía, presentaron el proyecto “Pabellón El amor de Chile” que instalará en la ciudad de Temuco la estructura que fue utilizada durante la Expo en Milán el año 2015 y será un foco regional para la promoción del Comercio Justo. Ambas expositoras destacaron que ésta es una región con un singular potencial de desarrollo desde esta perspectiva dada su riqueza y capital cultural, así como la necesidad de abrir mayores oportunidades y resguardar la cultura y raíces locales.

María Cristina Alcántara, jefa del área de Oferta Pública y Fomento de la DAES, expuso luego sobre el desarrollo que ha tenido el Comercio Justo en Chile a la fecha e indicó que esta rama de la Economía Social presenta grandes oportunidades para la inclusión y sostenibilidad en toda la cadena productiva que es necesario trabajar: desde el apoyo a los productores, especialmente en el área de las exportaciones y la comercialización, hasta la comercialización y compra de este tipo de productos, trabajando en la educación de los consumidores para que valoricen las prácticas propias de este modelo y se genere un cambio cultural en los patrones de consumo.

En ese sentido, recalcó que “los valores del Comercio Justo se condicen con una economía de sello solidario e inclusivo, y por lo mismo son una parte importante de la gestión y la agenda de la DAES y el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo.” Así, la representante de la entidad aprovechó la oportunidad para invitar a los y las participantes y los miembros de las organizaciones de Comercio Justo a trabajar en forma conjunta para que, a través de la regulación y normalización en estas materias, se entregue un reconocimiento estatal de esta rama como parte de la Economía Social, contando entre otros beneficios, con la formalización de sus valores y principios, el alcance de mayores grados de transparencia y evaluaciones de resultados, y la equiparación de derechos y deberes a nivel normativo.

Durante el encuentro, también expuso Marco Coscione, Coordinador de Gestión de Recursos e Incidencia de la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores del Comercio Justo (CLAC), quien expuso los detalles de dos campañas internacionales para el desarrollo y difusión de Comercio Justo en ciudades y universidades. Ambas consideran iniciativas para la promoción y el establecimiento de prácticas que requieren de un trabajo conjunto entre productores, autoridades y organizaciones de la sociedad civil, y consideran una serie de pasos concretos para la formación y fortalecimiento de entidades y redes de promoción. Coscione fue enfático en señalar la importancia de la integración de los productores en las estrategias de desarrollo y difusión, no solo como beneficiarios de los programas, sino como parte activa en la formulación de los mismos, indicando que “los productores no están solo para producir, son verdaderos actores del desarrollo a nivel local”. Ahí mismo, señaló que la cercanía con los productores es una de las grandes ventajas de las ciudades y universidades latinoamericanas para el establecimiento de estas redes de Comercio Justo, una oportunidad que, a su juicio, no debiese ser desaprovechada.

FUENTE: DAES