El comercio justo y el valor de lo local

  /  El esquema de consumo desmedido y la falta de capacidad de conectar lo que compramos todos los días, con lo que ocurre en el planeta, tanto a nivel ecológico, como social y político; nos ha nublado la capacidad de articularnos y cambiar.

Hemos creado una sociedad en la que para vender productos baratos, transferimos los costos reales al ambiente o a los países más pobres (como los nuestros).

Si se compra un juguete en 3 dólares, pero para fabricarlo en algún lugar remoto se contaminó el ambiente o se maltrató a la mano de obra (como en algunos casos donde se sabe que hay menores subpagados fabricándolos) es a todas luces claro que el juguete no costó 3 dólares… costó muchísimo mas.

‘HEMOS CREADO UNA SOCIEDAD EN LA QUE PARA VENDER PRODUCTOS BARATOS, TRANSFERIMOS LOS COSTOS REALES AL AMBIENTE O A LOS PAÍSES MÁS POBRES’.

 

El economista hindú Raj Patel en su libro The Value of Nothing llama a todo esto por el nombre que los expertos en economía usan: ‘externalidades’ ( traducción del inglés). Según dice él, las organizaciones tratan de transferir todos los costos posibles fuera de su entorno, como una ‘externalidad’.

Que no lo percibamos no quiere decir que no ocurra.

Es importante que la ética vuelva a ser asociada con nosotros, los empresarios y lo que producimos.

La verdad es que cuando uno lo piensa de forma fría, ¿qué sentido tiene fabricar productos o servicios que ‘maten’ literalmente a los consumidores?

Modelos sostenibles tales como el Modelo SEI (Sostenibilidad, Emprendimiento, Innovación) y mecanismos como el comercio justo, deben ser cada vez más la norma y no la excepción.

Hace años que deje de hacer negocios depredadores. A la larga, es la única decisión que se puede tomar.

Por eso que desde @OpenArtsPTY creamos hace ya varios años, el concepto del ‘Mercado Culturoso’ con la idea dar espacio a los creadores locales, fortalecerlos y entender que la cosa va más allá del dinero, que cruza tambien por la dignidad (mercadoculturoso.com ).

No debemos olvidar que los clientes y los creadores somos nosotros mismos, nuestros familiares, amigos, conciudadanos, la gente en general. Y sin gente definitivamente no hay negocio.

Fuente: laestrella.com