EMPRENDEDOR DE LA SEMANA: SURGIR CON EL LEMA APRENDER HACIENDO

Ambos crearon una firma donde los estudiantes se pueden capacitar y certificar en diseño web y herramientas digitales.

Dar con un buen curso de programación web al parecer no es una tarea fácil. Así, al menos, lo muestra la experiencia de Christian Patiño, un emprendedor que decidió incursionar en el mundo digital.

Luego de dejar su trabajo, Christian tomó un curso en una escuela de programación web. Pese a su optimismo inicial, la experiencia no le gustó. Decidió probar en otro lugar y el resultado nuevamente lo dejó insatisfecho, pues ninguna de estas asignaturas cubría lo que él necesitaba saber en la materia.

Esa necesidad llevó a que en 2014 se asociara a Pablo Ferreiro para crear Coderhouse, una firma que otorga programas intensivos de desarrollo web y marketing digital, con la finalidad de generar mejores oportunidades laborales a sus alumnos.

“Con Christian nos dimos cuenta que había una necesidad. Los cursos online no eran suficientes y los ramos presenciales recaían en ser excesivamente teóricos”, cuenta Pablo Ferreiro, socio de la firma.

Este fue el germen de la idea. Al poco tiempo, Patiño y Ferreiro comenzaron a diseñar, en Argentina, una metodología que se basa principalmente en el lema popular “aprender haciendo”.

“Nos enfocamos en crear una experiencia integral que le permita a los alumnos entrar en contacto con proyectos reales desde el primer día y desarrollar trabajos de portafolio para una rápida inserción laboral. La idea es que su paso por Coderhouse marque un antes y un después en sus trayectorias laborales”, sostiene Ferreiro.

Los cursos que brinda la firma están avalados por empresas líderes en la industria puntocom, tales como Mercado Libre, Groupon  y Despegar.com.

“Trabajamos con programadores que están relacionados a esas firmas. La idea es que los alumnos se relacionen con personas que efectivamente están involucradas en la industria del desarrollo web”, explica Ferreiro.

Esta dupla de emprendedores además de socios, son amigos, cuenta Pablo. Su amistad comenzó cuando estudiaban juntos. “Con Christian nos conocemos desde hace un montón de tiempo. Nuestra historia es bien particular, porque Christian es venezolano y yo argentino. Ambos vivimos mucho tiempo fuera de nuestros países, pero tuvimos la oportunidad de estudiar juntos en Buenos Aires,. Desde esa época hemos querido desarrollar algo en conjunto”, relata.

Fue por ello que apenas tuvieron la oportunidad de encaminarse juntos en el emprendimiento, no lo dudaron. “Siempre quisimos trabajar juntos. Comenzamos con esto cuando estaba la crisis económica en Argentina en su punto más crítico”, cuenta.

Ese complejo escenario económico fue una de las principales razones por la cual decidieron postular a Start-Up Chile y así traer su proyecto al país. “Acá nos recibieron muy bien, el apoyo que brinda el gobierno para los emprendedores es bastante bueno. Chile nos permitió aprender varias cosas; una de ellas es cómo llevar un negocio a otro país”, sostiene Ferreiro.

A la fecha, Coderhouse se encuentra en Argentina, Chile y hace cuatro meses abrieron sede en Uruguay. En su corta vida operativa, sus cursos presenciales suman a más de 800 alumnos graduados.

Las capacitaciones que otorga la firma están destinadas a estudiantes de entre 16 a 60 años y no es necesario que tengan experiencia educacional o laboral. Además, los cursos están diseñados para tener una duración de entre ocho a 12 semanas. “Como nuestra base es el aprender haciendo, basta con que sean constante con los cursos para que muestren manejo en el tema. Además, no los sometemos a un tiempo extenso de clases y preparaciones. Las cursos están diseñados para ser eficientes”, sostiene Pablo Ferreira.

Respecto a planes de expansión, el representante de la firma adelanta que prontamente lanzarán una plataforma online de capacitaciones. “Queremos democratizar el acceso a la capacitación web. Nuestra idea es que las personas, independientemente del lugar físico, se puedan conectar a los cursos y a los profesores”, añade.

FUENTE: LA TERCERA