ESCUELA DE COOPERATIVISMO, EXITOSA

 

 

 

Con apoyo de Fidamercosur CLAEH, inicia su tercera fase la escuela de cooperativismo en Chile.

La evaluación del segundo ciclo de cursos fue muy positiva, ya que se lograron los objetivos que se habían planteado. Se amplió el currículo de la escuela de capacitación y se amplió la cantidad de participantes, de cooperativas, de regiones y de comunas involucrados. Se logró también un primer taller de formación de capacitadores, básicamente en la preparación y elaboración de estudios de casos con finalidades docentes.

Por otro lado se cuenta con un conjunto de estudios de caso con finalidad docente elaborados por los propios participantes en el taller, que dan un basamento más sólido a esta lógica de pensar estos programas de capacitación basados en situaciones reales.

“Hay una voluntad ratificada por la INDAP de seguir apoyando la escuela de formación, pese a que, como en todos los países de la región, hay dificultades presupuestales, dadas la situación internacional y la coyuntura de nuestros países en la región. Pese a eso INDAP sigue manteniendo como prioridad este programa”, destacó Ignacio Arboleya, uno de los técnicos encargados de las capacitaciones.

—En las dos etapas que ya han pasado, ¿a cuánta gente se ha capacitado, cuánta gente ha estado vinculada a la escuela?

—En este ciclo 2015 se capacitó a 66 cuadros directivos y técnicos de cooperativas chilenas de 54 organizaciones en dos cursos que fueron de carácter regional.

Se hizo uno en la región centro de Chile, con las cooperativas de la región central y del norte, y otro en la región sur, que abarcó cooperativas de todo el sur. El sur de Chile tiene mayor desarrollo cooperativo relativo que el resto de las regiones, por eso la región sur tenía un curso solo, porque hay muchas cooperativas.

De igual forma se capacitó a 30 técnicos del INDAP en un curso para técnicos del INDAP y después se capacitó a unos 12 eventuales docentes en el taller de formación.

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Una de las metas que se tenían con este programa era cambiar la lógica, porque los cursos de las cooperativas tienen que ser más regionales, así aumenta la participación de gente y se duplica la cantidad de beneficiarios, y eso se logró.
Eso ya está pautando una línea de trabajo para el futuro de la escuela: los cursos tienen que ser más de expresión local o regional para que tengan mayor llegada y mayor cobertura tanto de cantidad de cooperativas como de integrantes de una misma cooperativa. Además es una forma más económica de hacerlo, porque supone menos costos de traslado de los participantes; quien se traslada es el docente, no tanto el participante.

La segunda edición de los cursos de técnicos de INDAP también tuvo mucho éxito en términos de interesados en participar. Quiere decir que a la interna del INDAP los técnicos de la institución tienen interés en hacerse de prácticas, técnicas de manejo para trabajar con cooperativas, lo cual reafirma esta realidad de las cooperativas chilenas hoy como un actor bastante importante en el medio rural.

También en ese curso se pudo innovar con la participación de experiencias de técnicos del INDAP que habían trabajado con cooperativas agrarias en Chile. Eso se hizo en el formato de taller y también tuvo mucho éxito, lo cual es otro elemento, esto de “chilenizar” el curso: que los ejemplos, los contenidos que dan sustrato, dan carne a los conceptos más teóricos fueran a partir de experiencias chilenas, y lo hemos venido logrando en esta segunda edición de 2015.

En 2015 hubo dos instancias de evaluación, de revisión de este programa. En julio se reunieron todas las partes involucradas, UNAF, INDAP, Fidamercosur y el CCU y se hizo una revisión de medio término de cómo habían funcionado los cursos para las cooperativas y el curso de técnicos.

También se acordaron algunas otras acciones que son derivadas de esto. Y en diciembre de 2015, entendiendo que se terminaba una fase, por lo menos una fase en el formato de trabajo que hasta ese momento se venía aplicando, con una fuerte presencia en las actividades de docentes de recursos del CCU, se hizo una evaluación de todo el período y también del 2014, considerando una metodología de trabajo que se aplicó en 2014 y 2015.

—Se decidió mantener un año más de trabajo con apoyo de Fidamercosur, pero en otra modalidad, porque nosotros ya no vamos a ser docentes directos en los cursos destinados a las cooperativas y a los cuadros técnicos y políticos de las cooperativas, sino que vamos a hacer una función más de apoyo, más de diseño curricular y de apoyo a los docentes y a los cursos que se van a dar en Chile por chilenos.

Sí se va a mantener el curso de técnicos del INDAP con el formato de presencia fuerte de técnicos del CCU, porque las características de ese curso suponen la necesidad de una mayor de presencia de técnicos con cierto nivel de experticia en el trabajo con emprendimientos asociativos, y fue una solicitud del INDAP específica que en ese curso se mantuviera el formato de presencia de docentes del CCU. En paralelo a estas dos funciones vamos a trabajar también en una especie de taller de evaluación con los docentes chilenos participantes en los cursos a fines de 2016.

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Ignacio Arboleya, Ingeniero Agrónomo, Director Centro Cooperativista Uruguayo (CCU)

Otra cosa muy importante, derivada de 2015 y que se está ejecutando en este momento, es la elaboración de un manual de gestión cooperativa. INDAP tiene vinculados a sus actividades un conjunto de 4.000 técnicos privados organizados de diferentes formas, en consultorios, organizaciones, técnicos individuales, que son los que se relacionan directamente, en los diferentes programas, con los productores y los campesinos, y tenía la inquietud de que esos técnicos tuvieran elementos para manejarse con emprendimientos en común o asociativos cooperativos.

El públco objetivo, sin perjuicio de que puedan usarlo otras personas y otro tipo de públicos, son técnicos, en general vinculados a las profesiones agrarias y veterinarias —agrónomos, veterinarios, etcétera — que se desempeñan en funciones de asistencia técnica o de promoción, de extensión, vinculados a los programas del INDAP y que están desplegados en todo el territorio chileno que cubre el INDAP. La idea es que este manual sea un instrumento de apoyo para esos técnicos, que tengan en él los diferentes aspectos a considerar cuando se va a apoyar o se va a trabajar con emprendimientos asociativos cooperativos.

—¿Qué pasará en 2016, qué hay previsto?

—Las actividades que están pautadas para este año 2016 se inscriben dentro de la nueva etapa de relacionamiento o de aporte o de apoyo que tiene el programa Fidamercosur para esta iniciativa. Básicamente busca por un lado fortalecer las capacidades de la UNAF para que ellos puedan desarrollar los cursos a los cuadros técnicos y cooperativos de sus cooperativas y de otras organizaciones asociativas chilenas. Eso se va a hacer en tres modalidades de intervención.

La primera modalidad va a ser el apoyo en el rediseño de los cursos en función de las capacidades disponibles en Chile; no tan amplios como los que hacíamos nosotros, que respondían a una lógica de participación de un técnico extranjero, entonces se trataba de meter todo lo posible en un solo curso para hacerlo viable desde el punto de vista logístico y presupuestal. Ahora, en la medida en que son docentes chilenos y con un enfoque de trabajo a nivel de región se pueden orientar los cursos de acuerdo con las necesidades de las cooperativas y con las posibilidades o fortalezas que tenga la UNAF. Entonces el apoyo para rediseñar estos cursos en función de estas orientaciones lo vamos a hacer en una primera misión de trabajo que va a ser en los meses de marzo o abril de este año. En esa misma misión se va a tener también una especie de taller en el que se van a presentar estos cursos a los eventuales formadores de la UNAF para que puedan tener.

La segunda modalidad de apoyo va a ser la participación de técnicos nuestros en uno de los cursos dictados por la UNAF, en terreno y en el mismo momento en que se da el curso, para apoyarlos o hacer los comentarios, aportes, observaciones respecto a cómo están llevando y orientando el curso.

Y la tercera modalidad de apoyo va a ser la realización de un taller de evaluación ya al finalizar el año. Nosotros le damos mucha importancia, porque de hecho lo hemos venido haciendo con ellos durante estos dos años, a la evaluación global de los cursos, a cómo trabajar en los resultados de la evaluación de los participantes para poder rediseñar la nueva edición del curso en función de los aprendizajes del dictado pasado. Esto, que supone toda una práctica de saber leer las evaluaciones de los participantes, saber interpretar lo que dicen, ver dónde están los énfasis, recoger el parecer de los docentes, es lo que hacemos nosotros en las diferentes ediciones de los cursos, y siempre proponemos cambios. La idea es que eso se instale como una práctica de la escuela de formación de la UNAF, por eso hacemos este taller de evaluación final con todos los docentes participantes de los cursos que se dieron.

En paralelo, se va a hacer una tercera edición de los cursos a técnicos del INDAP. A solicitud del INDAP y porque UNAF también lo veía conveniente, vamos a seguir con la modalidad tradicional, el curso va a ser responsabilidad de los técnicos de CCU, siempre con participación de docentes chilenos. Vamos a tratar de que haya más de participación de docentes chilenos, pero todavía vamos a seguir siendo los responsables académicos del curso, porque el INDAP considera que todavía es necesario que haya una fuerte presencia de especialistas con más […] en ese trabajo con cooperativas […].

Vale decir que apoyo en el diseño de los nuevos cursos para las cooperativas, apoyo o seguimiento presencial de algunos de los cursos que va a dictar la UNAF, taller de evaluación y curso directo por parte nuestra a técnicos de INDAP serían los cuatro componentes principales de trabajo para 2016. Esto supone una menor intensidad de trabajo, porque la idea justamente es ir disminuyendo nuestra presencia, dado que para que esto sea sostenible y autosustentable es necesario que termine siendo gestionado básicamente por la UNAF y el INDAP.

—¿Algo que quiera agregar como balance?

—Dos cosas. Una es que la escuela se ha consolidado, la experiencia de mantener este apoyo bastante fuerte los dos primeros años dio sus frutos. Obviamente esto también es viable porque hay una política del gobierno chileno y de la INDAP de promoción del cooperativismo y del asociativismo vinculado a la agricultura familiar y campesina de Chile que se ve ratificado y ampliado.

El hecho de hacer el manual de gestión cooperativa para los técnicos vinculados al INDAP es una ratificación de la conformidad con respecto al enfoque y los contenidos propuestos por Fidamercosur y CCU. Quiere decir que se ve un aporte desde el punto de vista del Fida, una experiencia replicable, que probablemente se pueda utilizar en otros países.

Fuente: www.fidamercosur.org