España: Las cooperativas tienen cuatro años para contar con más mujeres directivas

De izquierda a derecha, Francisco Gajardo (Cooperativas Agro-alimentarias), Carmen Moreno (Junta), Luis Expósito (HOY) y Pedro Herrera (Ibercaja), en la jornada. :: c. moreno/

Hacía veinte años que no se modificaba la ley de sociedades cooperativas de Extremadura, un territorio en el que se contabilizan unas 800 sociedades de todo tipo, más de 200 agroalimentarias. La falta de actualización de esa norma básica impedía que no se pudiera realizar hasta ahora algo tan cotidiano como convocar a los socios a consejos rectores o asambleas a través de correos electrónicos o mensajes de WhatsApp. Si las convocatorias no se mandaban a través de correo postal se podían impugnar y anular los acuerdos adoptados.

La nueva ley extremeña de cooperativas permitirá que esas habituales fórmulas de comunicación sean legales pero evidentemente su valor trasciende a muchos más apartados. Una mayor profesionalización de sus órganos directivos, el aumento de la participación de los socios y, en especial de las mujeres, o incentivar fórmulas de asociación más que de integración típicas con otras cooperativas son algunos de sus objetivos declarados. La ley se aprobó el 25 de septiembre con el consenso del sector cooperativo, singularmente el agroalimentario y el apoyo casi unánime de los partidos representados en la Asamblea.

HOY e Ibercaja han organizado esta semana en Badajoz una mesa redonda en la que se ha analizado al detalle un texto que cuenta con cerca de 200 artículos. Entrará en vigor oficialmente a principios de 2019 aunque establece un plazo de dos años para que las cooperativas adapten sus estatutos a la ley.

Igualmente se fija un periodo transitorio de hasta cuatro años para consumar algunos de los cambios legales aprobados. Este es el plazo máximo, por ejemplo, para que haya mujeres en los consejos rectores. Ellas deben estar representadas en ese órgano de forma proporcional al número de socias que exista. Si no tienen cabida en los consejos, las cooperativas perderán el derecho a recibir ayudas públicas.

Superar obstáculos

En el encuentro de HOY se subrayó la importancia singular de las cooperativas agroganaderas (facturan más de 2.400 millones al año y en ella están asociados alrededor de 50.000 agricultores y ganaderos) aunque se incidió en cómo cada vez está más extendida la fórmula del cooperativismo entre subsectores como la enseñanza, el transporte o la atención a la dependencia.

«No podemos entender la realidad de Extremadura sin las cooperativas y, específicamente, sin las cooperativas agroalimentarias. Hemos nacido y hemos crecido a través del cooperativismo en el campo y las cooperativas han cumplido una función no solo económica sino también social de primer orden como lucha contra la despoblación», esgrimió Pedro Herrera, gerente comercial de Negocio Agroalimentario de la dirección territorial Extremadura y Sur de Ibercaja.

«La nueva normativa, sin valorarla en profundidad, debe convertir las cooperativas en estructuras más flexibles, más profesionalizadas en sus órganos directivos y que apuesten por la tecnología y la innovación», expresó el representante de la entidad financiera.

«La modernización de la ley era imprescindible porque la que teníamos estaba anquilosada», sentenció en el debate Francisco Gajardo, fruticultor de Calamonte y miembro de una cooperativa, Frutaex, integrada a su vez en uno de los pujantes grupos cooperativos extremeños, Acopaex. Gajardo es también vicepresidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura, la entidad que representa a la mayor parte del cooperativismo extremeño.

Carmen Moreno, directora general de Economía Social de la Junta, fue contundente antes de desgranar una norma en la que lleva trabajando varios años. «Ha supuesto un trabajo enorme por modernizar las sociedades cooperativas, por introducir elementos pioneros que no hay en otras leyes autonómicas y por contar con el consenso casi unánime en su elaboración y aprobación», enfatizó.

«En muchos sitios la cooperativa es la única forma en la que pueden subsistir pequeñas y medianas explotaciones agrícolas. Esa es una gran virtud aunque es cierto que los problemas vividos y conocidos en algunas cooperativas en los últimos tiempos han desvirtuado la imagen positiva de las cooperativas», apuntó Herrera.

Votos y tipos de socios

Esos problemas han sido un espejo, admitió Moreno, en el que mirarse para elaborar una nueva ley que minimice los riesgos de la actividad cooperativizada. Ahí se incluye, por ejemplo, la posibilidad de separación de la contabilidad y el patrimonio en las cooperativas a través de las diferentes secciones productivas que pueda tener (frutas, uva, aceite, piensos…). «Esto se plantea como opción, no una obligación, pero es positivo para impedir que una cooperativa pueda ir al traste arrastrada por una sección productiva en concreto cuando el estado global es positivo», añadió la directora general de Economía Social.

Otro de los apartados novedosos de la ley de cooperativas es que los socios pueden decidir si el voto es unitario o proporcional en las asambleas. Es decir, si como hasta ahora significa un socio, un voto, o se decide que el voto de cada persona vaya en función a lo que represente su actividad dentro de la cooperativa.

Para ser considerada como sociedad cooperativa el número mínimo de socios pasa a ser ahora de cinco. Antes era de tres. «Nos hubiera gustado que ese mínimo de socios hubiera sido, por ejemplo, treinta para evitar que con poca gente se pueda constituir una sociedad y optar a los beneficios que eso conlleva», terció Gajardo.

El cooperativista de Acopaex resaltó especialmente que la nueva ley detalle los pasos a seguir en el caso de las bajas voluntarias o forzosas de socios. «Es una de las cosas que más quebraderos de cabezas y problemas jurídicos han dado. Que se regule ahora las bajas de socios de forma muy específica evitará situaciones muy conflictivas y que acaban resolviendo los jueces», comentó el fruticultor.

Que las comunidades de bienes puedan ser desde ahora socios de una cooperativa así como las herencias yacientes (el patrimonio de un socio fallecido hasta que sus herederos lo aceptan) también son bien recibidas desde el sector. Además, la renovada ley de cooperativas de cooperativas establece diversos tipos de socios. Entre ellos el inactivo, el que ha cesado en su actividad agroganadera pero sigue siendo miembro de la entidad. Podrá seguir siendo socio pero no votar.

Consejeros externos

La normativa aprobada también refleja «el paso muy grande que se ha dado para una mayor profesionalización» de las cooperativas, subraya Carmen Moreno. En este sentido se permite que en los consejos rectores puedan estar con voz y voto estar personas que no sean socias. Personas ajenas al ámbito, por ejemplo agroganadero, pero que por su cualificación profesional y académica se les considera aptas para formar parte de esos órganos de dirección. Hasta un tercio de los consejos rectores podrán estar formados por no socios.

Extremadura es la primera comunidad en España que ha decidido que en esos consejos deba haber mujeres en el caso de que haya socias en la propia cooperativa. Habrá tantas consejeras como proporcionalmente haya mujeres socias. Las cooperativas que quieran seguir recibiendo ayudas públicas tendrán que cumplir con esta obligación. «Se pretende buscar cada vez más la igualdad, la paridad», resumió Moreno.

Para Francisco Gajardo se trata de un requisito positivo. «Uno de los grandes problemas que tenemos es la falta de relevo generación. Si las mujeres se introducen con mucho mayor presencia a la que tienen ahora en las cooperativas ese problema se reduce bastante», relató.

«La Administración tiene que abrir las mentes a los hombres en el que caso de que haya hombres que no lo vean muy bien, pero pienso que la mente también se tiene que abrir entre las mujeres para que den ese salto a la actividad agraria y de ahí a los consejos rectores», concluyó el agricultor.

Un último elemento que se incidió en la mesa redonda sobre la nueva ley de cooperativas es que propone nuevas fórmulas de asociación más que integración. «Se deja la opción a las cooperativas de una integración con otras como hasta ahora pero en los últimos tiempos están funcionando muy bien las asociaciones entre cooperativas, que se ponen de acuerdo no para unirse en todo sino en parte. Por ejemplo, comercializando algunos productos o secciones», afirmó la directora genera de Economía Social.

«Nos parece muy interesante la integración por secciones. Está dando muy buenos resultados. Pensar ahora en lo de la cooperativa única, esa gran entidad que englobase a otras muchas en Extremadura que se planteó hace muchos años, no parece muy operativa y factible en estos momentos», finalizó Gajardo.

Fuente: Hoy.es