Europa hace balance de la aplicación del plan de acción de economía circular

La Comisión Europea ha publicado un informe sobre la aplicación del Plan de Acción para la Economía Circular, adoptado en diciembre de 2015, en el que da cuenta de los resultados del mismo, así como de los retos que todavía quedan pendientes. Las conclusiones recogidas en este documento son objeto de debate en la Conferencia anual de partes interesadas en la economía circular que se celebra hoy y mañana en Bruselas (6 y 7 de marzo),

Se asegura en el informe que, tres años después de su adopción, las 54 acciones del plan ya han sido ejecutadas o bien se encuentran en proceso de ejecución, acelerando de esta forma la transición hacia una economía circular en Europa, competitiva y neutra desde el punto de vista climático, al tiempo que se ha contribuido de nuevo a la creación de empleo. Asimismo, se han posibilitado nuevas oportunidades de negocio, fomentando nuevos mercados, tanto dentro como fuera de la UE.

Los plásticos, en el punto de mira

La Estrategia para el Plástico constituye el primer marco político a escala europea que adopta un enfoque basado en el ciclo de vida de los materiales para integrar actividades circulares de diseño, uso, reutilización y reciclaje en las cadenas de valor de los plásticos. Se establece así el objetivo de que, de aquí al año 2030, todos los envases plásticos comercializados de la UE sean reutilizables o reciclables.

Si bien 70 empresas ya han asumido compromisos para impulsar el mercado de los plásticos reciclados, con el objetivo de cerrar la brecha entre la oferta y demanda de los mismos, la Comisión puso en marcha la Alianza Circular sobre los Plásticos. Cabría destacar igualmente las normas sobre artículos de plástico de un solo uso y los artes de pesca, en los que se aglutinan los diez artículos que acaban con más frecuencia en las playas de la UE, situándose Europa a la vanguardia en la lucha mundial contra los desechos marinos.

Ecodiseño, prevención y reciclaje

Respecto a la gestión de residuos, en julio de 2018 entró en vigor una nueva normativa en la que se apuesta por tasas más ambiciosas de reciclado y medidas reforzadas de prevención y gestión. También ha cobrado protagonismo la implantación del plan de trabajo sobre diseño ecológico 2016-2019, a través del cual la Comisión ha promovido aún más el diseño circular de los productos, así como los objetivos de eficiencia energética.

Se asegura en el informe que, tres años después de su adopción, las 54 acciones del plan ya han sido ejecutadas o bien se encuentran en proceso de ejecución.

La inversión en innovación también ha sido una prioridad, redoblando los esfuerzos económicos en este sentido, que se han visto complementados con la Plataforma de apoyo financiero a la economía circular, en el marco de la cual se han elaborado unas recomendaciones para mejorar la financiabilidad de los proyectos de economía circular, coordinar las actividades de financiación y compartir buenas prácticas. Dicha plataforma colaborará con el Banco Europeo de Inversiones.

Por su parte, y para fomentar el compromiso activo de los ciudadanos para cambiar sus patrones de consumo, la Comisión creó el método de la huella ambiental de los productos (HAP) y el de la huella ambiental de las organizaciones (HAO) con la que permitir a las empresas hacer afirmaciones ecológicas fidedignas y comparables, y a los consumidores elegir con conocimiento de causa. El papel de la Comisión en el fomento de la circularidad ha sido reconocido con el premio Circulars Award en la categoría de sector público en el Foro Económico Mundial de 2019.

Retos pendientes

A pesar de los logros alcanzados, que han marcado una tendencia ya irreversible hacia la economía circular, la Comisión considera que es necesario intensificar la acción para cerrar completamente el círculo y aprovechar la ventaja competitiva que aporta a las empresas de la UE.

Se necesitan así mayores esfuerzos para aplicar la legislación revisada de residuos y fomentar mercados para las materias primas secundarias. Asimismo, y tomando como referencia la Estrategia sobre Plásticos, se podrían abarcar otros sectores con un elevado impacto ambiental, pero con potencial de circularidad. Es el caso de las tecnologías de la información, los equipos electrónicos, las movilidad, el entorno construido, la minería, el mobiliario, los alimentos y bebidas o los textiles.

Fuente: econoticias.com