Son tiempos de cambio, adaptación y desarrollo de nuevas y mejores estrategias de negocio. La larga estela de enseñanzas que nos deja el COVID-19 es interminable y, de hecho, aún no podemos ni siquiera dimensionar los desafíos y oportunidades que nos plantea la nueva normalidad.
Es cierto, ¿Quién se iba a imaginar que un virus microscópico iba a paralizar el mundo de una forma nunca antes vista? Pero lo cierto es que sucedió, y hay que aprender a vivir con esto de forma activa. Hay que mirar y avanzar hacia adelante con más fuerza que antes, aplicando inteligencia y creatividad.
La clave de los nuevos tiempos es la innovación de forma sustentable y sostenible.
Hoy, el estabilizador y diferenciador para las compañías es la asertividad y la agilidad para reconocer las nuevas necesidades de sus clientes así como los espacios de creatividad e innovación que se presentan. Sin esa mirada abierta y propositiva el camino se hará aún más complejo con alto riesgo de desequilibrio operacional. Estamos en una era de fuerte disrupción tecnológica y de dinámicas competitivas más fuertes, que exige la flexibilidad para reasignar las prioridades.
La innovación debe, definitivamente, ser parte de la cultura de todas las organizaciones. En Latinoamérica, según un estudio de Kaspersky, el 98% de las empresas de la región admite que sus proyectos fallan antes de llegar al mercado y la mitad ni siquiera pasa la fase de desarrollo. Las cifras hablan por sí solas, aún queda mucho camino por recorrer.
Un ejemplo del éxito y rentabilidad de la innovación, es la inteligencia artificial (IA). La IA tendrá un gran impacto en la economía mundial, de hecho, la agencia PwC estima que el PIB mundial podría crecer US$15.700 trillones para el año 2030 por el impulso de esta tecnología.
El potencial de IA se traduce en la transformación de la eficiencia productiva de todas las industrias y la capacidad para hacer mutar todos los espacios y procesos productivos a niveles imposibles de conseguir únicamente con capacidades humanas tradicionales.
Otra de las arquitecturas tecnológicas que más innovación ofrece es la nube. Una herramienta de negocio que resultó clave para que las empresas pudieran resistir la crisis generada por la pandemia de Covid-19. Hoy deberá adecuarse a las demandas del negocio, clientes y mercado.
Ciertamente, la innovación es resiliencia, adaptabilidad y rentabilidad. Mirando hacia el incierto futuro, las compañías deberán cambiar sus procesos, ofrecer productos y servicios a sus clientes en los espacios digitales, integrando el home office en sus políticas corporativas regulares, e impulsar la automatización.
Las nuevas decisiones y estrategias de negocio se deben construir con innovación. La realidad actual nos obliga a ver y hacer las cosas de manera distinta, cuestionarnos y pensar de otro modo. Nos mantiene en línea con las actualizaciones del mercado, tendencias, competidores y fluctuaciones de la industria.
Esta nueva era digital promete seguir poniendo a prueba nuestra capacidad de adaptación y creatividad. Si adoptamos un rol pasivo y permisivo no lograremos el éxito esperado, e incluso podría llevarnos al fracaso final; hay que seguir invirtiendo en capacidades y herramientas digitales que nos permitan estar en modo activo y en sintonía con la innovación.
El momento de llevar el negocio al siguiente nivel para conseguir el éxito en esta era digital es ahora. Para lograrlo, la implementación de soluciones tecnológicas innovadoras es fundamental para alcanzar los objetivos trazados.
Fuente: america-retail.com