En Uruguay, las cooperativas de usuarios han comenzado a jugar un papel crucial en la solución al déficit habitacional, un problema que afecta a miles de familias. Estos grupos, basados en la cooperación mutua, permiten a los participantes acceder a viviendas dignas mediante el trabajo conjunto, la inversión colectiva y la participación activa en la toma de decisiones.
El modelo cooperativo ha tenido un impacto positivo en la inclusión social, proporcionando no solo un hogar, sino también un sentido de comunidad y pertenencia. A través de este sistema, los usuarios no solo son beneficiarios, sino también gestores de su propio proceso habitacional, lo que genera un alto grado de compromiso y responsabilidad compartida.
Enfrentar el desafío habitacional en un contexto de creciente urbanización y exclusión social es complejo, pero las cooperativas ofrecen una alternativa sostenible y accesible, promoviendo la autogestión y la solidaridad entre los miembros. Este enfoque puede ser clave para resolver problemáticas habitacionales a largo plazo, tanto en Uruguay como en otros países de la región.
Para más detalles, puedes leer el artículo original aquí.